Parra Aispuro -inocente en tanto no se determine su responsabilidad mediante una sentencia de un juez, según el artículo 13 del CNPP- fue señalado por autoridades estatales y federales como uno de los líderes de la agrupación conocida como “El Cártel del Mar”, encargado de la pesca y distribución de totoaba en el puerto de San Felipe.
Identificado entre los grupos de coordinación de ese momento como “El Parra” o “El Tekolín”, fue detenido en 2018 por elementos de la extinta Policía Estatal Preventiva (PEP), en posesión de varias armas de fuego.
Elementos de la Fiscalía General de la República (FGR) se llevaron al “Parra”, pero se decretó ilegal la detención.
Posteriormente fue puesto a disposición de las autoridades locales, quienes iniciaron el proceso legal por homicidio en contra de Emmanuel Esaú, ocurrido el 31 de diciembre del 2017, debido a un conflicto de tránsito que se suscitó durante esa madrugada, en los alrededores del bar Rockodile, de San Felipe.
En aquel momento, las cámaras de vigilancia de dicho antro captaron el momento cuando el agresor abrió fuego con un arma de grueso calibre en contra de Emmanuel, quien perdió la vida en el lugar frente a dos compañeros militares.
Tras cinco años preso, Parra Aispuro recobró su libertad debido a que el juez decretó ilegal la extracción del video y que la FGE no tuvo la capacidad de localizar a los dos testigos. Ante esta situación decidió liberarlo sin ir a juicio.
Respeto a la segunda acusación de delincuencia organizada, Parra Aispuro solicitó que se le modificara la medida cautelar de prisión preventiva a una más holgada donde pudiera llevar su proceso en libertad. Sin embargo, el proceso sigue.
El único proceso judicial que lo mantenía preso era uno relacionado al incumplimiento de obligaciones de asistencia familiar, misma que quedó extinta.
Hoy, el presunto líder del Cártel del Mar, quedó absuelto de prácticamente todos los delitos que lo implicaban.
AUTOR: EDUARDO VILLA.
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