viernes, 28 de octubre de 2022

Encarecimiento de rentas y expulsión de inquilinos en la CDMX, los riesgos del convenio entre gobierno y Airbnb

El gobierno capitalino estableció un convenio con Airbnb y la Unesco para atraer a más turistas que quieran permanecer conectados. Especialistas advierten que esto acelerará la turistificación de la CDMX, lo que afectará a sus habitantes para favorecer a quienes lleguen por periodos cortos.

“La Ciudad de México está entre los 20 destinos favoritos de los ‘nómadas digitales’”. Así fue como la jefa de gobierno capitalina, Claudia Sheinbaum, presumió este miércoles el convenio que su administración estableció con la plataforma Airbnb y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) para impulsar a la CDMX como un centro de turismo digital, atractivo para personas extranjeras que buscan permanecer conectadas para trabajar vía remota mientras viajan por el mundo.

En un acto público, Sheinbaum destacó que Airbnb “cuenta con la audiencia de viajeros más grande del planeta, y esta campaña consiste justamente en capitalizar esa audiencia de viajeros para posicionar a la Ciudad de México como un destino destacado a nivel internacional para atraerlos”. El eslogan de la campaña presenta a la CDMX como “la ciudad más conectada del mundo”.

Pero tras este anuncio, especialistas en temas de urbanidad y vivienda advierten que el impulso a la renta de corta estancia con plataformas como Airbnb incrementará los costos del arrendamiento en la capital y podría provocar la expulsión de inquilinos en zonas atractivas para el turismo.

Además, señalan que la falta de medidas que acompañen la promoción del turismo en zonas sin la infraestructura adecuada y suficiente para la actividad comercial podría afectar la movilidad, el acceso a servicios como agua e incluso la seguridad.

De viviendas a “hoteles de facto”

Carla Escoffié, abogada y especialista en el tema, es una de las voces que alertan sobre la situación. “Cabe aclarar que la crítica a la llegada de los nómadas digitales no está siendo en el tono de pedir medidas contra estas personas que llegan a la Ciudad de México, pero es necesario que las autoridades reconozcan que están ocasionando un fenómeno urbano con consecuencias en los costos de la renta, algo frente a lo cual tendrían que tomarse acciones para evitar el desplazamiento de la población local por un flujo migratorio con mayor poder adquisitivo, lo que no está sucediendo”, comenta en entrevista.

A pesar de que Airbnb tiene obligaciones fiscales en México, Escoffié recalca que no enfrenta una regulación en cuanto al límite de espacios que pueden rentarse a turistas. Por ello, cada vez es más frecuente que edificios completos que anteriormente brindaban alojamiento a inquilinos por periodos extendidos decidan cambiar su giro a la renta de corta estancia, lo que resulta más redituable y los convierte en “hoteles de facto”.

“Esta falta de regulación no solo afecta a quienes resultan expulsados de los lugares que habitan, sino también a los dueños de los inmuebles y a los huéspedes, porque la empresa no se hace responsable de daños, delitos o fraudes que ocurren en el marco de los convenios de la plataforma”, agrega Escoffié.

Para quienes son expulsados a zonas periféricas —agrega—, las repercusiones impactan en su calidad de vida, con cambios en la movilidad hacia sus centros de trabajo, en la seguridad de sus comunidades y en el costo del consumo local para quienes ganan en pesos mexicanos.

La especialista destaca que el fenómeno de la gentrificación y turistificación de las ciudades no es exclusivo de México. Este se ha documentado en ciudades catalogadas como “capitales turísticas”, como Barcelona, Nueva York y París. Sin embargo, a diferencia de lo que se anunció en la CDMX, en estas urbes las autoridades “han buscado y adoptado mecanismos para mitigar los efectos de la llegada de esquemas de renta como los de Airbnb, pero acá ni siquiera se están planteando esto como una problemática, están romantizando la falta de protección a inquilinos y el acoso inmobiliario para participar de esta especulación”.

Un “rescate” de la ciudad a costa del desplazamiento

La intención de “rescatar” algunas zonas de la CDMX data desde la década de los 90, durante la regencia de Manuel Camacho Solís, de acuerdo con el doctor en geografía Adrián Hernández Cordero, quien se ha dedicado a investigar los procesos de gentrificación y turistificación en la capital.

“Desde entonces se diseñaron un conjunto de políticas estratégicas para rescatar varias zonas, entre ellas, el Centro Histórico, la Alameda Sur y Polanco, pensando que al activar estos puntos se iba a generar dinamismo y desarrollo, con una intención neoliberal de transformación que se ha consolidado con los últimos gobiernos”, detalla en entrevista.

Con la medida anunciada por Sheinbaum, Hernández advierte que existe el riesgo de que se dé una segregación social y urbanística de la ciudad. Afirma que la llegada de Airbnb “va a expulsar progresivamente a quien no pueda pagar la vida en estas zonas de la ciudad, donde no solo se va a incrementar el precio de la renta, sino también de los productos básicos de consumo, desde los de las panaderías y tortillerías hasta los enseres básicos de la tiendita de la esquina”.

“Este fenómeno tiene distintas implicaciones en la vida de los habitantes de la ciudad, desde la pérdida de referencias barriales hasta el acoso inmobiliario que va a generarles impactos en la salud, por el estrés y la angustia. A veces pensamos en la vivienda como algo material, pero también tiene un valor simbólico y emocional, que si se pierde pone muy emocional a las personas”, remarca el investigador.

 

Para Hernández, resulta importante precisar que el proceso que actualmente se está dando en la CDMX no es de gentrificación, fenómeno que implica el cambio de población de sectores populares por clase media, sino de turistificación, que ocurre cuando el desplazamiento se da para la llegada de vecinos itinerantes.

Según el académico, este proceso de turistificación ha sido impulsado por la Unesco no solo en la CDMX, sino a nivel global, con la intención de “generar movilidad, sobre todo turismo, que en este caso se relaciona con atractivos digitales”.

El éxito de venderse como un negocio amigable

Rosalba Loyde, consultora en desarrollo urbano, explica que existen varias plataformas para renta de corta estancia. Airbnb ha tenido mayor éxito que su competencia porque se promociona como un negocio “amigable”.

“Vende historias como la de una mujer mayor que vive sola y que empezó a alquilar un espacio para ayudar a su economía, o de quienes han conseguido un ingreso extra al utilizar espacios ociosos en sus casas, con una imagen de que hay convivencia del dueño con los huéspedes y una convivencia comunitaria, pero esto no es así, y en muchos casos los propietarios ni siquiera viven en donde rentan”, señala la profesora de la UNAM y del Tecnológico de Monterrey.

Datos de Airbnb muestran que, en septiembre de 2019, los anfitriones que contaban con un solo espacio ofertado representaban el 48% del total suscrito a la plataforma, y para marzo de 2021 el número bajó al 42%, mientras que se registró un aumento de los anfitriones oferentes de más de 10 alojamientos.

“Esto muestra que la renta de corta estancia es un modelo al que están migrando varios propietarios, y que hay quienes están adquiriendo inmuebles con la única finalidad de que participen en esta actividad, porque pueden ganar 100% o hasta 200% más de lo que obtienen con inquilinos de renta tradicional”, destaca Loyde.

La jefa de gobierno aseguró que con el convenio con Airbnb y la Unesco no se prevé la subida de las rentas para habitantes de la CDMX. Sin embargo, la académica explica que, sin regulación de las autoridades, es probable que esto ocurra, lo que va a complicar más el acceso a la vivienda en las áreas centrales que de por sí tienen una tensión inmobiliaria fuerte y van a terminar por expulsar y segregar a personas.

En el caso de zonas sin infraestructura para atender la demanda turística, y que fueron contempladas por el gobierno capitalino en el convenio de Airbnb —como Xochimilco y Milpa Alta—, la consultora prevé que se incrementarán las dificultades de movilidad y de acceso a servicios como el agua, así como aumento de la inseguridad debido a que dejará de existir certeza sobre las personas que entran y salen de domicilios y no habrá conocimiento entre vecinos.

“El turismo dificulta el control de muchos temas que requieren de regulaciones, desde el uso de suelo —que en algunos lados se está haciendo comercial, aunque por norma debe ser solo habitacional— hasta la especulación inmobiliaria que, al no tener un límite, va a aprovecharse de los huecos legales para beneficiarse en zonas de alta plusvalía”, alerta Loyde.

FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: ERÉNDIRA AQUINO.

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