El homicidio del coordinador estatal de la Guardia Nacional (GN), general José Silvestre Urzúa Padilla, el jueves 24 en un enfrentamiento contra criminales en el pueblo de Pinos, es una clara afrenta contra las autoridades que han sido incapaces de contener la ola violenta que ha marcado Zacatecas, plaza clave en el trasiego de drogas a Estados Unidos.
Se trata del mando de más alto rango asesinado por miembros de la delincuencia organizada desde que se fundó la Guardia Nacional, el 26 de marzo de 2019, parte de la estrategia del presidente, Andrés Manuel López Obrador, para enfrentar la violencia e inseguridad pública en el país.
Con la muerte del coordinador de la GN suman 50 agentes de las corporaciones de seguridad que han perdido la vida este año en Zacatecas, que encabeza la lista de los estados con más policías asesinados, de acuerdo con los registros de la organización no gubernamental Causa en Común.
La cruenta batalla que libran desde inicio de 2021 los dos cárteles más poderosos de México, Sinaloa y Jalisco Nueva Generación (CJNG), por el control del territorio zacatecano, importante ruta para el trasiego de drogas sintéticas a la frontera con Estados Unidos, mantiene bañada en sangre la entidad, que padece una imparable ola de asesinatos, desapariciones, extorsiones y desplazamientos forzados en los municipios Jerez, Monte Escobedo, Valparaíso y Fresnillo (Proceso 2337).
De acuerdo con revelaciones hechas por fuentes de inteligencia a este semanario, la pesadilla comenzó cuando el Cártel del Golfo perdió el control de Zacatecas, lo que aprovechó el de Sinaloa para tomar la plaza; mientras que el CJNG se sumó a la disputa.
“Hasta inicios de 2020 el Cártel de Sinaloa, la gente de Ismael El Mayo Zambada García, tenía en su nómina a funcionarios muy importantes de la Secretaría de Seguridad del estado y de la Policía Ministerial. El CJNG los quiere y por eso hay más pleito”, revelaron funcionarios de inteligencia, que agregan que “el Cártel del Golfo le vendió la plaza de Zacatecas al Mencho (Nemesio Oseguera Cervantes, líder del CJNG) cuando empezaron a caer sus cabecillas a manos de la Sedena, y El Mayo ni cuenta se dio”.
Este despliegue criminal sería permitido por un “acuerdo” con el Ejército, según testimonios surgidos de altos mandos de la propia GN, como publicó Proceso en su edición 2382, en junio pasado.
La revelación ubica un pacto permisivo que soslaya los altos índices de homicidios y otros delitos en Zacatecas y en el país, de acuerdo con la fuente de la GN.
Este texto es un adelanto del reportaje publicado en el número 2404 de la edición impresa de Proceso
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: ALONSO CHÁVEZ LANDEROS.
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