A Clara Luz Flores Carrales no le dio su sacrificio para, ya no digamos una Embajada, un Consulado de México en algún lugar del mundo.
La mujer, de 48 años, fue durante 22 años miembro activo del Partido Revolucionario Institucional en Nuevo León. Desde los 24 años y hasta los 46 por su sangre política corrieron ríos tricolores.
Con el respaldo del PRI fue Diputada local en Nuevo León, y en tres ocasiones Alcaldesa del municipio General Escobedo. Ese fue su último cargo de la política electoral y el último cobijándose con la manta tricolor. Se trató de su última administración municipal comprendida entre los años 2018 a 2020.
Por aquel entonces su popularidad era alta. Tanto que Clara Luz se la creyó. Observando como muchos mexicanos el tsunami electoral en el que se había convertido Morena en el 2018 con el triunfo del hoy Presidente Andrés Manuel López Obrador, en las gubernaturas que estuvieron en juego ese año y el siguiente, y en las elecciones al Legislativo federal, la priísta tomó la decisión de renunciar a su militancia priísta, se quedó un corto tiempo como Alcaldesa sin partido, pero al final confirmó lo que en el ámbito político se suponía y asumía: cambió de partido. Respondió al canto de los guindas de Morena y terminó, en el 2021, siendo la candidata del partido oficial al Gobierno de Nuevo León.
Un año antes de la elección, en junio de 2020, Clara Luz Flores Carrales, lleva la delantera en todas las encuestas. Le sacaba dos puntos al candidato del PAN, siete puntos al representante del PRI, y un poco más al de Movimiento Ciudadano, Samuel García.
Luego inició la campaña, y sus no muy afortunadas respuestas en entrevistas, adicionadas al mal tratamiento que ella le dio al tema de su asociación con la secta NXIVM (cuyo líder, Keith Raniere fue sentenciado a 120 años de prisión por, entre otros delitos, extorsión, tráfico sexual, explotación sexual de niños y trata de personas) a la cual primero dijo no pertenecer, después que sí había tomado un curso y más adelante que se había equivocado.
Al final de la elección del 2021, la popular expriísta y entonces y ahora Morenista, Clara Luz Flores, quedó en cuarto lugar electoral. Al 14.02 por ciento de la votación que fue a su favor, la superó el panista Fernando Larrazabal que quedó en tercer lugar con el 18.33 de la votación, el priísta Adrián de la Garza que fue favorecido con el 27.90 de los votos neoloneses, y obvio por el hoy gobernador, el emecista Samuel García, que se alzó con el triunfo con un 36.71 por ciento.
De quince elecciones a Gobernador en el 2021, la que perdió Flores Carrales en Nuevo León, fue una de las cuatro en las que Morena fue derrotado.
Pero un año después, la expriísta obtuvo su recompensa, su integración al gabinete.
Efectivamente, el premio de consolación para Clara Luz Flores, fue la titularidad del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad. Sin experiencia en la materia, más allá de haber sido Diputada y Alcaldesa de General Escobedo, aunque es licenciada en ciencias jurídicas por la universidad regiomontana, en su hoja de vida no se anota trabajo en el sector privado, ni en el tema de la justicia ni en el de la seguridad.
El martes 21 de junio la Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana del Gobierno de la República, Rosa Icela Rodríguez, le tomó posesión en la Ciudad de México, donde están ubicadas las oficinas del Secretariado Ejecutivo. El cargo de hecho, permaneció vacante durante tres meses, desde abril de este año cuando lo dejó Leonel Cota.
El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad es el organismo encargado de manera fondos federales para la seguridad en los municipios, de proveer de información a municipios y estados sobre la estadística de la seguridad, o inseguridad, en el país, de ser enlace operativo entre autoridades y corporaciones policíacas de federación, estados y municipios, entre otras labores.
En momentos en que la inseguridad impera en prácticamente todos los estados de México, en los cuáles el Presidente López Obrador cerrará el 2022 con más de 100 mil ejecutados en lo que va su administración, sería lógico que el Gobierno de la República reforzara el tema de la seguridad, y abandonara la política simplista e ineficiente de “abrazos no balazos”, pero no, en la seguridad no hay política pública de combate, no con una Secretaría de Seguridad federal desmantelada, una Fiscalía General de la República más enfocada a los temas personales del titular, y la seguridad en la faculta de la Guardia Nacional, que a su vez está inmersa en el Ejército Mexicano, que no está facultado para perseguir e investigar al narcotráfico y el crimen organizado, orígenes principales de la violencia en el país…
… y ahora esto, un área importante de la seguridad, entregada como premio de consolación, a una expriísta derrotada como morenista, en el 2021.
FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: ADELA NAVARRO BELLO.
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