A pesar de que argumentó y evidenció defensa propia, el 4 de octubre de 2022, Alina Narciso Tehuaxtle, quien fuera parte de la Policía Municipal de Tijuana, fue condenada a 45 años de cárcel por el asesinato de su pareja, Rodrigo Juárez Arellanes -otro oficial de Policía-, sucedido 12 de diciembre de 2019.
Originaria de Córdoba, Veracruz, emigró a Tijuana en 2018 y decidió unirse a las filas de la Policía Municipal, donde conoció a Rodrigo, quien se convirtió en su pareja.
La noche del 12 de diciembre de 2019, de acuerdo con los testimonios, llegaron a casa tras asistir a un festejo. Discutieron, presuntamente Rodrigo intentó someter a Alina con golpes, por lo que ella tomó el arma de servicio de su pareja y le disparó en cuatro ocasiones.
Durante el cateo del domicilio de la pareja, trascendió que se habían encontrado rastros de cocaína en el hogar y la misma droga en el cuerpo de Juárez Arellanes, mientras los certificados de integridad física practicados a Alina cuando fue detenida, detallaron que sufrió varias lesiones.
Por tratarse de un caso mediático, la Fiscalía General del Estado (FGE), entonces a cargo de Guillermo Ruiz Hernández, solicitó la pena máxima y ésta fue dictada en el año en curso por el juez Daniel Aguilar Patiño. La familia de la actualmente privada de la libertad en el penal de La Mesa en Tijuana, denunció que el proceso judicial se dio sin perspectiva de género y no se contempló que el actuar de Alina fue en legítima defensa.
ZETA buscó al actual titular de la FGE, Ricardo Iván Carpio Sánchez -fiscal Antisecuestros durante la anterior administración estatal- para conocer por qué se solicitó la pena máxima y por qué no se contempló la legítima defensa, en contraste que a los homicidas confesos de la periodista Lourdes Maldonado se les benefició con un juicio abreviado y una pena de 20 y 24 años.
Carpio respondió que claramente se trató de un homicidio doloso: “Hay que aclarar esta situación, porque se ha ventilado mucho públicamente, no es un tema de legítima defensa, es un tema de un asesinato, es un homicidio, doloso; entiendo la situación de vulnerabilidad que guarda un sexo respecto al otro, pero en un juicio público, con todas las reglas del Derecho, con defensa y acusación, se trata de un homicidio y no de un tema de legítima defensa”.
Este Semanario buscó a la madre de la ex policía municipal para cuestionarla sobre el recurso de apelación que ha interpuesto la defensa de Alina contra la resolución del juez del Poder Judicial de Baja California. La señora Socorro aseguró que tanto el juez como la FGE desestimaron desde un inicio la presunción de inocencia de la joven.
A continuación, la entrevista sostenida entre ZETA y la señora Socorro Tehuaxtle, madre de Alina Narciso.
— ¿Cómo ha sido este proceso judicial que ha llevado su hija, y que hace unas semanas un juez dio su fallo en contra?
“Miré mucho machismo, la falta de perspectiva de género. Ellos han tomado cursos de perspectiva, pero en realidad durante el desarrollo del juicio, el juez fue muy burlón, muy fuera del lugar. No se me hace que sea una persona que maneje la perspectiva de género. Miré discriminación y machismo porque durante el juicio yo subí al estrado, pero no por parte de la defensa, sino por parte de la Fiscalía, entonces, yo relaté todo lo que pasó esa noche y, aun así, no entiendo cómo es que nos dieron un cubetazo de agua helada de esta manera”.
— ¿Qué era lo que esperaban que sucediera ese día en la audiencia?
“Yo esperaba que calificara la legítima defensa, porque esa noche este muchacho usó cocaína y estaba tomado, entonces él empezó la agresión contra mi hija. A mí me despertaron los gritos de ella, porque él la estaba violentando, estaba ahí, la estaba agrediendo. Ella se defendió, porque de no haberlo hecho, hubiese sido lo contrario, porque, drogado y tomado, imagínese un hombre desde en ese momento, es peligroso”.
— ¿Usted vivía con ellos?
“No, ellos vivían en frente y en la parte de atrás hay otro apartamento, a la misma altura. Ellos rentaban en el frente, y yo vivía en la parte de atrás, a la misma altura. Yo la escuché, me levanté y me asomé, y es lo que miré. Yo miré la agresión que él sostenía sobre ella. No me explico entonces, qué fue lo que el juez no mira, por eso me quebré y los primeros días, la verdad, estuve muy mal, porque uno busca justicia y pues definitivamente nunca llega”.
— ¿Hubo otras agresiones a su hija?
“Anteriormente, como un mes y días; un 22 de octubre, lo recuerdo muy bien, ellos dos ya se habían separado por la misma violencia. El problema es que yo le dije a mi hija que pusiera una denuncia y no la puso, me dijo: ‘Mamá, para qué lo hago si no les hacen nada, entre ellos se hacen favores y yo sé que no me van a hacer caso’. El muchacho la seguía, la cuidaba, era muy celoso. En esa ocasión que ellos se separaron hubo un compañero que se apellida Salcedo; él le mandó una patrulla a mi hija precisamente porque ella tenía miedo que su ex pareja le hiciera algo. Nos mandó una patrulla y estuvo cuidando cuando la acompañé a sacar sus cosas personales, incluso yo le dije ‘sólo llévate la ropa’. ‘Sí, mamá, es que yo he comprado mis trastes, me voy a llevar mis trastes’. Ella nunca volvió del todo con él, sus cosas estaban aquí conmigo, sólo venía y se llevaba ropa, o sea, como que estaban volviendo a intentarlo a ver si él cambiaba, pero ya ve cómo terminaron las cosas”.
— ¿Cuánto tiempo llevaban de relación?
“Tenían viviendo apenas cuatro meses, ellos se conocían más o menos como de un año, porque la misma corporación los pone a trabajar en parejas y ahí se conocieron, y pues ya se hicieron amigos, después ya empezaron a andar y tenían cuatro meses viviendo juntos”.
— ¿Salcedo no fue parte de los testigos que se llevaron en el caso?
“Él no, no quiso ayudarnos, a pesar de que yo le dije que no estamos mintiendo. Eso es algo real, algo que sucedió, pero dijo que no, porque ellos tienen miedo de la corporación”.
—¿Cuál fue el argumento de la FGE para desestimar que fue un hecho de defensa propia?
“No sé. Yo jamás entendí por qué no miraron la legítima defensa, puesto que había drogas, había alcohol y pues esa noche era un peligro inminente. Mi hija jamás le disparó a nadie. Lo hizo entonces esta vez, por su miedo, que fue lo que la orilló a defenderse. El mensaje que nos están dando, es que no nos debemos defender porque así nos va a ir, ése es el mensaje que nos dan las autoridades”.
— ¿Habla de machismo es sistemático contra la mujer en cuanto a la procuración de justicia?
“Sí, así es, exactamente. Ella se defendió y, si ella no se hubiese defendido, la que hubiese muerto fuera ella. El machismo y el patriarcado sigue predominando y es como que tenemos que dejarnos matar”.
— ¿Hubo algún acercamiento por parte de la corporación policial?
“La corporación jamás nos buscó, la dejaron sola, la abandonaron a su suerte, viendo que ella era una buena oficial. Ella no tiene mal récord, no tiene nada, o sea, la pueden investigar, incluso aquí tenemos 20 años viviendo en el mismo lugar y jamás nos metemos en problemas”.
— ¿Qué llevó a Alina a querer ser policía municipal de Tijuana?
“Anteriormente, mi hija había sufrido violencia también y denunció, no le dieron seguimiento, no le hicieron caso, entonces ella creía que así podría tener más carácter para que no le volviera a pasar algo parecido y para ayudar a las personas. Mi hija quería entrar a la Policía e irse al área donde apoyan a mujeres violentadas”.
—¿Ha cambiado en algo la intención de hacer labor social?
“De hecho mi hija quiere estudiar psicología precisamente por eso, porque a ella le gusta hacer labor social. Es muy admirable, mi hija aún sigue con ese propósito y mucho más, porque ella está mirando cómo nos están violentando, cómo nos están haciendo sentir. Ahorita ahí adentro va a la iglesia, ya se bautizó, la Iglesia Cristiana ayuda a las demás mujeres”.
— ¿Cuántos años tiene Alina actualmente?
“Tiene 27 años”.
— ¿Cuántos años es la sentencia del juez?
“Le dieron 45 años”.
— ¿Cómo va el proceso de apelación?
“Se apeló el martes, metieron el documento de la apelación, puede tardar un mes, dos meses, tres meses; en realidad es incierta fecha para que nos den un resultado, espero que sea pronto porque no voy a quedarme quieta, porque mi hija no merece estar ahí”.
— ¿Qué argumentaron en el recurso de apelación?
“Dentro de la apelación se puso todo lo que el juez hizo y la detención muy viciada, creo que ahí entró todo. Bueno, creo que nada más entró lo del juez y el que no hayan respetado la perspectiva y todo eso en apelación, pero digamos que, si la apelación no nos favorece, había pensado en buscar a otra persona dentro de mis posibilidades para promover el amparo”.
— ¿Confía en la justicia en México, en Baja California?
“Tengo fe en otras instancias, como es la apelación y el amparo; tengo fe en que sean unos jueces que no estén contaminados como lo está aquí la Fiscalía y todo eso, y sí tengo fe en que se logre la justicia para mi hija”.
Muchas gracias.
AUTOR: ALERJANDRO ARTURO VILLA.
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