lunes, 2 de mayo de 2022

Tren Maya: Desesperado SOS de especialistas a AMLO

Especialistas en espeleología, buzos, ambientalistas y representantes de las comunidades afectadas por el tramo 5 del Tren Maya lamentan que López Obrador se niegue a escucharlos. Dicen que su intención es advertirle sobre el desastre ecológico y la fragmentación de las comunidades que implican los trabajos. Ángel Sulub, delegado ante el Congreso Nacional Indígena, asegura que la obra no es tren, pues privilegia los megaproyectos asociados, ni es maya, pues no nació de una propuesta de las comunidades.

Debajo de la selva maya de Playa del Carmen y Tulum se encuentra uno de los sistemas de cuevas inundadas de agua dulce más grandes del mundo, con mil 800 kilómetros explorados, que corre riesgo de sufrir un impacto irreversible por los trabajos del Tren Maya en el denominado tramo 5 sur.

Ambientalistas, exploradores y biólogos de ambas localidades quintanarroenses que han estudiado la zona intentan detener ese proyecto por la vía judicial. Lamentan que haya fracasado su reunión del 25 de abril con el presidente Andrés Manuel López Obrador en Palacio Nacional sólo porque no iban a asistir artistas del movimiento “Sélvame del Tren”, entre ellos Eugenio Derbez.

Tania Ramírez González, espeleóloga, ambientalista y defensora de derechos humanos, fue una de las integrantes del grupo que el presidente se negó a recibir. Relata que habían preparado material documental para exponerle el riesgo ambiental e histórico que trae consigo su proyecto sexenal. Sus argumentos eran independientes del llamado que hicieron los artistas para detener las obras.

“Justamente la fragilidad del sistema kárstico (relieves formados por la disolución de las rocas compuestas por minerales solubles al agua), en el cual vivimos en esa zona específicamente. (El propósito) era mostrarle (a López Obrador) lo que hay ahí debajo”, dice Ramírez González.
“No estamos en contra de él ni de su proyecto. Estamos en contra del lugar donde se está planteando hacer”, agrega la científica, especialista en el estudio de cavernas y cavidades subterráneas como las encontradas en la región.
El trasfondo de la lucha es también la conservación intacta del conjunto natural donde se encuentra Sac Actún, un sistema acuífero interconectado entre sí de unos 369 kilómetros de longitud, apenas descubierto en 2018.
“Todo está en riesgo, desde la conexión que existe con la cima de los árboles a la entrada con los cenotes y la conexión que tiene con la selva y, por supuesto, lo que está más allá de la entrada de los cenotes. Los cenotes son la entrada al Xibalbá, según los mayas, y son la entrada a un complejo sistema de ríos subterráneos; estos ríos pueden ser pequeños, muy angostos o enormes, con unas cavidades del tamaño de una catedral, y llevan el agua dulce”, explica José Urbina Bravo, espeleobuzo.
Fue él quien, al tener noticias del cambio repentino de la ruta del Tren Maya tramo 5 sur y el inicio del desmonte de selva, justo encima del sistema, decidió presentar un amparo con dos buzos más, litigio que aún está en tribunales federales.

Alrededor de este sistema se desarrolla la vida de buena parte de la península de Yucatán, alimentando al acuífero maya resguardado por el frágil suelo denominado kárstico. La intensa explotación turística con la construcción de complejos hoteleros y fraccionamientos altamente densificados desde años atrás trajo como consecuencia su hundimiento en ciertas zonas y el desplazamiento de diversas especies de felinos, como el jaguar, impactos ambientales que se multiplicarían con el trazo del Tren Maya por esta zona.

Fragmento del reportaje publicado en la edición 2374 del semanario Proceso

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: OCTAVIO MARTÍNEZ.

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