El presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció, el 24 de julio de 2023, un derrame de hidrocarburos en el Golfo de México, en la misma zona en la que el día 7 del mismo mes y año se registró un incendio en la plataforma Nohoch-A, de la empresa paraestatal, en la Sonda de Campeche.
Pero al igual que lo hizo Petróleos Mexicanos (PEMEX) el 18 de julio de 2023, el titular del Poder Ejecutivo Federal lo minimizó, durante su conferencia de prensa matutina, llevada a cabo desde el Salón Tesorería del Palacio Nacional.
“Es lo de PEMEX, hay dos eventos muy lamentables, una pequeña fuga ya disuelta de aceite, mucho, mucho muy pequeña, nada que ver con lo que decía el [diario] Reforma y sigue diciendo. ¿Cuántos kilómetros? ¿467 kilómetros? Una exageración, un invento del Reforma, a lo mejor en el quién es quién en las mentiras podrían probar eso”, reclamó el político tabasqueño.
“Y el otro caso lamentable fue una explosión de gas, pero se dispersó completamente la molécula, no hay ya afectaciones por lo de la explosión de gas, que sí causó la muerte de dos trabajadores y uno o dos desaparecidos”, reveló el mandatario nacional.
El 22 de julio de 2023, expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México determinaron, basados en imágenes satelitales, que el derrame masivo de crudo en los campos Ek Balam, en la Sonda de Campeche, continuaba expandiéndose. Los especialistas estimaron que las corrientes marinas llevarían el hidrocarburo, que se estuvo derramando desde el 4 de julio de 2023, a costas de Veracruz y luego a playas de Tamaulipas y Texas.
Los expertos de la UNAM alertaron en su análisis -con base en mapas incluidos en el Atlas de Línea Base Ambiental del Golfo de México-, que para el día 12 de julio de 2023, el derrame de crudo era de 467 kilómetros cuadrados.
Por otra parte, López Obrador desestimó la reducción en la calificación de PEMEX, que anunciaron días antes, las compañías calificadoras estadounidenses Fitch Ratings y Moody’s, ya que aseguró que no afectaba en nada a la empresa paraestatal, ya que ello era parte de la simulación que existía durante el predominio del modelo neoliberal.
“Es como a estas alturas tomar en cuenta lo que opine el Fondo Monetario Internacional [FMI], que está totalmente desacreditado […] No pasa nada, aquí lo que se tiene que tomar en cuenta en el caso de PEMEX […] que la deuda de PEMEX ha bajado y eso lo podemos probar”, insistió el titular del Poder Ejecutivo Federal.
“Desde luego está muy difícil ganarle a los leguleyos de las calificadoras, son tecnócratas marrulleros que seguramente van a decir ‘sí, pero hay otras variables’. Afortunadamente ya eso no se los cree ni siquiera el llamado círculo rojo, porque a la gente lo que le importa, lo que le interesa es que haya trabajo, que los ingresos, que el salario alcance y que no haya carestía, que no suban los precios de los alimentos, de las gasolinas, el pasaje. Eso es lo que le importa a la mayoría de la gente y es lo que tenemos que cuidar”, apuntó.
El presidente de la República recordó que durante la época neoliberal, la calificación de PEMEX era alta, a pesar de la corrupción, de la creciente deuda y de las pérdidas económicas que registraba, lo que contrastaba con lo que ocurría en la actualidad, cuando existía una mayor producción y extracción de petróleo.
Además, el político tabasqueño destacó que en la actualidad, PEMEX tenía utilidades mayores, “porque hemos bajado los costos de extracción de petróleo y ha estado bien el precio, en términos generales, del crudo”.
“Entonces es una burla todo esto de las calificadoras, sin embargo todavía quedan esos remanentes, toda esa información que utilizaban para manipular en las épocas del neoliberalismo, neo porfirismo”, sostuvo el mandatario nacional.
AUTOR: CARLOS ÁLVAREZ.
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