El fenómeno del fentanilo como la droga que más muertes causa en la epidemia de sobredosis que golpea a Estados Unidos tiene una dimensión geopolítica “que rebasa, por mucho”, el “oportunismo electoral” de sectores republicanos de ese país que buscan ubicar a México como el responsable de esa crisis de salud pública.
Así lo plantean internacionalistas, expertos en seguridad y especialistas en política de drogas consultados por Proceso, quienes coinciden en señalar que el problema del fentanilo y las drogas sintéticas está causando la “reformulación significativa” de la estrategia de Estados Unidos contra los estupefacientes, que tendrá un enfoque más punitivo.
La maestra en estudios latinoamericanos María Fernanda Zuluaga considera que el hecho de que estén muriendo más de 200 estadunidenses cada día por sobredosis de fentanilo constituye una “catástrofe sanitaria” que preocupa de manera legítima a la sociedad de ese país, pero cuyo uso político impide abordar el problema con un enfoque integral que permita encontrar soluciones.
“¿Por qué –plantea Zuluaga– los legisladores republicanos que piden al presidente Joe Biden emprender acciones militares directas contra los cárteles mexicanos no piden la misma acción contra las empresas químicas chinas que producen fentanilo o precursores para fabricarlo? No lo hacen porque eso no es tan redituable en términos electorales.”
Agrega que, sin embargo, China es un “jugador de primera línea” en la cadena del fentanilo a escala global porque su poderosa industria química es la principal productora de esa sustancia –que tiene un uso médico legal como analgésico y en los tratamientos paliativos para el cáncer– y de los precursores que usan los cárteles mexicanos para producirla.
Corrupción de farmacéuticas
En el 66 periodo de sesiones de la Comisión de Estupefacientes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), realizado en Viena este mes, Estados Unidos pidió a China reforzar el control de los precursores utilizados en la fabricación de fentanilo.
El representante del gobierno de Beijing respondió que cada país debe resolver sus propios problemas de drogas, sin injerencias externas, y pidió a los países consumidores hacer más por reducir la demanda de estupefacientes.
La epidemia de muertes por sobredosis de fentanilo en Estados Unidos se originó por la prescripción indiscriminada de opioides sintéticos, como la oxicodona, que es comercializada con el nombre de OxyContin por la farmacéutica Purdue Pharma. Ésta y otras compañías incurrieron en prácticas corruptas, como minimizar los efectos adictivos de esa sustancia y sobornar a médicos para que la recetaran en forma masiva.
Fragmento del reportaje publicado en la edición 2421 de la revista Proceso
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: RAFAEL CRODA.
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