Eran las 6:30 horas del pasado 8 de diciembre cuando alrededor de 180 comuneras del pueblo originario de San Miguel Topilejo llegaron al Zócalo capitalino para exigir a las autoridades federales que atiendan el problema de tala clandestina en los bosques de la comunidad.
Esta acción fue parte de los acuerdos de asamblea que días antes había tenido el sector agrario del pueblo, y fueron ellas, las mujeres comuneras, quienes levantaron la voz de la organización, quienes con indignación expresaron su preocupación por el bosque y la seguridad de las y los brigadistas que todos los días resguardan el territorio.
Mientras una comisión de mujeres entregaba un pliego petitorio a las autoridades federales, donde expresaron su preocupación por la escasa atención al problema de tala, las demás compañeras esperaban fuera de Palacio Nacional, sosteniendo pancartas y lonas en las que se leía “El territorio se cuida, se ama y se defiende”.
“Es importante defender el bosque porque es uno de los pulmones de la Ciudad de México, nos proporciona oxígeno, agua, además de que es una fuente de trabajo para la comunidad. Si los talamontes siguen, se van acabar nuestro bosque ¿y qué vamos a tener? Nada. ¿Qué vamos a cuidar?”, cuestionó Guadalupe Pérez Jurado, suplente del primer secretario del Consejo de vigilancia de Topilejo.
Si bien el sector agrario ha sido históricamente comandado por hombres, han sido siempre las mujeres quienes realizan las iniciativas y acciones de lucha más importantes en la historia de los pueblos, y en este caso no es la excepción: “Formar parte de la representación comunal me hace sentir muy bien, pero a la vez estamos tristes, preocupadas, porque en esta administración nos tocó lo peor, que es la tala del bosque. Por eso estamos aquí, es por eso que le digo a la sociedad en general que estén atentos de lo que pasa en nuestro bosque, que nos apoyen, porque el bosque no es sólo de Topilejo, es de toda la ciudad, son nuestros pulmones”, dijo Carmela Márquez Romero, suplente del Consejo de vigilancia.
Mujeres de históricas luchas
La comunidad agraria cuenta con 13 brigadas de trabajo llamadas “Teporingos” y tres de vigilancia “Zacatuches”. En las filas de los “Teporingos” participan alrededor de 15 mujeres, quienes realizan trabajos de chaponeo, reforestación, brechas corta fuego, combate de incendios y recorridos de resguardo del bosque. Una de ellas es doña Francisca Olmos Martínez, brigadista y comunera que lleva más de treinta años cuidando del monte que le heredaron sus padres. Con 79 años de edad, es la brigadista más experimentada, quien el día 8 de diciembre dejó sus labores del bosque para asistir al Zócalo y sumarse a las consignas de lucha por el territorio.
Las mujeres de San Miguel Topilejo han sido partícipes de grandes sucesos históricos para la comunidad y para el país. En septiembre de 1968, rememora en diversas ocasiones Beatriz Velázquez Inclán, integrante del Consejo de cronistas de San Miguel Topilejo, en septiembre de ese año, integrantes del Consejo General de Huelga CGH se vincularon con la comunidad, después de que un camión de pasajeros se volcara en el camino hacia Xochimilco. Varias personas murieron, otras quedaron heridas, la línea camionera no se responsabilizó y el apoyo de los estudiantes no se hizo esperar. Ahí las mujeres se organizaron para agilizar un transporte seguro, ellas acompañaban los viajes de pasajeros y los choferes fueron los estudiantes, y diversas familias los recibieron en sus hogares y formaron parte de la lucha del pueblo.
Una maestra de la comunidad, relata Beatriz Velázquez, prestó su casa para que el CGH realizara reuniones. “La participación de las mujeres de San Miguel Topilejo en 1968 y sobre todo en los mítines fue de gran importancia, porque fueron las mujeres, en mucho, las que organizaron la salida de los estudiantes cuando alguien enteró al gobierno de que en San Miguel Topilejo había estudiantes realizando reuniones. Fueron las mujeres las que con el apoyo de sus maridos, hijos y nietos pudieron sacar a los estudiantes antes de que el gobierno llegara a San Miguel Topilejo”.
Hoy, las herederas de esas luchas están defendiendo el bosque, están mostrando a las nuevas generaciones la importancia de defender el territorio que las ancestras han resguardado.
AUTOR: DEISY RAMÍREZ GARCÍA.
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