La Secretaria de Educación Pública (SEP) prepara una reforma curricular que busca eliminar las reformas pedagógicas de las administraciones de Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón a partir del próximo ciclo escolar, pero hasta el momento no existe claridad de cómo operaría la nueva propuesta en las aulas, advierten especialistas y docentes.
La reforma incluye cambiar las asignaturas por “campos formativos”, es decir, que en el salón de clases no haya lecciones de Matemáticas o Español por separado, sino que el maestro plantee problemas en los que apliquen distintas disciplinas. Por ejemplo, el tema de cambio climático podría incluirse en lecciones de Biología, Geografía, Matemáticas, etc. Además, la nueva reforma propone que el estudiante aprenda a partir de su entorno.
Sin embargo, hasta el momento no está claro cómo se aterrizaría la propuesta en los salones de clase, ni la actualización docente que eso requerirá. Incluso, dado el complejo cambio que se propone, serían necesarias modificaciones en la formación de los futuros profesores en las escuelas normales y en los libros de texto de educación básica.
El proceso de la reforma curricular comenzó con la presentación del “Plan y los Programas de Estudio para la Educación Básica”, construido por 260 personas entre julio y diciembre de 2021. A partir del documento que generaron, la SEP comenzó en marzo, la realización de asambleas y diálogos con maestros y especialistas de todo el país para recabar sus comentarios y propuestas al respecto, y para la construcción de los libros de texto.
Por el momento, ni en los documentos oficiales, ni en las asambleas la dependencia ha explicado cómo lo aplicará en un sistema educativo tan diverso como el mexicano, ni ha presentado algún manual o lineamientos sobre la actualización a la que deberían someterse los maestros. Además, la propuesta de reforma curricular está generando críticas entre especialistas, e incertidumbre entre los profesores.
Falta claridad
La SEP publicó en enero el documento elaborado por los expertos “Marco curricular y plan de estudios 2022”, donde explica que la enseñanza ya no sería “fragmentada” por asignaturas, sino por cinco campos formativos de “lenguajes; saberes y pensamiento científico; ética, naturaleza y sociedad, y de lo humano a lo comunitario”, dice el documento para la currícula de primero y segundo de primaria.
Por eso es que “los contenidos dejan de responder a una especialización progresiva por disciplinas, pero responde a situaciones que resultan del interés o que son relevantes para el individuo y la comunidad”.
Pero para empezar, coinciden especialistas, la idea no es nueva. Desde las reformas del presidente Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto se ha planteado los “campos disciplinarios” con la propuesta de “trabajos por proyecto” en las aulas. Pero ahora se agrega que dichos campos sean con base a planteamientos comunitarios, es decir, el aprendizaje a partir de su entorno.
“Ese concepto es tan ambiguo que termina siendo un desastre”, como ha ocurrido en las Universidades del Bienestar Benito Juárez, que nació bajo ese mismo precepto de planteamiento comunitario, afirma Vania Bañuelos, pedagoga y maestra en Aprendizaje y Políticas Educativas y docente de primaria.
Además, “la propuesta no ofrece seguridades mínimas de que los estudiantes adquieran esas capacidades y su derecho humano a la educación quedaría vulnerado”, advierte Carlos Mancera Corcuera, exsubsecretario de Planeación y Coordinación de la SEP, en un artículo publicado en la revista Nexos.
“Según la propuesta, la expectativa es que los alumnos de todos los grados salgan del aula para ir a la comunidad para así observar y recoger información que les servirá como base para sus proyectos educativos. (pero) La observación de lo que sucede en la comunidad-territorio como punto de partida para el aprendizaje tenderá a limitar la educación a lo largo de toda la educación básica”, dice en su artículo “Currículo improvisado y empobrecimiento educativo”.
Para Ángel Díaz Barriga, investigador emérito de la UNAM, esta propuesta se trata de “pedagogía de la comunidad”, al que define como “un reto enorme, pero es el primer cambio educativo que propone este país”, porque aunque en las anteriores reformas se hablaba de “campos formativos”, en la práctica seguía enseñándose por materia.
Sin embargo, coincide en que faltan ‘los cómo’. Si bien será un reto para la educación primaria, en secundaria podría significar un problema, puesto que si la enseñanza será a partir de la resolución de problemas combinando diferentes disciplinas en clase, ¿cómo afectará a los maestros que fueron formados para enseñar solo una materia en específico? y además, están contratados por hora de clase de su materia. Eso no está resuelto, por ejemplo, advierte Díaz Barriga.
Los libros y el magisterio
Alma Maldonado, investigadora del Cinvesatav, explica que un cambio como el propuesto implicaría intervenir en la formación de los profesores desde la Escuela Normal, además del diseño de libros de texto de los que tampoco hay claridad hasta el momento. Lo único que existe es la realización de “asambleas” para el diseño de los libros de texto, encabezadas por Marx Arriaga, director de Materiales Educativos de la SEP.
El cambio propuesto también implicaría modificar “la manera en que estás formando a los docentes y capacitando a los actuales”, coincide Marco Fernández, investigador del Tec de Monterrey y de México Evalúa. “Por ejemplo la reforma plantea eliminar las calificaciones y más bien registrar ‘niveles alcanzados’, pero eso implicaría capacitar a los docentes para hacer algo así, y para adaptarse a pedagogías que respondan las expectativas de los cambios en los planes de estudio”.
“El magisterio no está preparado para un cambio tan drástico debido a que el modelo educativo que pretende implementar el actual gobierno rompe con los anteriores”. Por ejemplo, el discurso es “romper con el neoliberalismo y la individualidad, que se rescate la colectividad. Eso suena bien en teoría, pero cómo pones en práctica algo así primero entre los docentes, y cómo hacerlo en zonas violentas del país”, advierte Abelardo Corro, maestro de Escuela Normal.
Saúl Pérez, maestro de primaria, afirma que en su escuela “no tenemos idea” sobre los cambios que propone la SEP. Hasta el momento no le ha llegado ninguna información oficial sobre capacitación docente, ni guías. Si bien la SEP ha organizado “asambleas” para informar sobre los cambios en realidad se trata de exposición y un poco de debate, pero no de instrucciones claras para aplicación en los salones de clase.
Nubia Ángeles, jefa de contenidos de LEGSA, una plataforma educativa para docentes, afirma que este es un tema preocupante porque en la práctica, no se ha discutido en lo absoluto. “Los maestros se quejaban del modelo de Peña Nieto, pero ahora lo están haciendo igual. Las asambleas solo están sirviendo para hacer creer que se está discutiendo, pero la realidad es que no”, dice Nubia.
Uno de los aspectos preocupantes dice, es “¿cómo evaluarán los campos formativos? ¿Solo lo dejarán a consideración del maestro? Eso aún no está claro”. Además, cómo implementarán una nueva currícula sin siquiera haber evaluado los efectos de la pandemia. “Si no tienen las bases, ¿por qué implementar un nuevo modelo ahorita?”.
FUENTE: ANIMAL POLITÍCO.
AUTOR: NAYELI ROLDÁN.
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