Autoridades de México y Estados Unidos han acordado ampliar la prohibición gradual de importar maíz amarillo transgénico hasta 2025, tema comercial que se abordará en la Cumbre de Líderes de América del Norte.
El comercio del maíz amarillo transgénico es uno de los temas que organizaciones de México, Estados Unidos y Canadá esperan que se aborde durante la Cumbre de Líderes de América del Norte que se lleva a cabo este inicio de semana, por lo que han solicitado al Gobierno de Andrés Manuel López Obrador “mantenerse firme” en su gradual prohibición rumbo a 2025 pese a las “presiones” de las autoridades norteamericanas y de las trasnacionales que controlan las semillas y los agrotóxicos.
“Son intereses muy fuertes, pero no pueden estar por encima de los intereses, más fuertes y más importantes, de los pueblos, de la salud pública y del medio ambiente”, dijo en entrevista Alejandro Villamar, director de la Red Mexicana de Acción frente al Libre Comercio, una de las organizaciones campesinas, indígenas y sociales firmantes. “El compromiso es que, paulatinamente, se van a disminuir las importaciones, pero lo que quieren las trasnacionales es que esa disminución se alargue, cosa que no estamos de acuerdo”.
Las empresas de EU, Europa y Asia que controlan el mercado de plaguicidas y semillas transgénicas resistentes a plagas son Dow Chemical (EU) con Dupont (EU); ChemChyna (China) con Syngenta (Suiza) y Bayer (Alemania) con Monsanto (EU).
Las organizaciones que emitieron un comunicado enfatizaron que apenas en diciembre los tres países firmaron compromisos en la COP15 sobre Biodiversidad, entre ellos, implementar la agroecología para contribuir a largo plazo a la seguridad alimentaria.
“Sería una incongruencia que, por un lado, los gobiernos de México, EU y Canadá firmaran en Montreal esta Convención y, por el otro lado, acepten a algunas empresas cabilderas aquí en México para que la prohibición sea paulatinamente”, lamentó el representante de la Red Mexicana de Acción frente al Libre Comercio.
En tanto, los colectivos manifestaron su apoyo a la producción de maíz no transgénico sin el uso de plaguicidas tóxicos como el herbicida glifosato potencialmente cancerígeno.
Los jornaleros, quienes asperjan plaguicidas tóxicos en los cultivos, presentan llagas en los pies, salpullido, malformaciones, conjuntivitis, diarrea, intoxicación o hasta tumores, malestares que también se han observado en los familiares con los que conviven incluidos sus hijos, de acuerdo con la Red Nacional de Jornaleros.
“NO TIENEN ESCRÚPULOS”
En vísperas del encuentro de los “Three amigos” de este martes, el Presidente Andrés Manuel López Obrador recordó hace unos días que desde el año pasado la Secretaría de Agricultura, Gobernación y Economía están en negociaciones con la Secretaría de Agricultura y la de Comercio de Estados Unidos para llegar a un acuerdo entorno al maíz amarillo transgénico.
Hasta el momento, se determinó alargar la prohibición de importación de 2024 a 2025. A la par, investigadores de Conacyt buscan alternativas más saludables para garantizar la seguridad alimentaria como el uso de bioinsumos y agroecología a gran escala.
“Lo que queremos es que para las tortillas sea maíz blanco no transgénico y permitir hasta dos años (2025) la importación de maíz amarillo para forraje, siempre y cuando se haga una investigación entre científicos para saber el daño que puede ocasionar el maíz transgénico o descartar ese posible daño a la salud”, afirmó el Primer Mandatario el viernes pasado. Pero este lunes fue más contundente con los efectos a la salud: “¿Quiénes se inconforman, por ejemplo, con el que no se permita el consumo de maíz transgénico?, pues lo que no tienen escrúpulos, quienes están acostumbrados a vender alimentos dañinos para la salud”, aseveró.
La producción nacional de maíz blanco para tortillas es autosuficiente, pero se sigue dependiendo de la importación de maíz amarillo para el alimento del ganado.
Sin embargo, como el maíz amarillo que nos exportan estados graneros como Iowa o Illinois es transgénico, el Gobierno mexicano planteó prohibir su importación (primero rumbo a 2024) por daños a la salud y en defensa de la biodiversidad de maíces nativos, y del patrimonio biocultural.
Fernando Bejarano, presidente de la Red de Acción sobre Plaguicidas y Alternativas en México (RAPAM), comentó vía telefónica que los avances en esas reuniones previas entre secretarías de Estado determinarán lo que se diga durante la Cumbre de Líderes de América del Norte, a pesar de que en la COP15 sobre Biodiversidad ya se planteó reducir el riesgo general de los plaguicidas y los productos químicos altamente peligrosos en al menos la mitad.
“Nuestra preocupación principal es la campaña orquestada por los intereses de la industria trasnacional para, con sus aliados agroempresariales, amenazar con un panel de controversias con base en el T-MEC”, planteó.
Asimismo, evocó que desde el año pasado se prepara un dictamen en el Senado de la República para regular la prohibición de la importación de maíz amarillo transgénico y de plaguicidas altamente peligrosos en línea con el decreto presidencial, discusión que se retomará en febrero tras las primeras diferencias entre senadores.
“Hubo un acuerdo interno de Morena para que, dependiendo el mensaje que van a recibir después de estas negociaciones binacionales, se retome en febrero por la Comisión de Salud. Confiamos en que se mantenga el espíritu de la prohibición gradual de plaguicidas y el fomento a bioinsumos”, dijo Bejarano.
En noviembre pasado, un grupo de senadores de Morena, entre ellos Ricardo Monreal Ávila, preparaba un dictamen con iniciativas que legislan el uso de plaguicidas altamente tóxicos que incluyen, tanto la postura científica de retirarlos de inmediato, como la de la agroindustria que pide no prohibirlos sino dosificarlos.
AUTOR: DULCE OLVERA.
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