La turbiedad ha ido apoderándose del lugar donde antes había un panorama del acuífero cristalino y transparente. Esto, atribuido al desprendimiento de sedimentos ante la intensa actividad registrada en la superficie para el proyecto federal.
El punto donde comenzó a apreciarse este fenómeno corresponde a los cenotes del parque natural Dos Ojos, en el municipio de Tulum, a una media hora al sur de Playa del Carmen. El lugar corresponde a los terrenos del ejido Jacinto Pat.
El área donde se ha observado el cambio del color del agua forma parte de Sac Actún, de los sistemas de ríos subterráneos más extenso del mundo, con alrededor de 360 kilómetros explorados.
Ahí, las recientes tomas de buzos espeleólogos muestran los caudales de agua revuelta que distan de las imágenes que se publicaban precisamente hace algunos meses para evidenciar el riesgo en el que se encontraban tales ríos por la irrupción de los trabajos ferroviarios.
Guillermo DChristy, consultor de temas de agua e integrante de Sélvame del Tren, atribuye esta situación a la intensa vibración que hay en el exterior, donde existe el paso constante de maquinaria pesada, pero principalmente ocurren explosiones para volar la cantera que es ocupada en el tendido de la vía ferroviaria.
“Podrían estar causando esto las perforaciones que se están haciendo para la ruta del Tren en el tramo 5 (…) no sólo es Dos Ojos, hay más puntos en cenotes turísticos a lo largo del recorrido del Tren donde está ocurriendo eso. Estamos esperando qué es lo que van a decir los operadores turísticos porque no quieren perder visitantes”, explica Guillermo DChristy.
Se trata de la primera afectación directa al agua de los ríos subterráneos, algo que ya advertían los ambientalistas. Dos Ojos y las entradas con cenotes ubicadas de manera paralela al corredor hotelero Riviera Maya, no sólo son importantes por el ecosistema que alberga, sino porque constituyen un atractivo turístico y fuente de ingresos para pobladores locales.
Los últimos reportes de touroperadores turísticos, quienes no quieren hablar abiertamente del tema, refieren que se encuentran en la incertidumbre por las posibles cancelaciones de recorridos subterráneos, tanto de buceo, como de snorkel.
Al lugar llegan buzos de todo el mundo para observar las formaciones en las cavidades, los llamados espeleotemas. También para descubrir seres vivos que habitan en las profundidades del agua, que los mayas antiguos denominaban el Xibalbá, la entrada al inframundo.
“Ahorita estamos revisando qué es lo que va a pasar con la turbidez. Hay otros buzos que ya han reportado desprendimiento de los techos por las vibraciones de máquinas, sobre todo en algunos túneles que están completamente inundados son más frágiles”, agrega Guillermo DChristy.
Este impacto a los ríos subterráneos, como también ha ocurrido con cenotes, cuevas secas y la propia selva, son parte del nuevo panorama de menoscabo ambiental que el proyecto federal del presidente Andrés Manuel López Obrador ha infligido en la región.
“Aquí nos damos cuenta de que lo que se haga sobre la ruta del tren, tarde que temprano afecta a los cenotes, ¿por qué? porque están en el paso del río. La ruta del tren como río arriba, el mar Caribe como río abajo. Todo lo que ocurra río arriba tarde que temprano afectará a cenotes turísticos”.
El sistema Sac Actún, con Dos Ojos incluido, se encuentra en el corazón del tramo 5 Sur del Tren Maya, que mide alrededor de 62 kilómetros, partiendo de Playa del Carmen hasta llegar a Tulum.
La ruta de vía ferroviaria topa de manera perpendicular, en algún punto entre ambas localidades, con este importante sistema de ríos subterráneos.
Aunque Sac Actún tiene una gran extensión de kilómetros en comparación con el tramo 5 Sur, el primero está dispersado entre un universo de cuevas y cavernas subterráneas, principalmente debajo de Tulum.
Su vastedad ha servido para guardar por milenios los restos más antiguos de los seres humanos en América, de más de 10 mil años. Hoy también están en riesgo vestigios que aún no han sido descubiertos, advierten los ambientalistas.
Pero no todo está perdido aún, dice Guillermo DChristy, esto se puede reparar sólo: “si dejan de perforar y afectar al acuífero”.
Advertencia ignorada
Lo que ocurre ahora con los ríos subterráneos era algo que ya habían previsto los ambientalistas. En la demanda de amparo indirecto 884/2022 presentada ante el Juzgado Primero de Distrito, de Mérida, Yucatán, los quejosos --buzos de cuevas-- explicaron que su interés legítimo para acudir a la protección de la justicia federal era porque las obras ferroviarias traerían un riesgo a los ríos subterráneos donde realizan su labor.
José Urbina Bravo, uno de los quejosos en este amparo que logró detener las obras del tren por aproximadamente de tres meses durante el año pasado, recuerda que fue una de las razones por las que se inició la defensa del territorio ante la obra federal que, en ese tiempo fue comenzada sin la presentación de una Manifestación de Impacto Ambiental (MIA).
“Esto es una de las tantas advertencias que hicimos como vecinos de Quintana Roo, también contra la tala de muchos árboles, construcción arriba de cenotes, de vestigios arqueológicos. Pero principalmente porque como todo está conectado pasa lo que está pasando ahora sobre los ríos; estos lugares eran un paraíso, el cual su característica era la calidad del agua, que hoy se ve impregnado de material, quizá por las explosiones”, expone Urbina Bravo.
Aunque esta alteración por ahora no representa un tema de salud pública, es el primer indicio de modificación del acuífero que, como primer impacto tendrá la actividad turística con el buceo en cuevas y cenotes, así como actividades de snorkel.
Pese a esta situación, en consultas realizadas a la representación del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), su vocería ha negado en reiteradas ocasiones que haya afectación al ecosistema de la región. Lo mismo ha ocurrido desde las conferencias matutinas por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien continúa adjetivando como seudoambientalistas a los activistas de Playa del Carmen y Tulum.
En este contexto, el pasado 2 de agosto, la organización Cartocrítica, acompañada del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), expuso en un informe la apertura de múltiples bancos de material pétreo para el Tren Maya, similares a Calica, que vuelan la cantera con explosivos, tal como los ambientalistas han documentado.
Ese mismo día, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales respondió que: “La herramienta cartográfica considera bancos de materiales que no necesariamente forman parte del proyecto Tren Maya y que son propiedad de privados que ofrecen servicio a diversos clientes, por lo que habría que hacer una revisión detallada para no generar confusiones”.
Dichos bancos de material, según imágenes del satélite Sentinel 2, se ubican justo aledaños a la línea del Tren Maya tramo 5, en el norte de Quintana Roo, donde corre el sistema de ríos subterráneos Sac Actún. Son al menos seis nuevos bancos de material pétreo que no existían antes de las obras ferroviarias.
Ahí es donde se mantiene la actividad de extracción de roca caliza, que no sólo afecta a ríos subterráneos, sino a poblaciones cercanas, como la alcaldía de Puerto Aventuras, algo que la autoridad municipal en Playa del Carmen ha aceptado, pero no ha podido remediar.
“Se hizo la advertencia al gobierno, pero éste hizo oídos sordos y hoy ya es una realidad la afectación”.
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: OCTAVIO MARTÍNEZ.
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