La sierra y zona rural de Ensenada y Tecate, son los lugares más usados por “Los Mayos” para instalar laboratorios para producir drogas químicas, hasta el momento, la mayoría se dedicaba a producir metanfetamina, y en menor volumen, fentanilo y cocaína. En 2021, los aseguramientos de este tipo de instalaciones se redujeron en un 80% en comparación con el año anterior. La Sedena ha asegurado diez laboratorios en Baja California durante el año, y ocupa el cuarto lugar nacional.
En lo que va del año, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ha localizado siete laboratorios de drogas sintéticas en Baja California, la mayoría en zonas sierreñas: cuatro en Ensenada y tres en Tecate.
Conforme a reportes de las autoridades locales, actualmente las células que se dedican a cocinar la droga, son las mismas que trasiegan a Estados Unidos, controlan el narcomenudeo y están sembrando marihuana y amapola en la entidad.
En el transcurso de 2021,166 plantíos han sido destruidos por fuerzas federales en territorio bajacaliforniano.
“Lo que hacen estos grupos es traerse cocineros, agricultores y cuidadores de sus estados de origen: Sinaloa, Jalisco, y usualmente los mandan a predios en las zonas rurales y la sierra para que trabajan en los plantíos y laboratorios. No es poco común que usen las mismas áreas para las dos actividades”, explicó un integrante de las fuerzas coordinadas.
“Difícilmente, un grupo nuevo o diferente podría operar en esas zonas, es tener un conflicto hostil con grupos rivales”, agregó.
Se trata de operadores del Cártel de Sinaloa al servicio de Ismael “El Mayo” Zambada, y los locales del Cártel Arellano Félix, y más reciente, los sinaloenses de los Hermanos Arzate, ya sin protección de “Los Mayos”, de acuerdo con la versión de las autoridades.
En el caso de Ensenada, los integrantes de Mesa de Seguridad volvieron a destacar los liderazgos criminales de Ángel Antonio Olguín Carrillo, Christian Melling Arce y Benjamín Félix Franco, al servicio de “El Mayo”.
Integrantes del grupo criminal que las autoridades locales intentaron neutralizar en un macro operativo el año pasado, el viernes 4 de diciembre de 2020, donde catearon diez inmuebles y detuvieron a once personas, incluidos dos policías, al final sólo Hugo Borja, presunto sicario y operador de calle del cártel, quedó preso y sentenciado por posesión de arma y droga.
Este operativo local, se ejecutó después que en octubre de 2020, la Fiscalía General de la República (FGR) realizara una serie de cateos en Durango, Sinaloa, Estado y Ciudad de México, con apoyo de la Marina, en un contenedor en el puerto de Ensenada. Aseguraron tres sustancias de 28 kilogramos cada una- incluida Acetaminophen, usada en la fabricación de fentanilo-, el cargamento había sido enviado a través de la ruta Yokohama, Japón, por una compañía de Hong Kong, con operaciones en Alaska y Estados Unidos.
De acuerdo con datos publicados por la Sedena en reportes de transparencia, comparado con los 174 narcolaboratorios asegurados en 2020, este año, la operatividad contra esta actividad ilícita se ha reducido en un 80%.
Sin embargo, BC continúa ocupando en el cuarto lugar de espacios de fabricación de drogas sintéticas intervenidos, después de Sinaloa, Chihuahua y Durango. Y a partir de 2018, la mayoría de estas fábricas rústicas se han localizado en Ensenada.
Se trata de precursores químicos altamente venenosos, que causan degradación ambiental y la muerte en seres humanos. Según la dosis que consuman, el deceso es lento o rápido. Son drogas de bajo costo y alta adicción que dañan el cerebro, el corazón, el sistema respiratorio y causan alteraciones en la sangre.
Son químicos tan letales que después de los laboratorios asegurados en la sierra, para la FGR ha resultado problemática su destrucción. Están en lugares tan difíciles de acceder, que la manera más segura de extraerlos con helicóptero, pero hacerlo tiene costos que pueden llegar a los 1.5 millones de pesos.
TRES LABORATORIOS RECIENTES
Tal es el caso de dos de los laboratorios más grande localizados este año por elementos del Ejército, ambos durante el mes de septiembre en Ensenada.
El día 8, en las inmediaciones del Parque Nacional Constitución de 1857, en la sierra, entre arbustos verdes, los militares vieron que destacaba un espacio gris, de cerca se observaba una lona cubierta con ramas secas, la cual cubría un refugio en el que se resguardaban diferentes precursores químicos.
Hubo un reporte inicial que peritos de la FGR siguen sin confirmar, por exceso de trabajo:
“Tienen que hacer las pruebas a los químicos para determinar qué son, pero como en el caso de los laboratorios consignan sin detenidos, los peritos dan prioridad a los casos donde hay un presunto responsable que procesar y el MP tiene 48 horas para presentar el caos al juez. En los laboratorios no hay un término”.
En la zona, agentes federales y militares reportaron el aseguramiento de:
– 2 costales con la leyenda “hidróxido de sodio”, el cual es utilizado entre otras cosas para la fabricación de cocaína.
– 47 costales con la leyenda “Acetato de Plomo Trihidratado”, sustancia altamente venenosa, utilizada para cocinar cristal o cristo.
– 5 bidones, 115 litros de 1-Fenil-2-Propanona, sustancia para crear metanfetamina.
– 1 bidón de 20 litros de un líquido transparente sin indicaciones.
– 14 tambos (350 litros) de aparentemente Ácido Clorhídrico, usado en la confección de cocaína.
– 11 bidones de material sintético, conteniendo 50 litros de un líquido.
– 200 litros de acetona, producto que se utiliza como disolvente en infinidad de productos.
– 170 litros de otro líquido amarillento.
Después, en el Cañón Jamatay de Ensenada, el 24 de septiembre localizaron otro espacio más grande y equipado, en un área entre arboles altos. Allí se aseguraron diez hornos artesanales; cinco de tipo industrial, tres redondos tipo olla de 1×1.20 metros; otro tipo cilindro de 4×1 metros; y uno cuadrado de 1.20×1.40 metros. A unos metros tenía 16 tanques de 45 kilos cada uno de gas para encender los 18 quemadores que también se encontraron.
Para la elaboración y reposo de las drogas, dos cilindros metálicos tipo revolvedora, diez tinas de plástico, todas grandes, y 16 tambos de plástico y metal, todos vacíos.
En cuanto a los precursores, el contenido exacto no ha sido validado por peritos de la FGR y se basa en las leyendas de los empaques:
-36 costales de sosa cáustica, usada para hacer cristal.
– 10 costales blancos de Ácido Tartárico, para metanfetamina.
– 1 costal de Cloruro de Calcio.
– 1 costal (1400 gramos) de Cianuro de Sodio, que se usa para extraer minerales metálicos (minería ilegal) -oro-, limpieza y endurecimiento de metales y en insecticidas.
– 6 tambos de metal con sustancia líquida.
– 1 tambo de metal (200 litros) con acetona.
– 3 tambos (600 litros) de Ácido Clorhídrico.
– 7 bidones de plástico de diferente color con sustancia líquida de color oscuro.
– 3 cubetas de plástico con sustancia líquida aceitosa de color café.
– 2 cubetas de una sustancia tipo pasta, de color amarillento.
Finalmente, el 4 de noviembre 2021, también en zona rural despoblada, entre árboles, cerros y rocas, en las inmediaciones del Rancho Potreritos Tecate, bajo una lona cubierta con plantas secas, se localizaron tres hornos metálicos para mezclar sustancias.
En este caso, ninguno de los precursores asegurados ha sido identificados: 50 costales con una sustancia granulada; 10 tambos con sustancia líquida y 10 garrafones con sustancia líquida.
Antes de eso, el 9 de agosto, la FGR hizo un cateo en una bodega de la colonia Carlos Pacheco de Ensenada, donde aseguraron 2.7 toneladas de Hidróxido de sodio; 3.1 toneladas de Ácido Tartico; 4.8 toneladas de Acetato de Plomo Trihidrato; once kilos de Clorhidrato de Metanfetamina; 10 kilos 950 gramos de Azobisisobutironitrol (AIBN); 3 mil litros de alcohol metílico; 4 mil litros de acetona; y mil 200 litros de N-metilformamida (metanfetamina).
El 3 de junio, localizaron otro laboratorio en la Carretera Federal Playas de Rosarito-Ensenada, en la que, según las autoridades, evitaron la fabricación de 700 kilogramos de metanfetamina.
En el punto encontraron: 60 tanques de gas, 279 bultos de sosa cáustica, 200 litros con ácido clorhídrico; un tanque de argón; 200 litros con alcohol etílico americano, 200 litros de alcohol isopropílico y tres tambos de acetona.
Además de 300 kilos de metanfetamina, un tambo de “tolueno” -droga inhalable derivada del petróleo que se usa en pegamentos o disolventes- y siete contenedores de 50 litros de hidróxido de amonio, utilizado para la recuperación de cocaína.
PRECURSORES DE “LOS MAYOS”
Aunque hay presencia en el tráfico, y cocina de droga sintética de la célula del Cártel Arellano Félix a través de los operadores de Pablo Edwin Huerta Nuño “El Flaquito”, todos subordinados a José Luis Escudero Escandón, preso desde enero de 2020 por el secuestro de una mujer ligada a Víctor Manuel Padilla Murillo “El Chatarrero” -asesinado en agosto de 2020-, quien era operador de “El Mayo”. Los investigadores de las Mesas de Coordinación insisten en que los operadores de Zambada tienen mayor control.
Incluso, reconocen la participación en los laboratorios de Ensenada, de los trabajadores criminales de los hermanos Arzate, quienes también son servidores de “El Mayo”, pero “independientes”.
En Tecate refieren a los servidores delictivos de Jesús Alfonso Trapero Ibarra “El Trapos”, y de sus jefes enviado de Jalisco. Pero insisten en la preponderancia de “Los Mayos” en la siembra y en los narcolaboratorios localizados en zonas rurales. Y entre todos, destacan la operatividad actual de:
– Carlos Adrián Casas Reyes “El Mercenario”, cabeza de célula.
– Ángel Antonio Olguín Carrillo “El 6”, presunto responsable del ataque en contra de Cristian Armando Mohuet Quiñonez y Carlos Antonio Orozco Díaz- agentes de la GESI- el 21 de abril de 2020.
Benjamín Félix Franco “Benja”, encargado de trasiego y proveer insumos. En 2015, estando al servicio de José Ramón Valencia Hernández “El Cepillo”, participó en el asesinato del traficante Sergio Poblano Castro “El Bibi”, dos de sus hijos y un yerno.
– Bernardo Hernández Rauda, presunto responsable del homicidio de Saúl “N” en mayo de 2021; fue testigo protegido de la Fiscalía General del Estado y de su padre.
– Reyes Eleazar López Santillán “El Rufles”.
– Regino Sainz Robles, armero, responsable de modificar pistolas y rifles, quien tiene antecedentes por riña en 2007 y por daño en propiedad ajena en 2012. Fue detenido y liberado en el operativo del 4 de diciembre de 2020.
– Arturo Ramírez G. “El Tury”, encargado de abastecer de vehículos para las actividades delictivas de la célula, detenido por robo a lugar cerrado en 2006.
– Christian M. Arce “El Compadre”, testigo en un homicidio en 2005; su familia tiene terrenos en el Sur de Ensenada desde 1956.
De acuerdo con las investigaciones de la FGE, los policías municipales identificados sólo como L. Valderas y R. Torres, son parte del grupo de apoyo de esta célula, a la que apoyan para ubicar a los operadores de grupos rivales. Les informan de la actividad policiaca y procuran acomodar a policías deshonestos como escoltas de funcionarios.
También ubican como servidores a otros cuatro hombres de quienes sólo tienen los apodos: “El Chamán”, “El Pelayo”, “El Alfredo” y “El Pelón”, todos operadores en la zona de la sierra.
“La droga sintética y precursores que se encuentran en la sierra y la que llega por la zona portuaria de Ensenada que llega de Hong Kong, es de la gente de Ismael Zambada, no han perdido en control”, concluyó uno de los titulares de las Mesas de Seguridad de Baja California.
FUENTE: SEMANARIO ZETA.
AUTOR: INVESTIGACIONES ZETA.
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