El narcotraficante colombiano Harold Mauricio Poveda Ortega, alias “El Conejo”, uno de los líderes del Cártel del Norte del Valle, testificó por segundo día consecutivo, el 2 de febrero de 2023, en la Sala 8D-Sur, de la Corte Federal del Distrito Este de Nueva York, en el juicio contra Genaro García Luna -ex titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) Federal, durante el Gobierno de Felipe Calderón Hinojosa-, sólo para reconocer que no conocía en persona al ex funcionario mexicano y que los sobornos que supuestamente le hacía el Cártel de Sinaloa, era lo que lo que escuchó decir a otros capos.
“Lo que testificó contra de Genaro García Luna es lo que otros le dijeron, ¿verdad?”, le preguntó César de Castro, abogado defensor del ex funcionario mexicano, durante el contrainterrogatorio. “Es lo que vi y escuché en la organización”, respondió “El Conejo”, quien aceptó nunca haber estado presente en el momento que supuestamente se repartió un soborno al ex titular de la SSP Federal, ni a ninguno de sus subordinados.
Durante a la audiencia, De Castro retomó los detalles del acuerdo de colaboración que Poveda Ortega celebró con las autoridades de Estados Unidos y leyó un párrafo donde se dice que si “el testigo ha cometido un crimen, el Gobierno se liberará del convenio”, apuntando el abogado a lo relatado por el mismo narcotraficante colombiano, el 1 de febrero de 2022, en el sentido de que sobornó a custodios del Reclusorio Preventivo Varonil Oriente, en la Ciudad de México, donde cumplía su condena para obtener beneficios. “Les daba propinitas de 5 o 6 mil dólares”, mencionó.
“Entonces, usted incumplió el acuerdo con la Fiscalía, ¿no es así?”, preguntó el abogado defensor de García Luna. “¿Por qué?”, cuestionó el testigo. “Pues porque según su acuerdo usted no puede cometer delitos”, le aclaró De Castro, quien enlistó las acusaciones que sumaba Poveda Ortega en cortes federales de Washington, Texas y Nueva York, donde le impusieron cadenas perpetuas, por haber introducido a Estados Unidos más de mil toneladas de cocaína.
“Su única forma de evitar la cadena perpetua era colaborando con el Gobierno, ¿no es así?”, insinuó el litigante. “Desde que estaba en México decidí colaborar”, insistió, sin embargo, “El Conejo”, quien recordó que alguna vez se reencontró en una furgoneta de la Policía, en Washington, con Jesús Reynaldo Zambada García, alias “El Rey”, cuando ambos participaban como testigos en el proceso en contra de Alfredo Beltrán Leyva, “El Mochomo”.
“Conejito, usted sabe que estábamos en guerra. Usted era quien le producía dinero a Arturo [Beltrán Leyva]. Sólo olvídate de ello, tranquilo, actúa como si no hubiera pasado nada”, le dijo supuestamente, el hermano de Ismael Zambada García, alias “El Mayo”, a Poveda Ortega, luego de que este último le presuntamente le reclamó por haber sido el culpable del operativo donde casi lo detienen, el 15 de octubre del 2008, y en el que además le incautaron su residencia en el Desierto de los Leones, entre las alcaldías de Cuajimalpa y Álvaro Obregón, en la Ciudad de México, a la que le invirtió “entre 6 y 7 millones de dólares”. No obstante, en su testimonio, el capo colombiano aseguró haber limado asperezas con “El Rey”.
Por su parte, Miguel Madrigal, agente de la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), quien estuvo asignado a México de 2008 a 2015, también fue llamado por la Fiscalía del Distrito Este de Nueva York para testificar y declaró que en 2010, tras la detención de Sergio Villarreal Barragán, alias “El Grande”, el narcotraficante solicitó reunirse con un elemento de la agencia estadounidense, encuentro en el que confesó que “Genaro García Luna tuvo negocios con el Cártel [de Sinaloa] desde que él era policía estatal”.
Según el agente de la DEA, durante su testimonio tras su detención, Villarreal Barragán afirmó que había dejado la Policía Judicial de Coahuila en 1997, para unirse al capo sinaloense Amado Carrillo Fuentes, alias “El Señor de los Cielos”, fundador del Cártel de Juárez.
“‘El Grande’ detalló información de una asociación de Genaro García Luna” dijo Madrigal, quien también explicó que en algún momento tuvo información sensible acerca de que funcionarios del Gobierno mexicano se reunían con miembros de cárteles en el restaurante Champs Elysées, que se hallaba frente a la Embajada de Estados Unidos en México, en la avenida de Paseo de la Reforma, en la Ciudad de México.
Asimismo, el agente de la DEA detalló que muchas de las detenciones de grandes capos en México eran realizadas por otras instituciones distintas a la Secretaría de Seguridad Pública Federal, que lideraba García Luna, argumentos que habían sido insinuados por la defensa del acusado en sus contrainterrogatorios.
Según Madrigal, “había mucha descoordinación” entre las distintas instituciones de seguridad pública en México, y dio el crédito a la Secretaría de Marina Armada de México, en muchas de las detenciones de capos y en decisiones de jueves, el que se hayan logrado las extradiciones a Estados Unidos, buscando demeritar a García Luna.
Además, el agente de la DEA aseguró haber visto un video en el que identificó la camioneta marca Jeep, modelo Cherokee, color blanca, propiedad del entonces inspector de la División Antidrogas de la Policía Federal Preventiva (PFP), Édgar Francisco Bayardo del Villar, en el domicilio particular de “El Rey” Zambada, suponiendo que ambos celebraban una reunión.
Asimismo, Madrigal recordó que sacó capturas de pantalla de dicho video y se las entregó a su supervisor, para que tocara el tema con Víctor Gerardo Garay Cadena, ex comisionado general de la PFP mexicana. Bayardo del Villar decidió convertirse en testigo protegido de la ahora extinta Procuraduría General de la República (PGR), para declarar en contra de su superior, hasta que en el 1 de diciembre del 2009 fue ejecutado en una cafetería Starbucks, ubicada en la colonia Del Valle, en la alcaldía Benito Juárez, en la Ciudad de México.
AUTOR: CARLOS ÁLVARES ACEVEDO.
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