Tuvieron que pasar cinco años desde el feminicidio de María José Medina Flores para que las autoridades de Michoacán dieran con dos hombres relacionados con su asesinato, aunque solo uno de ellos, Cristian José “N”, se encuentra detenido.
José Armando Medina, padre de Marijo, como llamaban a la joven originaria de Salvatierra, Guanajuato, reclama que Francisco “N” no se encuentra en prisión debido a que está declarando sobre lo ocurrido bajo “criterio de oportunidad”, es decir, a cambio de que no se ejerza acción penal en su contra.
Sin embargo, reconoce que hasta antes de que Francisco “N” comenzara a declarar, desconocían detalles de lo que había ocurrido con Maria José la noche del 16 de febrero de 2017. Lo último que supieron de ella es que salió a celebrar el cumpleaños de una amiga en un bar de Morelia, Michoacán, y que en el sitio había convivido con cuatro personas que estaban en otra mesa. La joven salió del bar con uno de ellos y al día siguiente fue hallada sin vida, con signos de violencia.
De acuerdo con Armando Medina, las autoridades dieron en diciembre pasado con Francisco “N”. El hombre se encontraba escondido en la capital de Michoacán, y la información que proporcionó permitió que el 22 de abril detuvieran a Cristian José “N” en Paracho, otro municipio del estado.
Gracias a la información que han proporcionado sobre el caso, las autoridades ahora buscan a un tercer implicado, quien habría disparado contra Marijo: se trata de Alexis Gutiérrez Padilla, por quien la Fiscalía General del Estado (FGE) de Michoacán ofrece 100 mil pesos de recompensa.
A través de un comunicado, la FGE informó que cuenta con “datos de prueba objetivos y contundentes para acreditar la probable responsabilidad del investigado en el feminicidio, por lo que en su momento solicitó la respectiva orden de aprehensión ante el Juez de Control, misma que fue obsequiada”.
En entrevista, el papá de María José afirma que, según las investigaciones de las autoridades, el hombre de entre 29 y 30 años, complexión media y tez morena salió del país con rumbo a los Estados Unidos en 2020, antes de que se le relacionara con el feminicidio. Esta fue la última vez que se tuvo conocimiento de su ubicación.
“Emitieron una ficha roja para que lo localizara la Interpol, pero no ha sucedido. Yo les he dicho que si se fue con visa de trabajo se puede preguntar con qué empresa se contrató o si tiene algún número de seguro social registrado, pero no hacen nada. También pienso luego que allá (en Estados Unidos) es común que la gente use identificaciones falsas… si es el caso nunca lo van a hallar, porque él sabe lo que hizo y que lo están buscando”, comenta con tristeza.
“Por eso es que sale este boletín ofreciendo recompensa, para que me ayuden, ayuden a mi familia a que mucha gente lo conozca, que se divulgue su rostro. Sabemos que por lo que hizo seguramente no volverá a su casa ni a su colonia, sabe que tiene que desaparecer… pero que dondequiera que esté, ojalá alguien lo reconozca y encuentre atractiva la cantidad de 100 mil pesos para entregar información”, agrega.
Cinco años sin justicia
El papá de Marijo recuerda con frustración los años que pasaron antes de que la FGE de Michoacán diera los primeros resultados. En 2019, le informó que habían localizado en la red social Facebook a un hombre que parecía ser la última persona con la que estuvo hablando su hija en la puerta del bar, a quien citaron a declarar y dejaron ir porque negó haber estado en el sitio.
“Obviamente el tipo no iba a decir ‘sí, yo hice esto’. Al contrario… y ya después que fui a ver qué había pasado me dijeron que no pasó nada porque declaró que no estuvo ahí”, detalla.
También lamenta que, en su momento, las autoridades no indagaron más acerca de las llamadas que intentó hacer su hija la noche que estuvo en el bar. Los registros de la línea mostraron que había marcado varios números. La mayoría de ellos pertenecían a compañeros de la universidad, pero uno más fue ubicado en Salvatierra, Guanajuato, de donde son originarios la joven y su familia.
En 2021, un vecino acudió a la casa de la familia Medina Flores y le contó a sus padres que era de él el número ubicado en Salvatierra, y que había recibido mensajes de WhatsApp de la joven. Aseguró que María José le contó que estaba en un bar y se sentía incómoda por la presencia de un muchacho con el que una vez le había pasado “algo malo”, pero no dio más detalles.
Los padres de Marijo dieron aviso a la Fiscalía de Michoacán y las autoridades tardaron 15 días en ir a buscar al vecino, que para entonces negó tener información.
Resignado, José Armando Medina agradece que a cinco años del feminicidio de su hija, existan avances en las investigaciones, pero subraya que todavía ninguna persona ha sido sentenciada por haber acabado con la vida de la estudiante de veterinaria. De los cuatro hombres que estuvieron con ella en el bar, y con quienes salió del negocio, se ha identificado a tres, y solamente uno de ellos se encuentra bajo proceso penal.
Según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en 2017, año en el que María José fue asesinada, en el país se abrieron 742 carpetas de investigación por el delito de feminicidio, de las cuales 29 fueron iniciadas en Michoacán.
De 2018 a 2020 en Michoacán fueron abiertas 82 carpetas de investigación por este delito. Este año, entre enero y abril se iniciaron 11 investigaciones de homicidios de mujeres bajo la figura de feminicidio.
FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: ERÉNDIRA AQUINO.
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