Cuando el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, se aferró a llevar a cabo su prometida Revocación de Mandato a mitad de su sexenio, a pesar que no es necesaria, que más de 30 millones de mexicanos lo eligieron para administrar el Gobierno de la República por casi seis años, cualquiera hubiera imaginado que, como todas las consultas y más siendo una tan directa como la Revocación, las opciones para los ciudadanos participantes serían simple y prácticamente, sí, o no.
La revocación, sin complicaciones, “es la acción de dejar sin efecto una concesión, un mandato o una resolución”, en sí no hay mucho que hacer alrededor de la misma para que los ciudadanos comprendan de qué se trata, además que López Obrador se ha encargado de dejar claro lo que significa la revocación.
Pero Morena y el Presidente, complicaron todo.
Para empezar, un ejercicio de tal magnitud, considerando que intentan avanzar contra la decisión de más de 30 millones de votantes que lo eligieron para el periodo 2018-2024, debe tener una organización igual a la elección presidencial que pretender, en dado caso, ir contra tal resultado. Para ese efecto, el Instituto Nacional Electoral cuenta con un proceso de organización cuyo costo asciende a tres mil 830 millones de pesos, que la Cámara de Diputados –la misma que votó a favor de la Revocación– no entregó como presupuesto adicional para el ejercicio de este año en que, por Ley, se debe llevar a cabo la consulta popular.
Ese embrollo del presupuesto, ha mantenido una de por sí ya minada relación verbal entre el mandatario nacional y las autoridades del INE, y por supuesto del partido en el poder, Morena.
Aparte, en el legislativo, la pregunta sobre la Revocación pasó de presumirse simple y directa, a establecerse como una revocación o una ratificación. El tema, como es conocido, fue impugnado y la Suprema Corte de Justicia de la Nación lo abordó ayer martes 1 de febrero.
El Ministro Jorge Mario Pardo Rebollo, en su proyecto sobre el tema, propuso declarar la inconstitucionalidad de la pregunta aprobada por el Congreso de la Unión, precisamente, para evitar la manipulación, y que el acto de consulta de Revocación de Mandato, fuese confundido con una ratificación.
Pardo Rebolledo propuso en el proyecto que la pregunta se planteara de la siguiente forma: “¿Estás de acuerdo en que a Andrés Manuel López Obrador, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, se le revoque el mandato por pérdida de confianza?”. A pregunta directa, opciones directas, “sí”, “no”.
Tal premisa contrasta dramáticamente con la aprobada por el legislativo, y que le cambia el carácter revocatorio al ejercicio, para adentrarlo en una ratificación, dos conceptos muy distantes, y no lo que el Presidente había prometido y se aferró.
Siete Ministros de la Corte, incluido por supuesto Pardo Rebolledo, votaron a favor de modificar la pregunta, lo cual va en congruencia con la Ley de Revocación de Mandato, y acotar la pregunta para no manipular al participante con la alusión a una ratificación. La Ministra Margarita Ríos Farjat, quien voto a favor del proyecto de Pardo, estableció que no era necesario preguntar a los ciudadanos si desean la permanencia de alguien que de suyo, ya está en el cargo, sino “dilucidar si debía ser removido”.
Junto con Pardo y Farjat, votaron a favor de acotar la pregunta exclusivamente a la revocación, los Ministros Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Luis María Aguilar Morales, Norma Lucía Piña, Javier Laynez Potisek y Alberto Pérez Dayán.
Los votos requeridos a favor del proyecto de controversial constitucional son ocho. El presidente de la Corte, Arturo Zaldívar, y tres ministros propuestos por el Presidente López Obrador ante el Senado para ser designados, Loretta Ortiz Ahlf, Juan Luis González Alcántara Carrancá y Yasmín Esquivel Mossa, votaron contra el proyecto de Pardo.
El voto crucial era el del presidente de la Corte, pero Zaldívar no dio el paso.
Por lo que, a reserva de si la próxima semana la Corte resuelve que el Congreso de la Unión debió de dotar de más recursos al INE para la Revocación de Mandato, este ejercicio es ya uno de ratificación, al haber rehuido la Corte, y su presidente, a modificar la pregunta para adaptarla a un real ejercicio de Revocación.
Ahora los ciudadanos responderán a una pregunta que pone en el centro de la cuestión, la Revocación, cuando se integra así: “¿Estás de acuerdo en que a Andrés Manuel López Obrador, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, se le revoque por pérdida de la confianza o siga en la presidencia de la República hasta que termine su periodo?”, cuyas opciones de respuesta son dos. La de la revocación, “Que se le revoque el mandato por pérdida de la confianza”, y la de la ratificación, “Que siga en la Presidencia de la República”.
Una incongruencia de la Corte, y su presidente, al consentir una pregunta de ratificación, en la consulta de la revocación, ¿no?
FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: ADELA NAVARRO BELLO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario