Entre el fin de semana y el inicio de la presente, se cayó el teatro de Morena para favorecer al PRI en Coahuila.
Proclives a la alianza con pequeños partidos, Partido del Trabajo y Partido Verde Ecologista, que les aseguren una mayoría calificada en congresos y aporten, aun cuando minimamente, el triunfo en elecciones municipales, estatales y, en 2018, la presidencial, para la elección de la gubernatura en Coahuila, sorprendentemente, Morena decidió competir sin acompañamiento de otros partidos y con el peor candidato: Armando Guadiana, un ranchero sin filtros, sin materia, sin empatía, pero leal a la causa obradorista.
Quien se consideraba el candidato natural de Morena, el entonces subsecretario de seguridad, Ricardo Mejía Berdeja, fue minimizado y obligado a salir de Morena para obtener la candidatura a su estado de origen. Como suele suceder, cayó en territorio amigo, arropado por el Partido del Trabajo, en un aparente distanciamiento de la línea presidencial.
El Partido Verde Ecologista de México, optó por un candidato local, Lenin Pérez, para jugar la parte. Iniciaron campaña distanciados, y a cinco días de la elección, desde la cúpula político electoral en la Ciudad de México, tanto PT como Verde, desconocieron a sus candidatos y se unieron al de Morena.
Acompañados por Mario Delgado, el dirigente nacional de Morena que “no pugnó” por una alianza con PT y Verde para Coahuila, como sí lo hizo para el Estado de México (las comillas son porque, pudo hacerlo, pero no lo hizo por estrategia), primero la dirigente del Partido Verde, Karen Castrejón, sin consultar a su candidato coahuilense o a los militantes de aquel estado, anunció, sin mencionar si quiera el nombre del candidato Lenin Pérez: “En el Verde hemos decidido seguir avanzando junto al proyecto de la cuarta transformación en Coahuila, por lo que hemos acordado brindar nuestro respaldo a su candidato al gobierno del Estado, Armando Guadiana. Confiamos en que la cuarta transformación sabrá trabajar de manera respetuosa y coordinada con los diputados del Verde a fin de lograr un proyecto común cuyo objetivo central sea generar mejores condiciones de vida para las y los coahuilenses”.
Ciertamente, el nombre de Lenin Pérez ya no se puede borrar de la boleta electoral para el domingo 4 de junio, por lo cual, la militancia local que no escucha a la dirigencia nacional, seguirá en la medida del alcance político, en el voto, aun mínimo para el candidato Pérez.
Días después del anuncio de Karen Castrejón y Mario Delgado, llegó el posicionamiento del Partido del Trabajo.
Benjamín Robles Montoya, comisionado electoral del PT en Coahuila, en una mesa acompañado del dirigente de Morena, Mario Delgado, y de la secretaria general, Citlali Hernández, también se deslindó de su candidato, Ricardo Mejía, y se unió, al menos en la cúpula petista, al candidato de Morena:
“El posicionamiento nuestro, por lo avanzado del proceso electoral, no tiene efectos legales, las boletas ya están impresas. El nombre y la fotografía del candidato Ricardo Mejía Berdeja ya están en ellas. Ricardo Mejía está a la voluntad de la ciudadanía de Coahuila este 4 de junio.
“La dirección nacional de nuestro partido manifiesta con firmeza ir juntos con el partido Morena y el partido Verde Ecologista por el bien de México. Por ello hemos decidido dar nuestro apoyo al candidato de Morena en Coahuila. El Partido del Trabajo como hace más de 23 años, tomó la determinación de seguir apoyando a nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador hasta el término de su gestión. Reitero, el PT se pronuncia por la unidad y garantizar la alianza Juntos Haremos Historia en 2024”, dijo Benjamín Robles.
Estas adhesiones partidistas a Morena, bien pudieron darse al arranque del proceso electoral de Coahuila, pero no fue así. En Morena “decidieron” ir solos, para sacrificar a su candidato, en este caso Armando Guadiana, frente al puntero en las encuestas, el priísta y representante de la alianza Va Por México, de PRI, PAN y PRD, Manolo Mejía. Para jugar la parte, una vez finalizada la campaña electoral y cuando difícilmente las tendencias pueden variar, Morena une lo que en un principio dividió, su alianza Juntos Haremos Historia, con el PT y el PVEM.
A estas alturas de la contienda, a cinco días de celebrarse la elección, los nombres de Ricardo Mejía y de Lenin Pérez, no saldrán de la boleta, y considerando que en política es la única materia en la que 2 más 2 no son cuatro, ni todos los seguidores del PT y Mejía se irán con Guadiana, como ni todos los seguidores del Verde y Lenin votarán por el candidato de Morena.
De hecho, el candidato puntero, el priísta Jiménez, terminó la campaña dos a uno frente a su más cercano competidor, el morenista Guadiana. Y si considerando las últimas encuestas, se sumaran todos los votos de Guadiana, Mejía y Pérez, apenas llegarían a un empate técnico con el representante de la alianza opositora.
Pero en política tampoco hay coincidencias. La unión de Morena, PT y PVEM, fuera de tiempo, es una estrategia para refrendar una unión que dividieron para otorgarle el triunfo a la oposición tricolor, pues como dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador en el 2021, con el PRI se puede negociar. En el 2023, no solo se negoció el 2024 para la alianza del partido en el poder, también, una gubernatura para el PRI, y otra para Morena, sacrificando con ella a Guadiana. Ahora sí que desde la lógica presidencial, de los males, el menor.
FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: ADELA NAVARRO BELLO.
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