Enfrentamientos de grupos del crimen organizado que disputan tierras en los Altos de Chiapas, desplazamientos forzados, narcoejecuciones, desapariciones forzadas y otras formas de violencia han prevalecido en el estado durante los cuatro años del gobierno de Rutilio Escandón Cadenas.
La Diócesis de San Cristóbal de Las Casas, lo mismo que organismos defensores de derechos humanos, activistas y pobladores se dicen desesperados por la inacción gubernamental para atender los conflictos en la entidad.
En el Valle de Jiquipilas y Cintalapa, en la región Centro de Chiapas, civiles armados protagonizaron una serie de enfrentamientos por el control del territorio, que se extienden desde la región fronteriza, en particular en Frontera Comalapa, colindante con el Departamento de Huehuetenango, Guatemala.
Esta disputa empezó desde julio de 2021, tras la ejecución en Tuxtla Gutiérrez del jefe de la plaza del Cártel de Sinaloa en la frontera sur, Ramón Gilberto Rivera Beltrán, El Junior. Entre septiembre y octubre la lucha se agudizó con escenas que hasta ahora sólo se habían visto en el norte del país: caravanas de vehículos blindados con hombres fuertemente armados, enfrentamientos y mensajes con videos de ejecuciones.
Entre el 9 y 10 de octubre pasados, bandas del crimen organizado se enfrentaron en Jiquipilas, lo que nunca había pasado. Hombres armados se movilizaron en camionetas todo terreno y sólo tras la intervención del Ejército y la Guardia Nacional se restableció la calma. Al menos 13 hombres de una banda fueron detenidos con un arsenal a bordo de varias camionetas.
La violencia en la región Centro está vinculada a la de la región fronteriza, donde familias completas han sido desplazadas de diversas comunidades de Frontera Comalapa. Y cuando se organizaron para exigir con bloqueos carreteros la presencia del Ejército y la Guardia Nacional, sufrieron las consecuencias.
El 20 de septiembre, el líder de la Unión de Ejidos de la región, que pedía una base militar en la zona, Rolando Rodríguez Morales –a la vez comisariado ejidal de la comunidad de Sinaloa–, desapareció en San Gregorio Chamic, Frontera Comalapa.
Con varios bloqueos carreteros, campesinos de las comunidades que integran la Unión de Ejidos exigieron su aparición con vida, pero hasta la fecha no se sabe de él.
Este texto es un adelanto del reportaje publicado en el número 2399 de la edición impresa de Proceso
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: ISAÍN MANDUJANO.
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