Para enfrentar las próximas olas de contagio por COVID-19 y las nuevas pandemias que están por venir, los gobiernos tendrán que generar estrategias e intervenciones interdisciplinarias que incluyan la dimensión medio ambiental, la economía y la territorialidad para no paralizar la actividad económica y al mismo tiempo proteger a las poblaciones más vulnerables.
Así lo expresó el Dr. Juan Manuel Núñez, académico del Centro Transdisciplinar Universitario para la Sustentabilidad (CENTRUS) de la IBERO, en una videocolumna publicada en el canal de YouTube de la División de Investigación y Posgrado, al exponer los resultados de una investigación colaborativa realizada en el marco de la convocatoria IBERO Frente al COVID.
Los resultados del artículo se publicaron en el año 2021, en un número especial de la revista CIENCIA ergo-sum, de la Universidad Autónoma del Estado de México con el título de Análisis de agrupamiento espacial de la letalidad por COVID-19 en México.
El grupo de investigación convocó a profesores de tiempo completo y de asignatura, y a estudiantes de la Licenciatura en Sustentabilidad Ambiental de la IBERO, así como a especialistas de El Colegio de México y del Centro de Investigación en Ciencias de Información Geoespacial.
El Dr. Juan Manuel Núñez recordó que las tasas de letalidad más altas por COVID-19 en México, entre abril y agosto de 2020, se alcanzaron en los municipios rurales e indígenas en situación crítica de los estados de Puebla, Veracruz y Chiapas.
Esto se explica porque, si bien las localidades se encuentran en poblados aislados, sus habitantes se trasladaban cotidianamente, por cuestiones labores, a otros municipios densamente poblados y, por si fuera poco, el acceso a servicios de salud se encontraban alejados de sus localidades de origen.
Sobre la nueva variante Ómicron, el académico reflexionó que quizá sea más contagiosa, pero se espera que no sea tan letal como otras variantes.
Sin embargo, a estas alturas de la emergencia sanitaria se han aprendido lecciones importantes:
- Controlar la interacción entre personas sin llegar al extremo de las restricciones y cierre total de la actividad económica.
- Evitar el hacinamiento.
- El uso del cubrebocas.
- Aumentar la vacunación.
- Generar estrategias de intervención territorial y diferenciación espacial.
- El discurso único proveniente de la salud no resuelve el problema; se requieren equipos interdisciplinarios que abarquen la dimensión medio ambiental, emocional, económica, geográfica, y más.
Las preguntas de investigación que guiaron el artículo fueron: ¿Los municipios con mayores tasas de letalidad son los más vulnerables? ¿Los municipios más aislados se mantienen con bajas tasas de letalidad?
De acuerdo con el abstract del manuscrito especializado, los resultados “muestran que, si bien la mayor parte de la población agrupada mantuvo una tasa de letalidad promedio en los centros urbanos, los grupos más aislados presentan tasas de letalidad inferiores a la media nacional. Las tasas de letalidad más altas se alcanzan en los municipios rurales e indígenas, donde las personas son más vulnerables”.
Esta investigación podría servir como antecedentes para otras que estudien los efectos que ha dejado la pandemia en el presente y en el futuro próximo.
El Dr. Juan Manuel Núñez es académico de tiempo completo del CENTRUS de la IBERO. Tiene estudios de licenciatura en Ingeniería Topográfica y Geodésica por la Facultad de Ingeniería de la UNAM. Maestría y Doctorado en Geomática por el Centro de investigación en Ciencias de Información Geoespacial (CentroGeo). Su experiencia profesional está relacionada con la investigación, la docencia y la vinculación en temas de geomática aplicada a una amplia gama de problemas relacionados con la sustentabilidad de los sistemas socioecológicos.
AUTOR: BRENDA MACÍA.
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