Los trabajos de tala y desmonte de la selva en Playa del Carmen, Quintana Roo, para la nueva ruta del tramo 5 del Tren Maya continúan a pesar de que el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) no ha dado a conocer las autorizaciones en materia de impacto ambiental ni de cambio de uso de suelo en terrenos forestales.
De acuerdo con el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), las obras cuentan con “todos los permisos”, pero éstos no han sido entregados ni siquiera a los municipios colindantes a la selva, señalaron sus autoridades.
La Dirección de Medio Ambiente Sustentable y Cambio Climático realizó dos inspecciones en el área de selva devastada. En la zona afectada prevalece el ecosistema de selva mediana, en la cual hay “árboles importantes, árboles que se encuentran en la Norma Oficial Mexicana 059. Sí es un ecosistema importante en el cual se tiene un proyecto ambicioso”, dijo Lucelly Ramos Montejo, directora de la dependencia, a El Universal.
A raíz de las imágenes que se difundieron desde principios de marzo sobre la devastación de la selva por la nueva ruta del tramo 5, que va de Playa del Carmen a Tulum, el rechazo al megaproyecto ha crecido entre comunidades de activistas, académicos, artistas y especialistas, que se han sumado a campañas para exigir su cancelación.
Las exigencias contra el Tren Maya, sin embargo, han sido protagonizadas por las comunidades mayas de la Península de Yucatán desde que se anunció el megaproyecto, pues no fueron consultadas de manera previa, libre e informada para su construcción, además de que han denunciado que se trata de un proyecto de despojo territorial y cultural que amenaza al medio ambiente y sus formas de vida comunitaria.
AUTOR: REDACCIÓN.
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