Con el objetivo de dejar las tareas tanto administrativas como operativas de la Guardia Nacional (GN) en manos de militares, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) puso en marcha desde el año pasado un plan para sustituir a todos los elementos civiles de esta corporación. Documentos internos a los que Animal Político tuvo acceso muestran que este plan terminará en 2023 y provocará la salida de más de 17 mil 500 elementos transferidos desde la desaparecida Policía Federal a distintas áreas de la GN, con mayor urgencia en aeropuertos y carreteras.
Aunque la reforma constitucional anunciada por el presidente Andrés Manuel López Obrador para transferir la GN al Ejército ni siquiera se ha presentado en el Congreso, en los hechos la sustitución de los civiles por policías militares y soldados ya es una realidad. Y todo ello ordenado desde la propia Defensa Nacional.
Pero militares que participan en el relevo de los agentes civiles revelaron que no han sido bien capacitados para las tareas que les fueron encargadas, pues se enfrentan a situaciones que nunca vieron en el curso exprés de dos meses que les impartieron. Incluso, dijeron sentirse confundidos, ya que algunos se enrolaron para ser militares y no policías. Además, denunciaron que su mando sigue dando órdenes como si estuviera dentro del Ejército, lo cual les complica su operación al atender hechos civiles.
“El mando nos dice que el uniforme de Guardia Nacional es un disfraz y que nosotros somos militares, y que abandonamos nuestros puestos por venir aquí. Yo sé que no es un disfraz, porque si cometo un error puedo tener problemas legales, pero es confuso, porque venimos de procedencia militar. Si a mí me dijeran que si me quiero quedar en la Guardia Nacional o volver a la milicia, yo volvería a la milicia, aunque no puedo negar que he aprendido mucho en estos años”, dijo uno de los militares comisionados a la GN.
Animal Político buscó a la GN y a la Sedena para conocer las razones de este relevo masivo. La GN no se pronunció al respecto y la Sedena indicó que sí lo hará, pero la respuesta tardará algunos días.
Desde 2021, este medio ha dado cuenta del relevo de exagentes federales de tareas de seguridad y patrullajes, y su sustitución por policías militares. La semana pasada se reveló que, incluso, se había acelerado el despido de los guardias civiles en la corporación. La información obtenida ahora prueba que esto forma parte de un plan instrumentado desde la Sedena.
El plan de la Defensa refiere que existe una ruta crítica de al menos tres fases para reemplazar este año a 8 mil 483 policías federales adscritos a la Dirección General de Seguridad en Carreteras e Instalaciones (DGSCI). Y en 2023 se contempla la purga de 5 mil 98 elementos de la Dirección General de Servicios Especiales (DGSE) y 3 mil 954 de la Unidad de Órganos Especializados por Competencia (UOEC).
Además se plantea que la Dirección General de Seguridad Procesal (DGSP), responsable de la seguridad en los centros de justicia federales y la custodia de los internos, sea sacada de la GN y transferida a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC). Con ello se completaría la salida de los 872 exfederales restantes de la corporación.
A pesar que la GN es una institución civil, en este plan de relevo no se contempla algún acto concreto de la SSPC, ni en la baja de los federales ni tampoco en la capacitación de los militares que serán policías civiles. Todo se encuentra instrumentado desde la Defensa.
Para sacar a los expolicías federales se plantea, principalmente, convencerlos de que se adhieran al denominado Programa de Separación Voluntaria (PSV), que implica que voluntariamente acepten su baja de la institución a cambio de una compensación económica. Con esta idea, miles de guardias civiles han sido transferidos desde varios estados a la Ciudad de México para ser “exhortados” a dichos despidos y, mientras eso ocurre, permanecen congelados.
Entre enero y abril, 891 federales aceptaron su liquidación, 109 tuvieron un proceso de remoción y no aceptaron su liquidación, 18 elementos no asistieron, tres fueron dados de baja por invalidez y un elemento falleció. Algunos de los policías que no han aceptado han señalado a este medio que el pago de las compensaciones económicas es menor al que deberían recibir, sumado al problema que significa quedarse sin trabajo cuando la edad de muchos sobrepasa los 40 años.
Otra alternativa que se menciona en los documentos de la Sedena es la de aplicar nuevos exámenes de control de confianza que permitirían dar de baja a aquellos elementos que nos los superen, aunque el cronograma de dichas pruebas no se detalla.
De soldado a policía, en menos de un año
En el plan de relevo de la Sedena se detalla la integración de compañías provenientes de la Secretaría de Marina (Semar) y la Sedena; para ello, se contempla una ruta crítica de adiestramiento para convertir a los soldados en policías civiles, prácticamente en menos de un año.
Por ejemplo, el curso de formación inicial a la GN dura solamente ocho semanas; el curso de combate individual, igualmente ocho semanas, y el curso básico para ser policía militar tiene una duración de un mes.
Militares entrevistados por Animal Político aseguraron que se trató de cursos exprés, algunos fueron tomados de forma online, y en otros casos fueron impartidos por mandos de la Sedena, pero consideraron que no tenían experiencia impartiéndolo. “Solo leían y nos contaban de sus experiencias en campo, combatiendo el narco, por eso nos dábamos cuenta que no sabían de aspectos técnicos, por ejemplo, qué hacer para preservar una escena del crimen”, dijo uno de los soldados.
Elementos de la GN en Toluca, Estado de México, comisionados para la seguridad de vías de comunicación, detallaron que, si bien los cursos les han sido impartidos, no son suficientes, de modo que han tenido que estudiar más por su cuenta y tomar capacitaciones privadas para poder realizar su trabajo, pues tienen miedo de equivocarse y que esos errores cuesten vidas o sean castigados en el ámbito civil, pues ellos están a cargo, por ejemplo, del manejo de sustancias peligrosas o la persecución del delito en carreteras.
“A nosotros nos llevaron a San Luis Potosí, pero solo nos dieron una embarrada, porque ese mismo curso en la Policía Federal duraba más de un año. Y dejó mucho qué desear, porque la mayoría de los instructores eran de la Policía Federal y pues lo hacían con recelo, porque estaban capacitando a quienes les quitarían su lugar”, dijo uno de los entrevistados.
Para el plan de relevo, la GN integró a su catálogo 247 cursos y talleres, algunos de ellos creados por la Sedena. Según los documentos a los que Animal Político tuvo acceso, solo tiene 37 de los manuales (12%) para instructores y alumnos. Estos manuales se realizan por fases; los de la primera que se publicaron en 2021 se centraron en el uso de la fuerza, protocolos de gestión y una cartilla de gestión del estrés.
La Sedena contempla que para 2022 los manuales que publicarán estén enfocados en operaciones encubiertas, derechos humanos, protección a instalaciones eléctricas, entre otros. Pero será hasta 2023 cuando se impriman los manuales sobre tácticas, técnicas y procedimientos de seguridad pública y operaciones de coordinación estatal.
El adiestramiento es militar
‘Javier’ y ‘Roberto’, cuyos nombres fueron cambiados para evitar represalias, salieron de la universidad y querían formar parte de la Policía Federal; sin embargo, no hubo convocatorias, así que tuvieron que darse de alta en la Sedena para poder formar parte de la GN, con la esperanza de ser policías. Ambos dijeron sentirse decepcionados, pues su adiestramiento ha sido únicamente militar.
“Yo tengo una parte teórica que me dio la universidad, pero hace año y medio me di de alta en la Sedena y comencé carrera en Guardia Nacional, pero el adiestramiento es militar desde que entras. Incluso el hecho de tener estudios, los mandos te dicen que no vale tu profesión. Los mandos nos dicen que no tenemos que hacerles caso a los ‘civilones’ (policías federales). Yo ahora tengo que buscar mis propios recursos y mis propios medios para actualizarme y para aumentar mis conocimientos; por ejemplo, estoy tomando un diplomado sobre hechos de tránsito, el cual solo yo me lo estoy pagando”, dijo ‘Javier’.
Al menos cinco militares de la estación Toluca aseguraron sentirse contrariados, pues su mando, el subinspector Eder Antonio Arriaga Zaleta, les ha pedido realizar acciones fuera de sus obligaciones y procedimientos con policías civiles.
“En un hecho de tránsito el mando llegó, quiso dar órdenes para que se movieran cosas en el informe policial homologado, y el ministerio público lo mandó a llamar y lo cuestionó por andar entorpeciendo el trabajo. Lo hace porque tiene la mentalidad militar, de que tiene todo el poder, pero acá afuera es otra situación”, contó el soldado.
“Aquí ni siquiera fomentan el sentido de pertenencia a la institución, el mando Arriaga nos dice que el uniforme que portamos de la Guardia Nacional es un disfraz. Nos ha dicho que la Guardia Nacional surgió para fracasar. Tienen muy marcado el Ejército, nos dice siempre que somos soldados, esto a pesar que la ley nos dice que estamos separados de nuestra institución de arma y ahora nos regimos por las normas aplicables a la Guardia Nacional, pero para el mando esto no existe, se cierra por completo”, declaró uno de los nuevos agentes de la GN.
Animal Político también solicitó una postura respecto de estas denuncias contra el subinspector Antonio Arriaga, pero al cierre de la edición no hubo respuestas.
‘Miguel’, cuyo nombre también fue cambiado para evitar represalias, era un policía militar y tras el decreto presidencial publicado en mayo de 2020, a él le dieron la orden de ser comisionado a la GN, así que ha tomado sus cursos y aseguró que se ha ido adaptando y se ha preparado para su encargo en vías de comunicación; sin embargo, él no quiere ser policía civil, sino un solado.
“No es que nos preguntaran si queríamos o no ser policías civiles, simplemente se nos ordenó. Y la verdad nosotros desconocemos la verdad de muchas cosas acá afuera. No es el mismo trabajo, no es el mismo empleo. Traigo una disciplina militar, pero no me cierro a aprender cosas”, declaró.
Condiciones de los nuevos policías
En la estación de Toluca, los nuevos policías de la GN ganan menos de 20 mil pesos al mes; sin embargo, algunos de ellos al ser entrevistados aseguraron que no tienen servicio de comedor, ni tampoco con dormitorios necesarios para todo el personal.
“Dormimos en las oficinas y como no tenemos comedor el gobierno nos da mil 800 pesos para raciones. Son como 60 pesos para tres comidas al día”, explicó uno de los entrevistados.
Los militares entrevistados aseguraron que la premura para el relevo de policías federales dio como resultado que ahora no tengan los dormitorios necesarios. Respecto del servicio de comedor, se instaló una tienda dentro de las instalaciones, pero aseguraron que es propiedad de su mando militar, el subinspector Antonio Arriaga.
De acuerdo con documentos internos a los que tuvo acceso Animal Político, el subinspector Arriaga pidió a sus superiores ser removido de su cargo porque teme por su integridad física, pues aseguró que se siente más seguro trabajando con militares que con su personal que se encuentra en carreteras, pues estos uniformados “solo buscan cualquier motivo para quejarse, denunciarlo y hacer cualquier acto que afecte su integridad militar”.
FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: SERGIO RINCÓN, ARTURO ÁNGEL.
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