En el marco de los 50 años del asesinato de Genaro Vázquez Rojas, maestro y guerrillero originario de San Luis Acatlán, municipio enclavado en la región de la Montaña, las organizaciones sociales, diferentes colectivos de desaparecidos, madres y padres de los 43 estudiantes normalistas, familias indígenas desplazadas, sindicatos, organizaciones ambientalistas y personas solidarias se manifestaron por las calles principales de la capital del estado para exigir verdad y justicia, libertad a los presos políticos y acceso a servicios de salud, educación, entre otras demandas básicas, que hacen más profundas las brechas de la avasallante pobreza en la que se encuentran comunidades guerrerenses.
Aproximadamente a las 11:30 de la mañana de este miércoles dio inicio la marcha con más de mil personas en el punto conocido como el caballito, cerca del mercado Baltazar R. Leyva Mancilla. La marcha empezó con los pasos silentes de las madres, hijas, padres, niñas y niños como buscando el rostro ausente, cuando el sol empezaba azotar el asfalto. Las miradas permanecían contra policías estatales y Guardia Nacional apostados en los márgenes de las calles para vigilar.
¿Dónde están?, se leía en una de las lonas que llevaban integrantes del colectivo de familias de desaparecidos de Chilpancingo. También mujeres y hombres de las comunidades de Chilapa y Zitlala llevaban la fotografía de sus hijos y esposos desaparecidos. Los carteles de presos políticos, así como de Rocío Mesino y Ranferi Hernández, luchadores sociales asesinados, quienes emprendieron una lucha con las comunidades indígenas y campesinas más pobres de Guerrero.
La marcha llegó en el antimonumento a los 43, donde se realizó un mitin para alzar la voz al unísono por la exigencia de verdad y justicia. Colectivos de desaparecidos, estudiantes, desplazados y desplazadas, familiares de presos políticos, sindicatos… quienes señalaron que las autoridades y el actual gobierno de Guerrero no tiene una agenda concreta para enfrentar los graves problemas en la entidad.
Un estudiante de la normal de Ayotzinapa dijo que la marcha es en memoria del profesor Genaro Vázquez Rojas, quien cobardemente fue asesinado en Morelia, Michoacán, tras una persecución de militares, según el testimonio de su esposa Consuelo Solís. Ahora es la bandera de lucha de la dignidad.
También señaló que hay “más de 95 mil desapariciones en el país, cuando estamos en la era de la cuarta transformación. La Guardia Nacional está para defender al pueblo, sus derechos, pero cuántos enfrentamientos hay en Chilpancingo, Acapulco y todo Guerrero, ¿entonces dónde está la Guardia Nacional?”
Por su parte Vidulfo Rosales, abogado de las madres y padres de los 43 desaparecidos, relató que a 50 años del cobarde asesinato del profesor y comandante Genaro Vázquez Rojas, “queremos decir que las condiciones de injusticia, de pobreza, de marginación que prevalecían en aquellos años, y que por eso se levantó en armas, sigue vigente. Hoy en día el cacicazgo en el estado de Guerrero sigue intacto, los asesinos del pueblo, los que han masacrado, los responsables de las desapariciones de luchadores sociales, de los asesinatos de defensores, siguen impunes. Seguimos siendo un estado con las heridas abiertas de la guerra sucia, con un 99 por ciento de impunidad. Hay 5 mil 300 personas desaparecidas y más de 30 defensores y periodistas asesinados desde 1996 a la fecha”.
“En el ámbito político no se vislumbra una transición que logre romper con las estructuras caciquiles que han esquilmado al pueblo de Guerrero, que se han enriquecido del erario público y que hoy en día siguen manteniendo ese poder”, destacó.
Por eso, las madres y padres de familia de los 43 seguirán impulsando la lucha por la presentación con vida de sus hijos. Seguiremos saliendo a las calles, ejerciendo el derecho de protesta en los espacios públicos, en los edificios, en las plazas, en las casetas de cobro si es preciso, de los espacios privilegiados, donde la voz de las madres y los padres se haga resonar para exigir justicia, para exigir verdad y la presentación con vida de nuestros 43 compañeros. En este sentido, queremos decirle a la Guardia Nacional que no nos intimidan sus acosos ni su persecución porque los motivos que entraña el movimiento de las madres y los padres de familia son inmensos por el amor infinito a sus hijos y no tiene precio. No nos vamos a doblegar ante la tentación represiva del gobierno federal y el gobierno estatal, dijo Vidulfo Rosales.
En este contexto de incertidumbre crece la honda preocupación de las familias víctimas de graves violaciones a los derechos humanos, de los colectivos de desaparecidos, de las familias de luchadores sociales que han sido desaparecidos y asesinados, de las víctimas de la injusticia y de la desigualdad que se traduce en la falta de vivienda, en la falta de educación, en la falta de salud, además de los despidos injustificados en el mundo laboral. La desigualdad, la marginación y la pobreza son la ecuación en el estado de Guerrero. Los cambios se avizoran lejanos ante un gobierno que no tiene claridad y sin una estrategia concreta para poder resolver los problemas de pobreza secular. La eterna impunidad en que se encuentran las familias que buscan a sus seres queridos se profundiza.
“La indiferencia que muestra este gobierno frente a los asesinatos de nuestros compañeros luchadores sociales como Ranferi Hernández, Rocío Mesino, Miguel Ángel Mesino, Luis Olivares, Arturo Hernández Cardona, Arnulfo Cerón Soriano y nuestros 43 compañeros hace de las heridas abiertas un abismo”, señaló Vidulfo Rosales.
Las diferentes organizaciones sociales y colectivos reiteraron la unidad porque sólo así la esperanza podrá mirarse en el horizonte. Hablaron de un referente estatal capaz de poder impulsar las grandes transformaciones que necesita Guerrero.
¡Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos!
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