El empresario israelí Uri Emanuel Ansbacher Bendrama negó una vez más los señalamientos en torno a su implicación en la venta y operación en México del software de espionaje Pegasus, desarrollado por la empresa de cibervigilancia NSO Group.
En declaraciones hechas al diario israelí Haaretz, calificó como “afirmaciones infundadas” que el software Pegasus fuera operado desde las oficinas de su empresa y negó que alguno de sus trabajadores hubiese realizado actividades de espionaje.
“Es falso”, aseguró en un comunicado. “La relación fue puramente con fines de marketing y bajo la aprobación la Agencia de Control de Exportaciones de Defensa (DECA). Ninguno de nosotros está familiarizado con el lado tecnológico [del software]”, agregó.
Es la primera comunicación de Ansbacher, luego de la detención y vinculación a proceso de Juan Carlos “G” por parte de la Fiscalía General de la República (FGR), por su probable responsabilidad en la comisión del delito de intervención ilegal de comunicaciones agravado en perjuicio de la periodista Carmen Aristegui, mediante el uso del ‘malware’ Pegasus.
El detenido trabajaba en el área de soporte técnico en las empresas Proyectos y Diseños y KBH Track, fundadas por Uri Emmanuel Ansbacher.
Carmen Aristegui es la primera víctima de espionaje con Pegasus cuyo caso judicializa la FGR. El Ministerio Público Federal documentó que los registros de espionaje se dieron en momentos en los que la periodista realizaba investigaciones de alto impacto en México.
En ese sentido, se acreditó que el espionaje realizado a la periodista Aristegui, sucedió precisamente por su labor periodística. La Fiscalía presentó elementos demostrativos que permitieron a la jueza determinar la vinculación a proceso de Juan Carlos “G”.
De acuerdo con la organización Artículo 19, el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, R3D y Social Tic, Juan Carlos “G” es una pieza clave para entender el uso ilegal del software Pegasus en México, tanto en el ámbito público como privado.
En un posicionamiento público, las organizaciones señalaron que esta detención “debe ser un punto de no retorno en una investigación de largo alcance que permita esclarecer lo ocurrido en México y que con ello se contribuya a develar la trama de este crimen internacional”.
Recordaron que las investigaciones periodísticas de Aristegui Noticias y Proceso (como parte de The Pegasus Project), así como las realizadas por autoridades, dan cuenta de la existencia de una red de empresas relacionadas con el empresario Ansbacher, quien ha sido identificado como proveedor principal del malware en México.
El director regional para México y Centroamérica de Artículo 19, Leopoldo Maldonado, comentó al diario Haaretz que las empresas del israelí actuaban como mediadoras entre NSO Group y las organizaciones mexicanas de seguridad y aplicación de la ley, incluidos los militares, el CISEN y la entonces Procuraduría General de la República (PGR).
La actual FGR, encabezada por Alejandro Gertz Manero, dio a conocer en julio de este año que Pegasus fue utilizado desde las oficinas de KBH Track y que el empresario Ansbacher huyó de México hace más de dos años.
El diario israelí señala que las afirmaciones de la FGR contradicen las aseveraciones de NSO Group y del Ministerio de Defensa israelí, sobre que el software solo era vendido a los gobiernos y sus agencias de seguridad y combate al terrorismo.
Por su parte, NSO Group envió una comunicación al periódico en la que señala que Juan Carlos “G” nunca fue su empleado o de cualquiera de sus filiales. “Como se indicó en el pasado, las tecnologías de NSO solo se venden a entidades gubernamentales examinadas y aprobadas, y no pueden ser operadas por empresas privadas o individuos”, mencionó.
“Lamentamos ver que, una y otra vez, el nombre de la empresa se menciona en los medios de comunicación en eventos que no tienen nada que ver con NSO, directa o indirectamente”, puntualizó la compañía.
La investigación de Aristegui Noticias y Proceso documentó que el empresario israelí Uri Emmanuel Ansbacher Bendrama operó una red global de empresas que vendió bienes y equipo de seguridad a agencias de seguridad del gobierno mexicano, incluyendo el software espía Pegasus de la compañía NSO Group.
En la trama, se identificaron al menos 30 empresas “fachada” constituidas en México, Panamá y Estados Unidos, así como una serie de transferencias de dinero entre compañías fachada. En este rubro destacan pagos de las compañías mexicanas a NSO Group y una transferencia adicional a las cuentas bancarias de Shalev Hulio, uno de los creadores del software espía y director ejecutivo de la compañía.
A través de dicha red, Ansbacher vendió las actualizaciones y licencias del malware Pegasus a tres dependencias federales: la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la Secretaría de Gobernación (Segob) y la Procuraduría General de la República (PGR, hoy Fiscalía), de acuerdo con facturas, oficios y comprobantes de transferencias de dinero que una fuente conocida como Cazador de Cazadores entregó en un primer momento a los periodistas.
La cabeza de la operación era Corporativo KBH, una empresa sin registro oficial que se origina del acrónimo “Kadosh Baruj Hu”, frase religiosa del hebreo que significa “Santo, Bendito Sea”. “Es nada más un nombre comercial para operar y hay una serie de empresas mexicanas que son las componentes de este grupo”, aseguró Cazador de Cazadores en el marco de la investigación periodística.
A pesar de que no existe como tal, la empresa de Uri Ansbacher se desdoblaba en compañías con nombres similares como KBH Track, Satellital KBH Geolocalizacion Systems, KBH Applied Technology Group y KBH Aviation, entre otras.
Cazador de Cazadores entregó a los reporteros mexicanos de Pegasus Project miles de documentos que acreditan la compra de la plataforma espía por parte de Sedena, el Cisen y la PGR, así como una serie de archivos con el registro del espionaje a un teléfono personal del excomisionado Nacional de Seguridad (CNS), Manuel Mondragón y Kalb.
No es la primera vez que Uri Emanuel Ansbacher Bendrama ha negado su implicación en la trama mexicana de Pegasus. En el marco de la investigación de Pegasus Project, coordinada por Forbidden Stories y Amnistía Internacional, el empresario ya había mencionado que ni él ni ninguno de sus empleados tuvo acceso al sistema Pegasus, por lo cual nunca estuvo involucrado en actividades de espionaje.
Calificó como imposible que dentro de su red de empresas estuviera la carpeta con el espionaje de Manuel Mondragón y Kalb. “La información en la que confía es completamente falsa, o es información parcial que ha sido totalmente distorsionada y sacada de contexto para generar la conjetura fabricada. Si tiene testimonios de apoyo, estos son claramente mentiras”, dijo en un archivo enviado a la periodista Nina Lakhani, de The Guardian.
Dijo que el programa Pegasus es una tecnología altamente regulada y que está prohibido que se instale en oficinas privadas. En mayúsculas negó que haya existido algún contrato o acuerdo con entidades de gobierno para realizar espionaje paralelo al oficial.
Dijo entonces que no ha tenido empresas ni empleados en México, aunque fue proveedor de servicios de consultoría para varias compañías. “Sí brindo servicios de consultoría a varias empresas en México. Algunos de mis clientes tienen contratos con el gobierno, incluso en el campo de la aviación, la infraestructura y la ropa y el equipo. A veces proporciono asistencia general y servicios de gestión para complementar las deficiencias que identifico en la gestión o el desempeño de dichas empresas. Todos los contratos gubernamentales de las empresas de mis clientes son auditados y en condiciones de plena competencia y no hay precios inflados”.
Mencionó que no puede identificar o reclamar la transferencia publicada a Shalev Helio, por no contar con los documentos a la mano: “Con respecto al pago que usted afirma que se realizó a NSO o su director ejecutivo, no puedo verificar específicamente esa información o confirmar si esos pagos se realizaron o no. No soy el propietario ni controlo las entidades mencionadas, pero he remitido su consulta a NSO y a la empresa para obtener una respuesta”.
En su carta, reconoció que compartió oficina con la compañía VICRA, la cual se dedicó a contratos de hardware de computadora y construcción de cuartos de datos. “Puedo decir claramente que nunca vi, escuché o sospeché, o tuve motivos para sospechar, que VICRA participó en espionaje, vigilancia o tuvo acceso al Sistema Pegasus en ningún momento”.
En su postura escrita, dijo: “Sé como un hecho que no hubo ninguna instalación de NSO en ninguna de las oficinas que yo o mis clientes usamos, y no se llevó a cabo ninguna actividad de espionaje o vigilancia, legal o de otro tipo, en dichas instalaciones. En ningún momento, ni yo ni ninguno de mis clientes recibimos listas de objetivos ni se involucraron en ningún tipo de espionaje. Además, nunca tuvieron acceso o exposición al sistema de software de Pegasus (a menos que ellos mismos fueran los objetivos). Además, ninguna de las funciones o productos de Pegasus del sistema estaban en las instalaciones o en mi posesión”.
De manera reiterada, dijo que la publicación de los datos podría causarle un grave daño a su persona, actividades y familia, pues según su visión representan hechos falsos e insinuaciones.
FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS.
AUTOR: REDACCIÓN.
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