Sus tenis lo delataron. El senador Mario Zamora, del PRI, era el misterioso acompañante, del que sólo se veían sus tenis con una paloma roja, en una fotografía del secretario de Gobernación, Adán Augusto López, saliendo del hotel Emporio, que se ubica frente al Senado, en momentos en que se discutía la reforma para ampliar la participación del Ejército en tareas de seguridad pública, el pasado miércoles 21.
La imagen confirmó la operación directa del gobierno federal para sumar a nueve de 13 senadores y senadoras del PRI a apoyar la propuesta, que al ser una reforma Constitucional requería de mayoría calificada.
Cuando los diputados del PRI dieron la sorpresa con la iniciativa, los senadores de ese partido se dijeron unidos y llamaron al coordinador del grupo parlamentario en la Cámara de Diputados, Rubén Moreira, para que diera una explicación. Dijeron que rechazaban la propuesta que ponía en peligro su alianza con el PAN. Sin embargo, con el paso de los días, la bancada priista decidió que cada quién votara según su conciencia.
Se dividieron en grupos. Quienes iban a votar a favor, como los senadores priistas donde habrá elecciones el siguiente año, Estado de México y Coahuila, se incorporaron a la operación de Manuel Añorve Baños, aliado de Alejandro Moreno, diputado y dirigente nacional del partido. Sylvana Beltrones Sánchez y Jorge Carlos Ramírez Marín eran partidarios de construir una propuesta alterna y consensada. En contra, el coordinador de los priistas en el Senado, Miguel Ángel Osorio Chong, confrontado con "Alito" Moreno, además de Claudia Ruiz Massieu Salinas y Beatriz Paredes Rangel. Zamora, senador por Sinaloa, también se había manifestado en contra, pero era el voto decisivo para Morena.
De hecho, recibió presiones públicas, en mensajes de Twitter, del gobernador de su estado, Rubén Rocha Moya, de Morena, y del antecesor, el expulsado priista y hoy embajador de México en España, Quirino Ordaz.
El fondo del asunto, según senadoras y senadores del llamado bloque de contención, era darle la estocada final a la alianza opositora, tras la crisis de la coalición Va Por México del PAN, PRI y PRD, creada bajo los auspicios del magnate-activista Claudio X González, por la presentación de esta reforma constitucional por parte de la diputada priista Yolanda de la Torre. Por cierto, tras cumplir con la encomienda de presentar la iniciativa, la diputada pidió licencia y será propuesta por el gobernador de Durango, el priista Esteban Villegas, como presidenta del Tribunal de Justicia del estado, según fuentes consultadas.
“El tema tiene que ver con el Estado de México, con lo que viene del INE, con el 24 y con reventar la alianza”, dice Emilio Álvarez Icaza, coordinador del Grupo Plural en el Senado. “También es una batalla por el PRI. El PRI está en su propia encrucijada: si se van a ir hacia el poder, en alianza con Morena o literalmente en incorporación, o si los otros sectores del PRI quieren seguir siendo una opción política y enfrentársele a López Obrador”, añade.
El senador opina que la intervención del secretario Adán Augusto López también tiene que ver con la sucesión adelantada, pues no sólo cumplía con la encomienda del presidente, sino que si le salía la jugada se posicionaría mejor en el juego de las “corcholatas” y descalificaría a Ricardo Monreal, el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado.
Álvarez Icaza dice que Adán Augusto tiene la facultad para sentarse a construir acuerdos con el Legislativo, está dentro de sus funciones, pero el problema es que usó sus atribuciones para la compra y la coacción.
Fragmento del reportaje publicado en la edición 2395 de la revista Proceso
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: NELDY SAN MARTÍN.
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