“De haber ganado la elección López Obrador, hubiera sido difícil que yo no contribuyera en algo con ese gobierno”, señala Villoro.
Seis años después, en la campaña de 2012, Villoro se había desencantado de López Obrador por su conducta poselectoral en 2006, que le pareció “muy negativa” (el cierre de la avenida Reforma, por ejemplo) y que lo condujo a “un desgaste innecesario”, pero, aun así, volvió a votar por el entonces candidato presidencial del Partido de la Revolución Democrática.
Lo hizo, según dice, “con escepticismo”, seguro de que perdería la elección ante el priista Enrique Peña Nieto. Piensa que si el perredista hubiera tenido otra conducta tras las elecciones de 2006, “posiblemente” hubiera ganado los comicios de 2012, porque el gobierno de Felipe Calderón fue un desastre”.
En entrevista con Proceso durante su visita a Colombia, Villoro sostiene que el mejor escenario para México habría sido que López Obrador ganara la elección en 2006, “cuando estaba en plenitud de sus facultades, cuando no había establecido pactos que a mí no me parecen tan aceptables, con sectores difíciles de defender, y cuando era un candidato con una línea mucho más clara y había planteado un gabinete bastante plural”.
En la campaña electoral de 2018, el novelista, cuentista y dramaturgo decidió apoyar a la candidata indígena María de Jesús Patricio, conocida como Marichuy, y votó por ella a pesar de que no logró obtener las firmas necesarias para aparecer en la boleta de aspirantes presidenciales.
A esas alturas Villoro ya advertía que López Obrador había dado el paso hacia “un caudillismo avanzado y personalista”, y que se alejaba “de proyectos modernos y autocríticos”.
En la narrativa de la polarización mexicana, esa sola afirmación bastaría para ubicar al escritor en el bando de los opositores al actual presidente. Pero lo cierto es que él ha ejercido desde siempre su condición de observador crítico de la realidad nacional y que de ello ha dejado constancia en sus artículos, novelas, ensayos y en sus punzantes crónicas sobre los múltiples “desastres” que han causado a México los gobiernos del PRI y del PAN.
Un balance pesimista
Villoro plantea que es en ese contexto en el que se debe hacer el balance de lo que ha sido hasta ahora el gobierno de López Obrador, quien el próximo 1 de diciembre cumplirá cuatro años como presidente de México.
“Los peores análisis –asegura– son los más ideologizados, los que sistemáticamente dicen ‘todo está mal’ o ‘todo está bien’, y desgraciadamente en la polarización actual podemos ver editorialistas que dedican el mismo editorial, semana a semana, a denostar o a encomiar al presidente”.
Fragmento del reportaje publicado en la edición 2400 de la revista Proceso
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: RAFAEL CRODA.
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