No será talado “ni un solo árbol”, prometió el presidente Andrés Manuel López Obrador sobre el Tren Maya. Pero cuatro años después, la cifra la da su gobierno: 3 millones 444 mil árboles han sido talados o removidos para la construcción de esta obra en el sureste mexicano.
Así lo detalló FONATUR tras un recurso de revisión, luego de que en una primera respuesta a la solicitud de información 330014222000379 solo enviaran enlaces a los documentos de manifestación de impacto ambiental, y algunos ni siquiera servían para la descarga.
Los datos muestran que el Tramo 5 del Tren Maya, Cancún-Tulum, es en el que tuvieron que removerse o talarse más árboles, 2 millones 239 mil, al menos hasta el 1 de febrero de 2023.
En segundo lugar aparece el tramo IV, Izamal-Cancún, con 505 mil.
Animal Político llamó a Fonatur, para saber si querían hacer una declaración sobre estas cifras, pero hasta la publicación de esta nota no habían respondido.
“Se aclara que los árboles no han sido comercializados”, se indicó en la respuesta de la Gerencia Ambiental de FONATUR Tren Maya, S.A. de C.V., al consultar los archivos de la Subdirección de Escalas Náuticas y la Subdirección de Administraciones Portuarias Integrales.
“En cuanto al destino que se les dio a dichos árboles éstos fueron sometidos a un proceso de trituración para abono orgánico, y se encuentran en sitios temporales conforme a las necesidades del avance de la obra dentro del derecho de vía del proyecto.
Por lo anterior, no existe una ubicación permanente, siendo ésta toda la información que obra en los archivos”.
En el estudio en materia de impacto ambiental del proyecto Tren Maya Tramo 5 Sur, realizado por la Dirección General De Impacto y Riesgo Ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente, se menciona que el derribo de árboles también puede tener consecuencias en la fauna local, aunque por ello se menciona la necesidad de medidas para compensar la deforestación.
“El derribo de árboles puede dañar algunas especies principalmente de aves ya que es posible que en estos se encuentren nidos, de igual forma, asimismo, la actividad de despalme, producirá la afectación a especies que desarrollen su vida a ras del suelo o que presenten hábitos fosoriales”, señala el documento.
“La vegetación es responsable de diversos procesos que integran a otros componentes como el suelo, agua y fauna, por lo que su pérdida deriva en efectos adversos de manera directa e indirecta dentro del ecosistema. La pérdida de los servicios ambientales proporcionados por la vegetación primaria y secundaria en particular se vuelve irrecuperable, además de la fragmentación que es un efecto no reversible. Por lo tanto, la estrategia ambiental para mitigar y controlar efectos secundarios está en la compensación de la vegetación”.
En la zona de Xcacel-Xcacelito, en específico, se refiere la existencia de cinco diferentes tipos de vegetación: duna costera, matorral costero, mangle, selva baja subcaducifolia y vegetación secundaria.
Reclamos de ambientalistas y gastos irregulares
Organizaciones ciudadanas han acusado que con la construcción del Tren Maya ha existido un daño ambiental, y que la obra avanzó en zonas como el Tramo 5 aún sin tener todos los permisos, como el de manifestación de impacto ambiental.
Ante ese tipo de críticas, el entonces director de FONATUR, Rogelio Jiménez Pons, dijo a Animal Político en 2019 que el beneficio social de la obra compensaba su impacto ambiental.
“Tenemos que crear desarrollo y el desarrollo va a tener afectaciones al medio ambiente, obvio. Pero primero va la gente”, refirió.
El presidente López Obrador, en tanto, ha destacado el beneficio de esta obra para el sureste mexicano y que a la par de la construcción del Tren hay planes de reforestación como el de 200 mil hectáreas en Yucatán.
Sin embargo, en su momento, la Oficina de la Presidencia de la República y Fonatur aseguraron que no tenían la información de dónde se ubicaban dichas hectáreas reforestadas.
El gobierno federal contempla la inauguración del Tren Maya para diciembre de 2023. Una obra que también ha sido señalada por sus cambios de ruta, y el aumento del costo que se había previsto inicialmente.
En la Cuenta Pública de 2021, la Auditoría Superior encontró irregularidades por mil 400 millones de pesos derivadas de problemas como pagos en exceso, al avanzar en la construcción.
En el análisis de la Cuenta Pública de 2020, que se dio a conocer en febrero del año pasado, la ASF también señaló gasto irregular, en ese caso por mil 300 millones.
FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: ARTURO DAEN.
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