El colectivo Orgullo Guerrero señaló que la cifra representa un alza respecto de periodos previos. Alertó también sobre el ‘modus operandi’ de los agresores, que contactan a sus víctimas por aplicaciones de citas.
Uriel Mena Flores, integrante del colectivo, informó que las víctimas coinciden en un mismo modo de operar por parte de los agresores.
Quienes agreden contactan a las víctimas por medio de una aplicación de citas, acuerdan reunirse con ellas, y es ahí donde el agresor llega con una botella de vino en la que se vierte alguna sustancia que provoca que la víctima pierda la conciencia para, entonces, despojarla de sus pertenencias.
Las primeras cuatro agresiones las registraron en enero y las últimas cuatro entre enero y febrero. De los agresores poco se sabe debido a que muchas de las víctimas no quieren denunciar por miedo y, por tanto, la Fiscalía General del Estado (FGE) no puede iniciar ninguna carpeta de investigación.
Los ochos casos contabilizados sucedieron en Chilpancingo, capital de la entidad.
Uno de los casos más graves que documentó el colectivo Orgullo Guerrero fue el de una persona que fue golpeada hasta quedar en estado de coma.
El agresor en cada uno de estos casos robó celulares, carteras y lo que halló a su alcance.
En febrero, el colectivo lanzó una campaña de prevención llamada “Aguas con tu ligue”.
Sus integrantes pegaron carteles en escuelas, dependencias de gobierno y plazas públicas para concientizar a los jóvenes sobre este peligro.
El colectivo logró una reunión con Cinthia Velázquez Sánchez, encargada de la Fiscalía Especializada para la Investigación del Delito de Homicidio Doloso Cometido en Agravio de Mujeres y demás personas con Orientación o Preferencia Sexual por Identidad o Expresión de Género.
De acuerdo con el activista Mena Flores, la fiscalía estaba dispuesta a brindar acompañamiento a las víctimas.
“Ella (Cinthia Velázquez Sánchez) específicamente dijo que lo hablaría con sus superiores para que identificaran cómo sería el proceso. Sin embargo, no se le dio seguimiento porque en ninguno de los casos hubo disposición para denunciar”, aclaró Mena Flores.
Los integrantes del colectivo también dieron acompañamiento a las víctimas para temas de apoyo emocional, médico y jurídico.
La negativa de las víctimas a denunciar es por miedo y por los estigmas que existen contra los integrantes de las poblaciones LGBTI+.
“Las víctimas no quisieron denunciar porque no querían ser revictimizadas. Por parte de las autoridades no hay protocolos de acción ante estos casos”, advierte el colectivo.
FUENTE: ANIMAL POLÍTICO/AMAPOLA PERIODISMO.
AUTOR: /ITZEL URIETA.
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