El saldo de los ataques, que iniciaron desde mayo en el Nuevo Caracol, es de dos muertos, informó el sacerdote Filiberto Velázquez del Centro Minerva, quien anunció una caravana humanitaria para llevar alimentos y medicinas.
El saldo de los ataques con bombas que iniciaron desde mayo en el Nuevo Caracol es de dos muertos, informó el Centro de Derechos de las Víctimas de Violencia Minerva Bello (Centro Minerva).
La población permanece sin protección, encerrada y con desabasto de víveres y medicinas.
En conferencia de prensa este domingo, el director del Centro Minerva, Filiberto Velázquez, anunció una caravana humanitaria hacía la comunidad para llevar alimentos y medicinas.
En esa comunidad del municipio de Heliodoro Castillo (Tlacotepec), entre la sierra y la cuenca del Río Balsas, no hay maestros desde que inició la pandemia en 2020; la situación continúa por la inseguridad de la región.
Además es parte de un grupo de al menos 11 comunidades de los municipios de Tlacotepec, Apaxtla, Cuetzala y Cocula, las cuales están siendo cercadas por el grupo criminal La Familia Michoacana que busca desplazar a Los Tlacos por el control de su base social y la zona minera.
Las comunidades son Nuevo Caracol y Tetela del Río, de Tlacotepec; Santa María, Michapa, Lagunita, Texocotla, Querengue, pertenecientes a Apaxtla de Castrejón.
Tomixtlahuacan, Ojo de Agua y San Luis del municipio de Cuetzala del Progreso, y Las Mesas, del municipio de Cocula.
En esta zona se encuentran 16 personas desaparecidas desde mayo, entre ellos los tres pescadores de Mezcala, que salieron a trabajar el 16 de julio, y cinco caporales de un rancho de Nuevo Balsas que acudieron a un jaripeo en el Estado de México el 16 de agosto.
El defensor de derechos humanos, Filiberto Velázquez, informó que Nuevo Caracol ha recibido tres ataques con bombas de fabricación casera desde drones y con armas de grueso calibre.
El saldo, dijo, son dos hombres muertos y daños a viviendas, por lo que los pobladores se han tenido que refugiar en las pocas casas de concreto que existen.
“Este conflicto en esta región de la cuenca del Río Balsas hace que la población entre en pánico”, dijo Velázquez.
La población tampoco tiene manera de comunicarse. Lo hace con fichas de internet, que ya no tiene; Filiberto Velázquez hizo un llamado al gobierno estatal:
“¿No sé qué espera el gobierno del estado? El pueblo está desprotegido y no hay un plan de protección permanente”.
Reveló que quien quiere entrar a esos pueblos es la Familia Michoacana, que “pareciera que rebasa las fuerzas y voluntades del gobierno. ¿Qué temor hay o que intereses pudiera haber?”, cuestionó, Filiberto Velázquez.
El director del Centro Minerva dijo que busca un acercamiento con fuerzas de seguridad para que puedan acompañar a la caravana humanitaria de defensores de derechos humanos programada para este martes 29 de agosto.
“Para llevar víveres, porque nadie puede ir, por miedo. Hay desabasto de víveres y medicinas. El terror de la violencia que se quiere imponer en el estado nos puede paralizar”, alertó el también sacerdote Filiberto Velázquez.
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: LUIS DANIEL NAVA.
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