La niña de 9 años, de iniciales A.M.A.R., le contó a su madre que eso era lo que le decía Roberto ‘N’, el director del Colegio Liceo de León, en Guanajuato, cuando éste se le acercaba para saludarla.
A diario, Roberto tenía por costumbre recibir a los alumnos en la puerta del colegio cuando ingresaban por las mañanas. Ahí, todos en fila, los menores iban ingresando al inmueble y recibiendo el saludo del director, que pedía a los jóvenes alumnos que le dieran un beso.
A Amar aquello no le parecía extraño. Hasta que, entre febrero y marzo de 2018, el director comenzó a forzarla con insistencia para que se lo diera en la boca.
“Le volteaba la cara a la fuerza, sujetándola con sus manos, y en lugar de dárselo en la mejilla, le daba el beso en la boca abusando sexualmente de ella. Así lo hizo, al menos, en tres ocasiones, en la que trataba de convencer a la menor diciéndole que ella era su preferida”, explicó en entrevista con Animal Político Moisés Castillo Guerrero, el abogado defensor de la menor.
En una de esas veces, la madre de Amar fue testigo de cómo el director de la escuela besó a su hija a la fuerza en la boca, por lo que le reclamó airadamente, a lo que éste “únicamente se puso nervioso y se limitó a hablar sobre la religión y la moral”, declaró la mujer en la denuncia que interpondría tiempo después.
Tras las agresiones, Amar comenzó a encerrarse en sí misma fruto de la agresión; se volvió muy desconfiada, temerosa, y se negaba a hablar con nadie de lo sucedido. Unas reacciones muy comunes en menores víctimas de abuso sexual, explica en entrevista María del Rosario Alfaro, psicóloga y directora ejecutiva de Guardianes, una organización civil que lleva 20 años atendiendo a menores que sufrieron abuso.
“Fue muy difícil convencer a la niña para que denunciara el caso”, dice su abogado.
No fue hasta 2020, dos años después de los hechos, cuando la menor ya con 12 años y tras recibir terapias psicológicas que le ayudaron a verbalizar lo sucedido acudió a denunciar ante la Fiscalía de Guanajuato, cuya Unidad de Atención Integral a las Mujeres inició la carpeta de investigación con número 111275/2020.
A partir de la investigación ministerial, un juez de la Cuarta Región en la ciudad de León determinó que sí había elementos suficientes para conceder una orden de aprehensión en contra de Roberto ‘N’, por su probable responsabilidad en el delito de abuso sexual a una menor.
Lo que discutirá la Suprema Corte
Sin embargo, la defensa del acusado se aferró a un punto en el amparo que interpuso para evitar la detención: a diferencia de otras entidades, como el Estado de México, donde la pena por abuso sexual puede llegar a los 8 años, en Guanajuato el Código Penal establece como máximo apenas dos años de cárcel para este delito; justo el tiempo que transcurrió entre los hechos denunciados y el momento en el que los padres de la menor interpusieron la denuncia. Por lo que el delito, según la defensa del director de la escuela. ya habría prescrito.
En un inicio, la justicia le dio la razón a Roberto ‘N’, aunque al entrar a discutir de fondo el asunto, el juez décimo segundo de distrito en el estado de Guanajuato resolvió el 30 de abril de 2021 negarle el amparo.
El motivo que argumentó el juez es que, en efecto, el delito habría prescrito, según lo establecido en el Código Penal. Sin embargo, esto iría en contradicción con lo establecido en la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, que establece que los delitos cometidos en contra de los menores no caducan.
Como respuesta a esta sentencia, Roberto ‘N’ interpuso un recurso de revisión, que le tocó al Segundo Tribunal Colegiado del Décimo Sexto Circuito; mismo que el 2 de septiembre del año pasado decidió turnar el caso a la Suprema Corte de Justicia de la Nación para que se pronuncie al respecto en una sesión que tendrá lugar este miércoles 19 de enero en la sede de la Corte, en la Ciudad de México.
El expediente, que le tocó a la ministra Margarita Ríos Farjat, plantea básicamente dos interrogantes a resolver: si la ley de los menores puede aplicarse en materia penal; y si, en caso afirmativo, debe entonces considerarse el delito de abuso sexual en menores como imprescriptible. Es decir, que no puede caducar nunca.
El abogado de la menor, Moisés Castillo, lo explica en los siguientes términos.
“Lo que yo le digo a la Suprema Corte es: ¿qué está por encima, el interés superior de la menor, o la prescripción del delito que alega el acusado? La Corte lo que tiene que decidir es quién está por encima de quién”.
La respuesta que dé la Suprema Corte a estas preguntas, subraya el abogado, será de vital importancia para poder sentar un precedente en materia jurídica.
“Esto va mucho más allá de un caso. Si decide a nuestro favor la Suprema Corte, eso puede abrir la puerta a muchísimas familias cuyos hijos sufrieron abusos sexuales y no se atrevieron a denunciarlos porque ya pasó el tiempo”, plantea Castillo.
“Es decir, si la Corte dice que, por encima de las legislaciones locales, que además tienen una pena de prisión ridícula para los abusadores, está el interés superior del niño, entonces se habrá logrado un gran avance con un precedente en materia jurídica de vital importancia”, añadió el abogado.
Laura Martínez, directora de la Asociación para el Desarrollo Integral de Personas Violadas (ADIVAC), coincide con el abogado.
“Si la Suprema Corte se declara a favor de la no prescripción del delito, se estará marcando un precedente único. Se estaría dando la oportunidad a muchos niñas y niños de acceder a la justicia”, recalca.
Roberto ‘N’, que está libre y en paradero desconocido, tiene otra orden de aprehensión por abuso sexual en contra de un niño de 8 años en 2020, cuya familia denuncia que también sucedió en las instalaciones del Colegio Liceo de León. Como en el caso de la niña Amar, el padre del niño, Carlos Alfonso Navarro, dijo a este medio que el director de la escuela también lo forzó a besarlo en la boca, incitándolo a tener sexo en su despacho.
“Los niños se acuerdan de los abusos años después”
La psicóloga María del Rosario Alfaro, de la organización civil Guardianes, coincide en que una decisión de la Suprema Corte declarando imprescriptible los delitos sexuales en contra de menores sería un importante paso adelante en el combate a la impunidad que prevalece en este tipo de delitos.
En entrevista, Alfaro recalca en primer lugar que un abuso no se limita a una penetración, a una violación sexual: “Cuando hay tocamientos eróticos, o cuando un adulto besa de manera erótica a un niño o a una niña, esto también genera un gran daño y una gran confusión en los menores”.
La psicóloga explica que los niños entienden que ese tipo de tocamientos o de besos no están bien, pero en este tipo de casos, los agresores, que por lo general son del círculo familiar o del círculo cercano del menor, les piden que guarden el secreto con la amenaza de que si hablan “nadie les va a creer, o que van a hacer sentir mal a sus padres”. “Y esto -apunta Alfaro- genera en el menor una situación de secreto y de silencio”.
Este tipo de agresiones sexuales son tan fuertes para la mente infantil, agrega la psicóloga, que los menores activan dos tipos de mecanismo de defensa. Uno, “muy notorio en la mayoría de las víctimas”, es la disociación traumática. “Esto es, actuar como si nada hubiera ocurrido. Incluso, intentan borrar de su mente ese pasado”. Y dos, que la mente del menor se queda como si fuera un rompecabezas. “Tienen fragmentos de recuerdos, pero no la escena completa, porque de manera inconsciente lo que hacen para evitar el dolor es tratar de olvidar lo ocurrido”.
Generalmente, añade Alfaro, a lo largo del desarrollo de los niños estos van reactivando los recuerdos cuando, por ejemplo, huelen el mismo perfume que usaba la persona agresora, o cuando escuchan la música que sonaba al momento de la agresión, etcétera, aunque son procesos muy largos que pueden durar años.
“Por eso, no debe prescribir nunca un delito sexual de este tipo”, concluye la psicóloga de Guardianes. “Porque muchos niños se acuerdan de los abusos muchos años después de que les sucedieron. Y si el delito prescribe a los pocos años, lo más fácil es que se quede impune para siempre”.
FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: MANU URESTE.
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