Lo publicado en el libro El Chapo: más allá de la duda razonable tiene relevancia, ya que el agente del FBI habló sobre la redada en el juicio contra García Luna para ejemplificar cómo “El Chapo” huía de casa en casa del Ejército mexicano apoyado con un círculo de seguridad de tres niveles y los “pitazos” de la Policía Federal, en ese entonces a cargo de Genaro García Luna.
En la tercera semana del juicio de Genaro García Luna ha salido a la luz nueva información sobre presuntas complicidades entre las fuerzas federales, a cargo del extitular de la Policía Federal, y los cárteles de la droga. Esta vez un agente del FBI, José Moreno, habló de la redada en 2012 en contra de “El Chapo” y cómo se le escapó a las autoridades.
“El agente del FBI, José Moreno, habló de la redada en 2012 contra ‘El Chapo’, tras espiar su teléfono, información que compartió con Policía Federal. Los agentes llegaron muy tarde. El Chapo escapó. Mencionó a Iván Reyes Arzate, ‘La Reina’, como el contacto con la Policía”, reportó en su cuenta de Twitter Jesús García, periodista de La Opinión que cubre el juicio desde Nueva York.
El también autor del libro El Chapo: más allá de la duda razonable (editorial Escribana Books), agregó que Moreno ya había dado testimonio en el juicio a “El Chapo”, donde también se presentaron videos y fotografías, así como un reporte del FBI.
“Es posible que Reyes Arzate, integrado por fiscales al presunto grupo criminal de #GenaroGarciaLuna, testifique los próximos días”, escribió.
En su libro El Chapo: más allá de la duda razonable, Jesús García habla sobre la redada fallida en contra de “El Chapo” en 2012. El periodista relata que el 22 de febrero de 2012, para los turistas de Cabo San Lucas pasó inadvertido un intenso operativo de la Policía federal y el Ejército mexicano con apoyo del agente especial del Buró Federal de Investigaciones (FBI) de los Estados Unidos, José Moreno, quien tenía información de la ubicación precisa del llamado “enemigo público número uno” de su país, marcado entonces con una recompensa de cinco millones de dólares.
A pesar de que el oficial estadounidense había proporcionado las coordenadas correctas, obtenidas del sistema de comunicaciones del Cártel de Sinaloa –sin que sus miembros lo supieran—, los militares mexicanos acudieron a la Hacienda Encantada, pero a una casa distinta del complejo turístico—habitacional, aunque afirmaron a sus contrapartes estadounidenses que se habían equivocado y por eso habían llegado dos horas tarde al punto convocado.
Para entonces, Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera había escapado saltando una barda del inmueble donde llevaba hospedado varios meses. Tras lograr la huida, el narcotraficante –quien no sabía que su sistema telefónico era vigilado—llamó a su esposa Emma Coronel, para darle unas cuantas instrucciones, incluso comprarle el tinte para pintarse el bigote.
“La movilización pareció un rotundo fracaso, porque las autoridades no pudieron detener a Guzmán Loera, pero esa sensación de ‘fracaso’ se desvanecería con los años, ya que gran parte de lo encontrado en la casa —valuada en un millón de dólares de entonces— sumó información clave, que los fiscales federales utilizarían en la Corte Federal del Distrito Este de Nueva York, con sede en Brooklyn, para el llamado ‘Juicio del Siglo’”, se lee en el libro de García.
Lo publicado en su libro tiene relevancia, ya que el agente del FBI habló sobre la redada en el juicio contra García Luna para ejemplificar cómo “El Chapo” huía de casa en casa del Ejército mexicano apoyado con un círculo de seguridad de tres niveles y los “pitazos” de la Policía Federal, en ese entonces a cargo del exfuncionario de Felipe Calderón Hinojosa.
IMPLICAN A CALDERÓN
Edgar Veytia, extitular de la Fiscalía General de Justicia de Nayarit, testificó la mañana de este martes en el juicio que enfrenta Genaro García Luna, quien fue Secretario de Seguridad Pública federal en el Gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, en Estados Unidos por sus presuntos nexos con el narcotráfico.
Desde el estrado en la Corte del Distrito Este de Nueva York, hoy salieron a relucir los nombres de más exfuncionarios que estarían vinculados con presuntos actos de corrupción, pero el que más llamó la atención por ser la primera vez que se escucha fue el de Felipe Calderón, quien gobernó México de 2006 a 2012 y le declaró la guerra al narcotráfico, una estrategia que dejó miles de muertos y desaparecidos.
El exfiscal nayarita, quien fue condenado a 20 años de cárcel en Estados Unidos, reveló que Ney González Sánchez, exgobernador de Nayarit, apoyaba a la organización criminal de los Beltrán Leyva, mientras que la extinta Policía Federal (PF), a manos de García Luna, estaba con el Cártel de Sinaloa, liderado por Joaquín Guzmán Loera, mejor conocido como “El Chapo”.
“Édgar Veytia afirma que el exgobernador de Nayarit, Ney González (PRI), apoyaba a los Beltrán Leyva, pero que la Policía Federal con García Luna a ‘El Chapo’, en medio de la guerra entre los narcos”, informó Jesús García, corresponsal del diario La Opinión de Los Ángeles.
De acuerdo con el periodista, el exfuncionario implicó al expresidente mexicano en las órdenes de protección a “El Chapo” en medio de la guerra entre narcos, algo que más tarde negó Felipe Calderón, quien actualmente radica en España.
“Me he reservado opinar sobre el juicio al ing. García Luna hasta que concluya. Por ahora niego categóricamente las absurdas declaraciones que reporta la prensa que hizo hoy el testigo Veytia. Lo que señala sobre mí es una absoluta mentira. Nunca negocié ni pacté con criminales”, sostuvo.
Con esas palabras, Calderón Hinojosa rompió el silencio sobre el proceso que ha puesto los reflectores en la estrategia de seguridad que hubo en su administración, la cual se vio corrompida, según han exhibido diversos testigos en lo que va del juicio.
El nuevo testigo cooperante, también conocido como “El Diablo”, narró que su entonces jefe, el exgobernador Ney González, y su sobrino se habían reunido en la Ciudad de México con el expresidente Calderón y el exsecretario de Seguridad Pública, quienes le habrían indicado que se debía proteger a “El Chapo” y a sus socios del Cártel de Sinaloa.
“Que la línea era ‘El Chapo’”, dijo escuetamente Veytia sobre el resultado de esa reunión a la que él no ingresó, ya que estuvo en un recorrido con Luis Cárdenas Palomino, exalto funcionario policiaco –y gente cercana a García Luna–, por El Búnker, un área de la Secretaría donde operaba tecnología de última generación para la vigilancia y espionaje.
Hubo una objeción de la defensa, liderada por César de Castro, pero la asistente del Fiscal Saritha Komatireddy replanteó la pregunta y Veytia confirmó.
“La orden era proteger a ‘Los Chapos’, no a los Beltrán Leyva”, expuso el cooperante ocho del juicio a García Luna.
La Fiscal preguntó a Veytia si le cuestionó a su jefe sobre esa decisión, ya que González protegía a Héctor Beltrán Leyva, quien entonces estaba al mando de ese grupo criminal.
“Al Gobernador no se le pide explicación”, justificó Veytia. Dijo que después se puso en contacto con la gente de “El Chapo”, un sujeto conocido como “El Pelocho”, quien controlaba la plaza.
Sin embargo, previamente los abogados de “El Chapo” Guzmán habían ido a Nayarit para decirle a Veytia que querían “comprar la plaza”, es decir, tener la protección de autoridades y pagarles por ello para operar libremente.
González y su gente tuvieron resistencia, pero la presión del Gobierno federal fue mayor y, en una ocasión, hubo un enfrentamiento entre policías estatales y federales por la detención de una camioneta, donde iba una persona no identificada.
Según un reporte de los Beltrán Leyva, en el vehículo iba “El Chapo”.
Veytia dijo que cuestionó al federal al mando, Jorge Anguiano Terríquez, quien lo convenció de dejar ir el vehículo con la promesa de una explicación. Al siguiente día Veytia visitó a Anguiano Terríquez en su oficina, quien le pasó el teléfono con una llamada en proceso.
“Muchísimas gracias… cualquier cosa con Terríquez”, le dijo el interlocutor.
“¿Quién era al teléfono?”, preguntó la Fiscal a Veytia. “El señor García Luna”, respondió.
Otros testigos han expuesto que la decisión de García Luna de apoyar a “El Chapo” formó parte de la guerra entre líderes de distintas organizaciones criminales.
FUENTE: SIN EMBARGO.AUTOR: REDACCIÓN.
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