A cinco años de compurgar una pena de 40 años de prisión, José Luis Gallardo Parra “El Güerito”, falleció a consecuencia de una afección renal que le aquejaba desde hace varios años. El sinaloense fue el que señalo al agente estadounidense Enrique Camarena Salazar para privarlo de la libertad y llevarlo ante los líderes del Cártel de Guadalajara en 1985, quienes lo torturaron y asesinaron.
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Gallardo Parra pereció por una arritmia cardiaca súbita a consecuencia de un grave mal renal que tenía varios años de padecer, según reportaron los médicos a las autoridades.
Originario de Sinaloa, José Luis Gallardo, fue condenado el 12 de diciembre de 1989 a la pena de 88 años de prisión por los delitos de homicidio calificado, plagio o secuestro, inhumación clandestina, asociación delictuosa y encubrimiento en agravio de las señaladas víctimas.
En apelación, el Tercer Tribunal Unitario del Tercer Circuito, no encontró penalmente responsable al “Güero” por el delito de encubrimiento y redujo la pena a 86 años de cárcel; sin embargo, como la pena máxima establecida en esa época en el Código Penal era de 40 años de prisión, se ajustó la sanción a esta última.
El ahora fallecido y otros sicarios del Cártel de Guadalajara, participó el 7 de febrero de 1985 en el secuestro del agente de la DEA Enrique Camarena Salazar, a una cuadra del Consulado de los Estados Unidos de América en Guadalajara, pues era el único que lo conocía.
Camarena fue llevado ante la presencia de los narcotraficantes Rafael Caro Quintero y Ernesto Rafael Fonseca Carrillo “Don Neto” quienes deseaban interrogarlo, para lo cual le torturaron y asesinaron en una finca de la calle Lope de Vega, en la capital de Jalisco. José Luis también es copartícipe en el plagio del piloto de la SARH Alfredo Zavala Avelar, quien tuvo el mismo fin que el agente.
“El Güero”, que se encontraba preso desde el 25 de marzo de 1987, cuando ingresó al Reclusorio Preventivo de Guadalajara, y desde el 9 de enero de 1990, en calidad de sentenciado, en el Centro de Reinserción Social, de Puente Grande, intentó en diversas ocasiones obtener beneficios penitenciarios sin conseguirlo, por lo que permaneció 35 años tras las rejas.
José Luis Gallardo era aficionado al béisbol, lo que le llevó a ser uno de los fundadores de la liga de ese deporte en el CRS, impulsor de cursos de superación personal y uno de los más importantes emprendedores de la industria de los fajos “pitiados” al interior del penal. En la década de los noventa fue reconocido como uno de los líderes del centro penitenciario.
Desde hace algunos años, Gallardo Parra padeció de una grave afección renal que motivaba sus constantes traslados de Puente Grande al Hospital Civil para ser canalizado con hemodiálisis, hasta que este día se reportó su defunción.
A la fecha, solo queda preso por el homicidio del agente Camarena, el narcotraficante Miguel Ángel Félix Gallardo, líder del otrora llamado Cártel de Guadalajara. Rafael Caro Quintero, que cuenta con orden de aprehensión por los mismos hechos, se encuentra prófugo desde 2013 cuando abandonó el Reclusorio Preventivo por una resolución judicial irregular.
AUTOR: LUIS CARLOS SÁINZ.
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