María Elena Ríos es una sobreviviente de la violencia feminicida en México y por eso exige justicia. El pasado 27 de mayo, después de dos horas de una reunión en la que, asegura, fue revictimizada, la junta del Mecanismo de Protección para personas Defensoras de los Derechos Humanos y Periodistas le negó protección, aun cuando uno de sus agresores está libre y la familia y abogados del exdiputado Juan Antonio Vera Carrizal y su hijo Juan Antonio Vera Hernández, aún prófugo, la siguen intimidando y amenazando.
La joven de 29 años de edad fue agredida con ácido el 9 de septiembre de 2019, y a casi tres años de la tentativa de feminicidio, sigue sin recibir justicia. En julio del 2020 ingresó al Mecanismo, y el 4 de abril pasado le notificaron la reducción de protección federal, que significa que sólo tendrá seguridad mínima, por lo que apeló, sin resultado favorable.
El Mecanismo de Protección, la Guardia Nacional, la Fiscalía General y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos votaron en contra de que María Elena Ríos tenga acceso a una seguridad permanente, porque consideran que no corre riesgo.
“No robé, no maté y no me voy de México, soy una sobreviviente a quién le niegan protección”, dijo a Desinformémonos la joven que vive sin acceso a la justicia, pues de los cinco agresores que la atacaron, cuatro se encuentran en prisión preventiva desde hace más de un año sin recibir sentencia y uno está libre.
Desesperada y con mucho coraje, María Elena señala que pareciera que las autoridades están esperando a que la maten para actuar, porque negarle protección es una violación a sus derechos humanos y a sus garantías individuales.
La secretaria de Relaciones Exteriores y una consejera consultiva votaron favor de que me den protección, sin embargo el mismo viernes la plenaria de gobernación definió una decisión, pero a María Elena Ríos no le han notificado nada.
“No quiero irme de mi país, puedo encontrar asilo en otro lugar de inmediato, pero no es el caso. Yo quiero seguir en México y exigir justicia para mí, visibilizar otras violaciones de derechos contra mujeres”, dice María Elena.
La joven músico detalló que, el pasado 25 de mayo, otra joven fue agredida con ácido en Puebla, a lo que recalcó: “mientras exista impunidad, habrá más tentativas de feminicidios, más violaciones, más agresiones y más feminicidios”.
Resistir como una forma de sobrevivencia
Aunque a veces sienta que la justicia no llegará nunca, María Elena resiste y se siente esperanzada. Para ella, es una forma de sobrevivencia ante las negligencias, retrasos y revictimización que vive por el anhelo a una vida libre de violencia.
Juan N “Junior” es el último de sus agresores que no ha sido detenido, sin embargo su padre, el exdiputado del PRI Juan Antonio Vera Carrizal, se encuentra en prisión preventiva junto con dos agresores materiales, esto sin avanzar en el proceso legal ya que el imputado constantemente se ampara para llevar su proceso en libertad. Mientras eso ocurre, la joven corre peligro, pero las autoridades no lo reconocen.
María Elena señala que el mes pasado la CNDH envió una recomendación al gobierno de Oaxaca y a la Fiscalía por la violencia institucional, obstaculización de justicia y corrupción, pero hasta el momento nada se ha cumplido.
La joven se siente sola y vulnerable. Desde que ocurrió la agresión está desempleada, pues todo su tiempo lo ha dedicado a exigir justicia. Ella es su propia defensora de derechos humanos y también brinda acompañamiento a otras mujeres que viven en otros estados.
“Es una situación muy lamentable lo que determinó el Mecanismo, porque al igual que yo como defensora, también periodistas han sido asesinados y agredidos, y a ellos tampoco se les garantiza la protección. Todo esto significa que el Mecanismo es inoperante, y eso nos pone en riesgo”, concluyó.
AUTOR: DIANA MANZO.
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