Tomás Zerón de Lucio, quien fuera director de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) durante el sexenio de Enrique Peña Nieto y es buscado en México por tortura, desaparición forzada y malversación de fondos, vive un exilio dorado en la ciudad israelí de Tel-Aviv, donde encontró refugio en el departamento del empresario David Avital, accionista de la empresa israelí Rayzone Group, cercana a la empresa NSO Group, que desarrolló el software espía Pegasus, y proveedora del gobierno mexicano.
En México, Rayzone Group ha operado a través de la empresa intermedia Neolinx de México, que vendió tecnologías de cibervigilancia al gobierno de Enrique Peña Nieto y al de Andrés Manuel López Obrador. En 2019 y 2020, vendió sus sistemas de vigilancia GeoMatrix y Echo a la Fiscalía General de la República (FGR), como lo reveló El País en abril del año pasado.
De acuerdo con la Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D), la FGR ya ha utilizado la plataforma GeoMatrix en 13 mil 390 ocasiones, a pesar de que solo pidió autorización judicial para 124 casos. Durante el sexenio de Peña Nieto, Neolinx de México obtuvo contratos de por lo menos 88 millones de pesos, más 840 mil dólares y 419 mil euros, según la plataforma de contrataciones pública Compranet.
De acuerdo con el medio israelí Cacalistech, Zerón ha vivido en el departamento de Avital en las torres Neve Zeldek, ubicadas en uno de los barrios más exclusivos de Tel Aviv. Avital es socio de M.T.R.X. --filial de Rayzone que desarrolla, entre otros, el sistema de intercepción Piranha--, y según el reportaje es dueño a 100% de una empresa en México.
Ni su nombre ni el de sus empresas arrojan resultados en el Registro de la Propiedad y el Comercio, lo cual no es una sorpresa: desde hace varios años, la prensa ha documentado que las empresas israelíes suelen vender sus sistemas en el país a través de empresas intermediarias.
En la administración de Peña Nieto, Neolinx de México y su entonces director, Gilberto Enríquez eran elementos importantes en el submundo de estas compañías intermediarias. La filtración de los correos electrónicos de la empresa italiana de cibervigilancia Hacking Team por WikiLeaks, en 2015, muestra que Enríquez gozaba de contactos de primer nivel en el equipo de Zerón y en otras agencias de seguridad como la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la extinta Policía Federal (PF).
El 29 de octubre de 2013, por ejemplo, Enríquez se comunicó con Hacking Team para revelarles un “proyecto muy secreto” de la recién creada Agencia de Investigación Criminal (AIC), cuyo jefe era Tomás Zerón de Lucio –“exdirector de Inteligencia en la Procuraduría General de Justicia del Estado de México”, precisó--. El plan consistía en centralizar todos los sistemas de inteligencia de las fiscalías estatales en la AIC, con las mismas tecnologías.
Enríquez explicó que la orden de compra saldría de la fiscalía Estado de México, pero se pagará con presupuesto federal. “Firmamos el acuerdo hace casi dos meses y con todo el papeleo burocrático que es necesario vamos a recibir el dinero esta semana”, dijo, y agregó: “Te pido total discreción debido a que es un proyecto muy secreto”.
Esa estrategia convirtió a Zerón como uno de los hombres claves para la industria de la cibervigilancia en el sexenio de Peña Nieto: él elegía qué sistema se compraría, y a qué proveedores, lo que le permitió tejer alianzas estratégicas con los empresarios del sector.
Ya diciembre de 2020, en el marco de la investigación periodística internacional Cartel Project, coordinada por Forbidden Stories, Proceso reveló que Zerón pudo viajar a Israel en plena pandemia de covid-19, gracias a sus vínculos con empresarios de la industria, incluyendo a los que vendieron el spyware Pegasus al gobierno mexicano.
Además de sus amistades locales, Israel tenía una ventaja enorme para Zerón: no tiene acuerdo de extradición con México. El gobierno mexicano ha pedido ya en varias ocasiones –y sin éxito-- la extradición del exfuncionario, buscado por tortura, desaparición forzada y coalición de servidores en el marco de la investigación de la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
En febrero pasado, el subsecretario de Derechos Humanos Alejandro Encinas se reunió en secreto con Zerón en Israel y le ofreció entregarse y cooperar con la investigación actual sobre Ayotzinapa a cambio de un trato preferencial en su caso judicial. El exfuncionario de Peña Nieto hubiera rechazado el acuerdo.
En el marco de la investigación Cartel Project, Proceso reveló una fotografía que le proporcionó una fuente de primer nivel en el ámbito de la industria de tecnologías de vigilancia en Israel: en ella aparecía Zerón con una barba de varios días, en un departamento de Tel Aviv. Se desconoce si ese departamento era el de David Avital.
Entre los personajes cercanos a Zerón, figuraría el empresario israelí Avishay Samuel Neriya, cónsul honorario de México en la ciudad de Haifa desde 2014. En México, Avishay ha sido socio del empresario Uri Emmanuel Ansbacher en la empresa BSD Security Systems, que vendió sistemas de espionaje a agencias mexicanas de seguridad.
Durante el sexenio de Peña Nieto, Ansbacher era el representante de NSO Group en México, y vendió Pegasus a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la entonces Procuraduría General de la República (PGR) y el Centro de Investigación en Seguridad Nacional (Cisen).
Rayzone lleva varios años operando en México. En los correos filtrados de Hacking Team aparece por ejemplo una presentación promocional de la empresa israelí, que retomó un caso de éxito de sus tecnologías en una investigación sobre redes de trata de personas en México de 2008.
En un correo electrónico de mayo de 2015, se recuerda que “los servicios profesionales de Rayzone en México están siendo usados por la PGJ Estado de México y Neolinx”.
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: MATHIEU TOURLIERE.
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