“A quien los tenga, les decimos que no buscamos culpables. Solo queremos recuperarlos porque estamos desesperados. Y por eso pedimos ayuda para buscarlos hasta debajo de las piedras”.
El llamado de auxilio lo hace María, hija de Amador Aguilar Mendoza, de 55 años, y hermana de Emmanuel Aguilar Bailón, de 25; dos de los 13 migrantes mexicanos desaparecidos desde el pasado 25 de septiembre en una zona desértica ubicada entre los municipios de Ojinaga y de Guadalupe, en la frontera entre Chihuahua y Texas, Estados Unidos.
El grupo ya estaba por cruzar la frontera cuando, según narró a la Fiscalía chihuahuense, días después un joven de 14 años que logró huir, un grupo del crimen organizado los interceptó y se los llevó en tres vehículos. Más de dos meses después, no se sabe más de ellos. Por ello, para este martes 14 de diciembre está previsto que los familiares hagan una protesta frente al Palacio de Gobierno de Chihuahua para exigir la intervención del Gobierno Federal en este caso.
María, que pide proteger su verdadera identidad por motivos de seguridad, explica en entrevista que su hermano Emmanuel fue el que convenció a su padre Amador para que ambos se ‘brincaran’ a Estados Unidos.
“A mi hermano se le metió la idea en la cabeza de cruzarse porque tenemos parientes del otro lado que le decían que se fuera para allá, que ahí podía conseguir un buen trabajo. Nosotros le decíamos que acá en México también se pueden hacer cosas, pero él ya estaba convencido de que quería irse”, expone María.
Así que Emmanuel renunció a su empleo eventual en un taller mecánico, y su padre hizo lo mismo en la distribuidora de materiales de construcción donde trabajaba.
“Mi hermano estaba emocionado porque pensaba que en Estados Unidos sí podría reunir el dinero suficiente para construirle una casa a su hija de tres años”, dice María.
Tras reunir algo de dinero y pagar a un coyote, padre e hijo salieron la noche del viernes 24 de septiembre de Chihuahua capital y pusieron rumbo a Aldama, a menos de 30 kilómetros. De ahí partirían a Coyame, y de ahí cruzarían la frontera por Ojinaga.
La última llamada, narra María, fue a las siete de la mañana del sábado 25 de septiembre. Amador Aguilar se comunicó para avisar que ya estaban por salir hacia la frontera junto a otro grupo de 11 migrantes, y que pronto se pondrían en contacto de nuevo. Sin embargo, durante los cinco días siguientes, hasta el jueves 30 de septiembre, la familia solo obtuvo un angustioso silencio.
“Como no teníamos noticias, empezamos a llamar a la esposa del guía (también desaparecido). Y ella fue quien nos dio la información de que, según un menor que había logrado escapar, se los había llegado el crimen organizado”.
“Ya sabes lo que tienes que hacer”
Tras lograr cruzar la frontera y ser detenido por la Patrulla Fronteriza, que lo regresó a México por el cruce de El Paso-Juárez, el joven declaró a las autoridades mexicanas que tras subirlos a varios vehículos escuchó que uno de los presuntos criminales se comunicó por radio con alguien. “Ya sabes lo que tienes que hacer”, le habría dicho esa persona. Sin embargo, cuando el joven pensaba que esa era la señal para que lo mataran, lo que pasó fue que lo dejaron libre. “Vete y corre”, le habrían dicho al menor, que testificó que en la huida escuchó disparos al aire.
Al igual que a los familiares de Benigno Alberto Álvarez Castro y de Alan Ricardo Salas Torres, otros dos de los 13 migrantes desaparecidos, María lamenta que los rastreos por aire y tierra de la Fiscalía estatal han sido estériles. Y que, a la fecha, solo han obtenido pistas falsas e intentos de extorsión.
Según cuenta la mujer, una persona se comunicó con ellos para decirles que tenían a Amador y a Emmanuel. Les mandó una foto en la que supuestamente aparecía el hermano, junto a una fecha y un texto escrito en una hoja que decía: “Ayúdame”.
“Nosotros pensamos que sí era él, porque nos lo describió y nos dio muchos detalles”, dice María.
Producto de la desesperación, aceptaron depositar la cantidad de dinero que exigía el extorsionador, que les aseguró que entregarían a padre e hijo en un punto de suelo estadounidense, “porque según que ahí les quedaba mejor”.
La familia hizo el depósito el 2 de octubre, a las 10 de la mañana. Durante todo ese día y la mañana del siguiente, el extorsionador estuvo respondiendo los mensajes y las llamadas. “Nos estuvo dando largas, hasta que lo confrontamos. Le dijimos que si estaba jugando con nosotros, o si solo quería sacarnos el dinero. A partir de ahí, cortó la llamada y nunca más se comunicó”.
Desde entonces, no han tenido ninguna pista, y las investigaciones les han dejado más dudas que certezas hasta el momento.
“Para una búsqueda, primero debe haber una investigación muy firme de cómo sucedieron las cosas el día que desaparecieron. Y aun meses después, lo que vemos es que hay muchas dudas”, expone la mujer, también en sintonía con los familiares de Benigno Alberto y Alan, que pidieron que la Fiscalía estatal dejara de buscar en las brechas de caminos que se extienden por el desierto, para comenzar con los “cateos” por las múltiples casas de seguridad que el crimen organizado tiene en la zona entre Ciudad Juárez y Ojinaga.
“Yo sé que hay muchísimos casos de desaparecidos en este país”, concede María.
“Pero son 13 personas desaparecidas en un solo hecho, y no podemos aceptar que este caso se quede en el olvido, ni que le den carpetazo”, insiste la mujer.
“Se necesitan otras miradas en la búsqueda”
Hasta el momento, las personas identificadas como desaparecidas son: Benigno Alberto Álvarez Castro, de 36 años; Javier Ricardo López Rodríguez, de 38 años; Lorenzo Abraham González Mendoza, de 39; Emmanuel Aguilar Bailón, de 25; Amador Aguilar Mendoza, de 55; José Luis Pallarés, de 47; Luis Carlos Islas Villegas, de 30; Alan Ricardo Salas Torres, de 22 años; Daniel Villa Rascón; Elías Girón Mateo, procedente del Edomex; Rodolfo Guzmán González, de Querétaro; y otros dos hombres cuyas familias quisieron reservar sus identidades.
A este caso se suman otros dos más: el de Omar Reyes López, de 20 años; un joven que salió de su pueblo natal en el estado de Hidalgo, que sobrevivió siete días caminando perdido por el desierto en la frontera con Estados Unidos, y cuya última pista de su paradero conduce también a Ojinaga, donde también fue reportado como desaparecido. Y el caso de Tadeo Salvador Nieves Muñoz, un joven de 24 años de Celaya, Guanajuato, que también cruzó a Estados Unidos por el paso de Ojinaga, y que se encuentra desaparecido desde el 4 de noviembre luego de que el guía lo dejó abandonado.
El activista Gabino Gómez, integrante del Centro de Derechos Humanos de las Mujeres (CEDEHM) de Chihuahua, está acompañando el caso de Omar y de algunas de las familias de los 13 migrantes desaparecidos. En entrevista aseguró que “es cierto que la Fiscalía está buscando” a los migrantes. “El problema es que hasta ahora no han tenido ningún resultado efectivo, ni se ha obtenido ningún dato concreto que nos indique qué fue lo que realmente sucedió, ni mucho menos saber dónde se encuentran”, recalcó el defensor de derechos humanos, que consideró que en este caso “se necesitan otras miradas de fuera” en la búsqueda.
“La Fiscalía debe asesorarse con otras formas de hacer el trabajo de investigación, porque ellos ya están agotando todas las posibilidades y no han tenido ningún resultado, como no los han tenido en muchos otros casos”, agregó Gómez, que dijo que solo con él han llegado otros 14 casos de personas desaparecidas en la zona donde presuntamente un grupo del crimen se llevó a los 13 migrantes mexicanos.
Por su parte, el fiscal de distrito zona norte, Jesús Manuel Carrasco Chacón, dijo también en entrevista que continúan las labores de búsqueda en vida de las 13 personas desaparecidas.
Hasta el momento, el fiscal señaló que han logrado rescatar con vida a 60 personas migrantes en los municipios de Guadalupe y Práxedis Guerrero. Uno de los rescates más recientes ocurrió el pasado 19 de noviembre, cuando en un operativo conjunto realizado precisamente para buscar a los 13 migrantes entre la zona de Coyame, Ojinaga y Valle de Juárez, fueron rescatadas siete personas que se encontraban extraviadas. Sin embargo, ninguna de éstas forma parte del grupo de 13 migrantes desaparecidos el 25 de septiembre.
FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: MANU URESTE.
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