Casi tres millones de personas con alguna enfermedad distinta al COVID–19, se quedaron sin la posibilidad de recibir atención de urgencias o ser hospitalizadas para algún tratamiento o cirugía en los hospitales públicos del sector salud, entre marzo y octubre de 2020.
Esta cifra duplica al millón y medio de personas que para junio ya habían visto limitada la posibilidad de ser atendidas en los hospitales públicos por algún padecimiento distinto al causado por el nuevo coronavirus.