Don Manuel recuerda lo sucedido con enojo. Relata cómo un grupo de jóvenes armados perseguía en una camioneta a otro vehículo, presuntamente de una banda delictiva rival, y desde ahí disparaba sus armas sin importar que en la zona hubiera decenas de personas, incluyendo niñas y niños.
“Me preocupaban los niños que iban en el trenecito en el jardín (…) Luego miré a la señora que vende pan y estaba tirada en el suelo, boca abajo, resguardándose; también vi que estaba bien doña Cande, la que vende el esquite. Todos estaban bien. Yo, como le digo, yo no podía correr: estoy en mi silla de ruedas, y sin piernas, ni cómo ni para dónde hacerme, solo veía que la gente corría a esconderse”, narra.
Estos hechos ocurrieron en el municipio de Villa de Álvarez y son un ejemplo del aumento de la violencia que Colima ha registrado este año.
Las cifras oficiales dan cuenta del agravamiento del problema. Entre enero y octubre de 2022, en Colima se contabilizaron 743 homicidios dolosos, lo que representa un aumento de 66% en comparación con los 447 registrados en el mismo periodo de 2021, de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
En lo que va de este año, los meses con más asesinatos han sido marzo y mayo, con 95 y 94, respectivamente. El 2 de mayo, fue asesinado el diputado local Roberto Chapula de la Mora, del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), agredido afuera de su domicilio en la colonia La Popular.
Habitantes de la entidad advierten sobre la situación y expresan temor incluso de salir de casa a realizar sus actividades cotidianas.
“Siento que en cualquier momento puede suceder cualquier hecho de violencia, ya sea balacera (…) incendio o cuestiones donde me mantenga yo en riesgo o que atenten contra mi vida”, señala un ciudadano, mientras personas como don Manuel subrayan que la pelea entre grupos delictivos por controlar territorios afecta cada vez más a la ciudadanía.
“Que se maten entre ellos, ¿pa’ qué dañan a cristianos que nada tienen que ver con ellos?”, dice don Manuel, al recordar nuevamente el tiroteo del que fue testigo en Villa de Álvarez.
Hallazgos de cuerpos, fosas, desapariciones…
El agravamiento de la violencia en Colima no comenzó con el gobierno de Indira Vizcaíno, de Morena, quien asumió el gobierno del estado el 1 de noviembre de 2021. El problema se gestó y desarrolló desde los sexenios de Mario Anguiano e Ignacio Peralta, del PRI, en cuyas administraciones fueron asesinados funcionarios estatales y municipales y creció la pugna entre los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación.
Autoridades reconocen que ambas organizaciones delictivas se disputan el control de territorios en Colima, en particular en el puerto de Manzanillo, un punto relevante para el tráfico de drogas en el país.
Los enfrentamientos y asesinatos derivados de esta pelea son solo un indicador de la violencia en el estado. Otros son los homicidios de policías, los cuerpos abandonados en la vía pública, los hallazgos de fosas clandestinas y la desaparición de cientos de personas.
En lo que va de 2022, 13 policías estatales y municipales han sido asesinados, en tanto que autoridades han encontrado 105 bolsas con restos humanos; las mayores cantidades de ellas han sido encontradas en los municipios de Villa de Álvarez (51), Manzanillo (18) y Coquimatlán (5).
Gustavo Adrián Joya Cervera, hasta hace poco vocero de la Mesa de Seguridad y funcionario de la Fiscalía General de Colima, recientemente informó que, del 1 de enero al 30 de septiembre de 2022, se encontraron 63 fosas clandestinas en la entidad con un total de 70 cuerpos y 10 restos óseos.
Acerca de las personas desaparecidas, el entonces portavoz dijo que se han recibido 589 denuncias. De ese número, 209 personas ya fueron localizadas y 380 siguen sin ser localizadas (269 hombres y 111 mujeres).
A mediados de noviembre, Joya Cervera fue sustituido en la vocería por Francisco Javier Almazán Torres.
Violencia alta, pese a despliegue federal
Los niveles de violencia en Colima y el deterioro de la percepción de inseguridad —en septiembre llegó a 86.6 en Colima capital y a 75.0 en Manzanillo, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), del Inegi— se dan a pesar de la presencia de fuerzas de seguridad federales en el estado.
Para apoyar al gobierno estatal en el combate al crimen, el gobierno federal en principio envió 600 elementos de la Guardia Nacional, 300 de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y 350 de la Secretaría de Marina (Semar), que a su vez se coordinan con policías estatales y municipales.
En una segunda fase, el 17 de junio pasado la Federación mandó otros 300 elementos de la Guardia Nacional para reforzar la estrategia de seguridad.
A pesar de ello, los asesinatos y otros hechos de violencia siguen y han hecho que algunos puntos sean identificados como zonas de mayor peligro.
En Colima capital, por ejemplo, algunas de ellas son las colonias Fátima, El Zalatón, La Albarrada, La España, La Oriental, Gustavo Vázquez, Nuevo Milenio, Infonavit, La Estancia, Luis Donaldo Colosio y La Antorchista, entre otras. En Villa de Álvarez, algunas son El Valle, Morelos, Arboledas del Carmen, Solidaridad, Palo Alto, La Reserva, La Joya, Buenavista, Villa Izcalli, Rancho Blanco y Tabachines.
Dentro de estas colonias, una de las acciones que han cobrado mayor notoriedad para enfrentar la inseguridad pública es la formación de comunidades vecinales de WhatsApp, en las que la población se advierte de hechos violentos en la zona conurbada Colima-Villa Álvarez y en los municipios colindantes de Comala y Coquimatlán.
Estas comunidades están integradas por entre 110 y 550 personas y sus administradores generalmente solicitan que no se envíe pornografía, publicidad comercial o propaganda política, sino solo información relacionada con la seguridad.
Académicos señalan que la formación de estos espacios muestra, por un lado, la necesidad de las personas de encontrar mecanismos para combatir la inseguridad; por otro, su deseo de llenar lo que consideran vacíos informativos cuando las autoridades tardan en dar reportes sobre hechos delictivos.
“Sí, actualmente no tendría muchas ganas (de salir), no tengo mucha seguridad de ir al centro, por lo más reciente que ha pasado (…) Sé que hay colonias muy cercanas al centro que son peligrosas”, alerta un poblador.
FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: GUILLERMO TORRES, KEVIN ROSAS.
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