Vivir cerca del trabajo, la escuela, un hospital, un centro comercial, un parque o un museo es un privilegio de pocos en la Ciudad de México. De acuerdo con un análisis realizado por académicos del Tecnológico de Monterrey, solo el 11.13% de la población capitalina vive en la “ciudad de 15 minutos”, es decir, donde pueden acceder a distintos servicios si caminan 15 minutos o menos desde sus domicilios.
En estas zonas de la ciudad —concentradas en las alcaldías Cuauhtémoc, Benito Juárez y Miguel Hidalgo—, se encuentran ubicadas casi la mitad de las 13 mil 937 viviendas completas que se ofertan como alojamiento para turistas en la capital del país (49.69%), según los datos que proporciona el sitio Inside Airbnb. Para los investigadores, esto muestra cómo los puntos con buena calidad de vida están perdiendo habitantes para convertirse en espacios turísticos.
Los académicos del Observatorio de Ciudades señalan que este fenómeno se debe a que uno de los factores notables sobre el comportamiento de Airbnb respecto de los mercados de vivienda es su concentración geográfica. En el polígono con mayor conectividad y servicios de mayor calidad de la CDMX, una de cada 10 viviendas está destinada como alojamiento de la plataforma.
Para el resto de la población, el acceso a servicios se encuentra a 30 minutos o más de distancia. El 39.74% de los habitantes de la CDMX tienen a media hora sus centros de trabajo, escolares, comerciales y culturales, mientras que el 49.13% de los capitalinos deben hacer recorridos de mayor tiempo.
Entre 2000 y 2020, el número de alojamientos tipo Airbnb pasó de 22 mil 122 a 71 mil 780 inmuebles registrados, lo que equivale a un crecimiento del 224%, según datos del Proyecto de Programa General de Ordenamiento Territorial de la capital.
“Vemos que hay un atractivo para quienes alquilan sus casas a turistas en los polígonos de la ciudad que están muy bien equipados, que son caminables y que encuentran servicios en distancias cortas, características con las que no cuentan la mayoría de las viviendas de la capital”, señala en entrevista Rossana Valdivia, coordinadora del Observatorio de Ciudades.
“La importancia del término de la ‘ciudad de 15 minutos’ es la insistencia de que una buena calidad de vida implica que la vivienda de las personas debería estar a 15 minutos caminando de donde puedan acceder a derechos humanos como el de la salud, la educación o el trabajo, sin sacrificar otros como el libre desarrollo o el de la familia”, destaca.
Desde 2016, el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Habitat) incluyó el concepto de la “ciudad de 15 minutos”. Planteado por el científico Carlos Moreno, este modelo de ciudad es considerado como sostenible e igualitario, con una propuesta estandarizada para la vivienda adecuada.
Caso Guadalajara: más casas con menos habitantes
Guadalajara es otra urbe mexicana en la que el Observatorio de Ciudades encontró que se está dando un fenómeno de despoblamiento de los polígonos mejor ubicados. Entre 2010 y 2020, se construyeron 33 mil 602 viviendas en este municipio y su Zona Metropolitana, principalmente en espacios privilegiados. Sin embargo, se documentó que en estos mismos se perdieron 148 mil 676 habitantes.
Según los cálculos de los investigadores, la vivienda disponible actualmente en Guadalajara en zonas con todos los servicios podría ser hogar de 134 mil 735 personas adicionales a las que hoy habitan la “ciudad de 15 minutos”, sin necesidad de construir una sola casa más.
Este fenómeno ha contribuido a la expansión de la mancha urbana, que continúa recibiendo a los habitantes que dejan las zonas de la “ciudad de 15 minutos” para trasladarse hacia otras que no cuentan con la misma facilidad en el acceso a servicios, pero sí con precios más accesibles. Con esta información, los académicos concluyen que el plan de repoblamiento propuesto por el alcalde Pablo Lemus, en agosto de 2022, no ha dado resultados.
Guadalajara, de acuerdo con el Observatorio de Ciudades, ha buscado aplicar nociones de un modelo de proximidad para redensificarse, apostando por el desarrollo del transporte, la vivienda vertical (en edificios) y el diseño policéntrico.
Sin embargo, con un estudio del acceso a servicios de transporte, encontró que en estas zonas —de la “ciudad de 15 minutos”— la población se perdió, principalmente al oriente de la Calzada Independencia, incluyendo a más de uno de los barrios por donde pasa.
En el caso de esta urbe, los especialistas no tienen información suficiente para determinar si el despoblamiento de las zonas privilegiadas está relacionado con el crecimiento de los alojamientos tipo Airbnb. Sin embargo, las métricas de la empresa intermediaria AirDNA muestran que Jalisco es el tercer estado con mayor número de alojamientos activos, después de Quintana Roo y la CDMX. De ellos, 4 mil 146 se encuentran en Guadalajara.
“15 minutos hacen la diferencia entre acceder a derechos o no”
Rossana Valdivia explica que es importante que se entienda que el tema de la “ciudad de 15 minutos” va más allá de la estética de los inmuebles, y que aquello que se reclama es que haya polígonos en los que no se cuenta con toda la infraestructura necesaria para proveer de servicios relacionados con derechos humanos.
“Debe quedar claro que la vivienda no es nada más un tema de casas o gente bonita, sino de que 15 minutos hacen la diferencia entre tener acceso a derechos humanos o no. Tenemos que preguntarnos si estamos construyendo ciudades que propician el acceso a derechos de la población o no, y en estos casos lo que observamos es un fenómeno que va en contra de esta visión”, enfatiza la profesora de la Escuela de Arquitectura, Arte y Diseño del Tecnológico de Monterrey.
Actualmente, la institución universitaria está estudiando a estas y otras 72 ciudades, con el objetivo de identificar y visibilizar las dinámicas que impactan la forma de las urbes, las necesidades de sus pobladores y cómo las habitan.
“Con esta información queremos tratar de entender cómo se puede garantizar el acceso a la vivienda adecuada en todo el país, porque el problema no es que haya Airbnb en las colonias, sino que hay personas que son desplazadas hacia zonas donde el acceso a derechos es insuficiente y, al mismo tiempo —agrega—, el fenómeno está teniendo un impacto directo en las rentas cuyos precios siguen en aumento”.
La empresa Airbnb asegura que recauda y remite el impuesto sobre el alojamiento en algunas entidades del país, que ronda en porcentajes del 3% al 5% del precio del anuncio para las reservaciones, dependiendo en cada caso del convenio establecido con los gobiernos locales de Baja California, Baja California Sur, Estado de México, Jalisco, CDMX, Nayarit, Oaxaca, Quintana Roo, Sinaloa, Sonora y Yucatán.
En ninguna de estas entidades las autoridades han emitido regulaciones para limitar el número de alojamientos por edificio o por zona, lo que, de acuerdo con especialistas, es necesario para garantizar el derecho a la vivienda a precios asequibles para la población.
Apenas el pasado 29 de diciembre, la CDMX se convirtió en la primera entidad que anunció que regulará los espacios en alquiler de Airbnb. La jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, dijo que se pondrán limitantes a la empresa para evitar el aumento de las rentas y los costos de consumo en zonas turísticas, sin que se conozcan más detalles de la propuesta ni su fecha de presentación.
FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: ERÉNDIRA AQUINO.
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