Un laboratorio para la producción de droga sintética fue localizado en la localidad rural de San Francisco Juchitlán, municipio de Chapantongo, en Hidalgo. En esta zona, que es parte de la región geográfica del Valle del Mezquital, grupos del crimen organizado disputan tanto las rutas de la droga como las válvulas de Petróleos Mexicanos (Pemex) para la extracción ilegal de combustibles.
En un sitio despoblado, a la orilla de una barranca, en los límites de la comunidad, elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la policía estatal detectaron 11 contenedores, cada uno con capacidad para 200 litros, con diferentes cantidades de fentanilo, además de un remolque tipo cisterna y objetos presuntamente utilizados para la elaboración de droga.
Para el inicio de las investigaciones, el material quedó en posesión de la Fiscalía General de la República (FGR), a través de su representación en el estado.
Con base en informes de inteligencia a los que Apro ha tenido acceso, en Chapantongo se sitúa en Cártel de Palmillas o Los Hades, que se prolongan a Nopala, Huichapan, Tecozautla, Tasquillo y Alfajayucan; además, de alcanzar a Ixmiquilpan y Zimapán, donde dos exalcaldes, Pascual Chárrez y Erick Marte, fueron acusados por el gobierno de Omar Fayad Meneses de protegerlos.
A cargo de Orlando Medina Velázquez, El Fénix, Los Hades, dedicados al narcomenudeo y al robo de hidrocarburo, disputan la plaza con el grupo de El América, cuyo jefe, Óscar Paredes, fue detenido en el 24 de octubre de 2020, pero mantiene operaciones.
Asimismo, en ese territorio también operan Pueblos Unidos o Los Michoacanos, cuyos líderes, José Artemio y Mariano Maldonado Mejía, conocidos como El Michoacano y el M1, respectivamente, fueron liberados de la cárcel de Tula el pasado primero de diciembre, en una operación que incluyó la detonación de autos bomba.
En toda la franja en Chapantongo, hasta salir a Nopala, se trafica gasolina. Se conecta con el Estado de México y con el corredor de la ordeña en la zona Tula-Tepeji (que incluye a Tezontepec de Aldama y Tepetitlán); además, en la zona limítrofe a Querétaro, con Huichapan, otro pueblo huachicolero. Lo anterior, con base en análisis de inteligencia federal sobre las rutas del huachicol en el país.
Antes la gente se dedicaba al campo o a vender alfalfa, queso; el producto que les dejaban los animales, y ahorita ya no se dedican a eso al ciento por ciento. Luego, luego se ve cuando entra el huachicol, porque hay casas, locales, comercios… hay más derrama económica”, cuenta Albina, una mujer de Chapantongo. Como su casa está a la orilla de la carretera, ha contado 27 camionetas pasar en la oscuridad. Si los bidones en las bateas no los delataran, lo haría el olor a crudo que van regando sobre el pavimento.
Inteligencia refiere que, apoderados de las válvulas, los grupos han extendido sus giros delictivos al secuestro, el cobro de derecho de piso y el tráfico y producción de droga, incluido el fentanilo.
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: ÁXEL CHÁVEZ.
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