Las elecciones por la gubernatura del Estado de México enfrentan a dos aparatos de clientelismo político: por un lado, el del gobierno estatal, que ha hecho del Salario Rosa una maquinaria de movilización de más de 580 mil mujeres; por otro lado, el del gobierno federal, que presume que los Programas del Bienestar llegan a 2.5 millones de familias mexiquenses.
Ambos programas sociales —el del gobierno local priista y el de la Secretaría de Bienestar federal— están siendo utilizados para ganar las simpatías de los sectores populares en una entidad con más de 12.6 millones de personas inscritas en el padrón electoral.
La contienda tiene a dos mujeres como protagonistas: la priista Alejandra del Moral y la morenista Delfina Gómez; pero, en el fondo, se trata de un choque entre dos hegemonías, el tradicional Grupo Atlacomulco y el emergente Grupo Texcoco.
Ésta es una de las principales conclusiones a las que llega Bernardo Barranco, exconsejero en el Instituto Electoral mexiquense, quien acaba de publicar El regreso al infierno electoral (Grijalbo, 2023), que es una compilación de ensayos sobre lo que está en juego en esos comicios, no solo para el Estado de México, sino para el país y el sistema electoral.
El nuevo libro es secuela de El infierno electoral (Grijalbo, 2018), en el que Barranco —junto con una decena de autores— hizo una radiografía sobre las elecciones locales de 2017, en las que el priista Alfredo del Mazo derrotó a la morenista Defina Gómez tras un proceso en el que fue evidente la intervención del gobierno federal y local, la parcialidad de las autoridades electorales locales y la guerra sucia incluso en plena jornada electoral.
“En 2017, lo que tuvimos fue una elección de Estado del Grupo Atlacomulco, para que el PRI mantuviera la gubernatura, y hoy por hoy lo que tenemos es una elección de Estado frente a otra elección de Estado. A nivel de los programas sociales hay empate: hace seis años todos los programas sociales se usaron de manera sesgada a favor del PRI, y ahora los programas sociales del gobierno federal son tan fuertes, o más fuertes, que los del gobierno local”, explica Barranco.
“Todo el abanico de la cuarta transformación en materia social equivale a casi tres millones de usuarios, y en contraparte, los programas sociales del Estado de México, donde destaca el Salario Rosa, son también 3 millones; es decir, 600 mil mujeres que se traducen, por sus familias, en 3 millones de beneficiarios”.
En 2017, medios como el periódico Reforma documentaron que desde Los Pinos se planeó una estrategia encabezada por el presidente Enrique Peña Nieto, y desplegada por secretarios y secretarias de Estado, para lograr que Alfredo del Mazo fuera el sucesor del gobernador Eruviel Ávila, lo que se tradujo en más de 100 visitas de altos funcionarios a municipios estratégicos, para encabezar ferias de programas sociales y entregas de apoyos a personas de escasos recursos.
En 2023, el presidente Andrés Manuel López Obrador se ha erigido como el principal impulsor de la candidata Delfina Gómez, y fue en Palacio Nacional donde el exdirector de Aduanas, Horacio Duarte, anunció su separación del cargo para irse a “la batalla maestra”.
Junto con el dirigente de Morena, Mario Delgado, Horacio Duarte ha visitado Palacio Nacional en pleno proceso electoral, en su calidad de coordinador de campaña, una misión que comparte con el también texcocano Higinio Martínez.
Barranco asegura que el duelo entre Morena y el PRI es real en el Estado de México, y califica de absurda la hipótesis de una presunta negociación del gobernador Alfredo del Mazo para entregar el estado a cambio de una posición política futura, privilegios o impunidad.
Tan es real la contienda, asegura, que el gobernador se ha cuidado de emular a sus antecesores y procurarse el control del Instituto Electoral mexiquense y el Tribunal Electoral local, donde, según el escritor y analista, son escasos los perfiles que no fueron impuestos por el PRI.
En el caso del IEEM, Barranco asegura que solo hay una consejera no alineada con los intereses priistas: Karina Vaquera Montoya, quien ha entrado en confrontación con las demás consejeras, con la presidenta, Amalia Pulido, y el secretario ejecutivo, Francisco Javier López Corral.
Según Barranco, el control del IEEM permite al PRI controlar toda la estructura electoral del estado, a través del nombramiento de consejeros distritales y vocales, quienes operan los comicios a nivel distrital y municipal.
“Lo que está de fondo es el aparato electoral del Estado de México; incluso si Del Mazo estuviera moderado, lo cierto es que el aparato ya se echó a andar. Ve el evento de cierre de precampaña de Del Moral, donde estuvo arropada por los exgobernadores Chuayffet, Montiel, Camacho… la plana mayor del Grupo Atlacomulco”, comenta.
Otra prueba de que la batalla va en serio, dice Barranco, es el activismo de Del Mazo, quien todas las semanas encabeza al menos un evento masivo de entrega de tarjetas del Salario Rosa.
Los antecedentes electorales de la entidad colocan el proceso en curso en una balanza: el PRI ganó la gubernatura en 2017; en 2018, triunfaron Morena, López Obrador y los candidatos al Congreso y a los ayuntamientos y, en 2021, la alianza PRI-PAN-PRD recuperó municipios y distritos locales y federales.
Actualmente, cuando ya transcurrieron las precampañas, la contienda entró en un impasse que se romperá hasta el 2 de abril, cuando comienzan las campañas.
Hasta el momento, Del Moral ya reportó gastos por más de 34.3 millones de pesos en precampaña, y Delfina ha ejercido 27 millones de pesos.
Los partidos se han aglutinado en torno a esas dos figuras: Morena, PT y PVEM con Delfina; PRI, PAN y PRD con Del Moral.
Movimiento Ciudadano aún no ha confirmado que su senador Juan Zepeda vaya a postularse de nuevo a la gubernatura, como hace seis años, cuando fue la sorpresa de la elección y se colocó en tercer lugar en el resultado final.
Gobierno local y gobierno federal mantendrán su presencia en los municipios, para seguir promoviendo a beneficiarios de programas sociales como su base de simpatizantes.
La moneda está en el aire. Mientras tanto, Barranco insiste en que el infierno existe, y éste es el Estado de México, al menos en el terreno electoral.
“Los demonios siempre han andado sueltos en el Estado de México”, concluye el autor, a poco más de tres meses de la jornada electoral del próximo domingo 4 de junio.
FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: ERNESTO NUÑEZ ALBARRÁN.
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