Lo más difícil para la legisladora Adela Ramos a su llegada a San Lázaro fue ver que Morena, un movimiento al que vio fundarse como instrumento de lucha para romper el esquema de corrupción del sistema, para transformar el país, la política y para generar condiciones de democracia, contaba entre sus filas en la bancada a expriistas y expanistas. “Los mismos que nos reprimían son ahora diputados por Morena”, dice.
Igualmente difícil le fue conocer que las iniciativas de Morena “llegan planchadas” a los diputados: “Aquí está la iniciativa y tienen que votar en favor. De hecho, el coordinador dice lo que tiene que leer. Por eso los diputados de Morena sólo suben a tribuna a insultar, no cabildean, no debaten”.
Afirma también la legisladora que “si hay discriminación, si hay racismo, si hay violaciones de género, es ahí en San Lázaro”, donde quiso ser presidenta de la Comisión de Educación y tampoco pudo, aunque sí quedó como parte de la misma.
También es secretaria de la Comisión de Infraestructura, y era integrante de la Comisión de Vigilancia… hasta que algo ocurrió.
Llegó a esta última comisión un caso que involucraba a Manuel Velasco, el exgobernador de Chiapas, de un fraude por más de 21 mil millones de pesos en su periodo.
“Desde Palacio ordenaron que nadie se presentara de Morena a votar, para que declararan vacío el tema, para que no procediera. Yo dije: es mi obligación, voy a ir”. Pero recibió la instrucción de la bancada de no presentarse, lo que no aceptó.
“Así de blindado está el Güero Velasco, ahí entendí el blindaje”, comenta.
A la diputada ese caso le costó que su partido la retirara de inmediato de esa comisión. “No hay ética, no hay respeto, es sólo una burbuja”. Eso, sostiene, sirve para centralizar el poder.
Fue entonces cuando decidió demandar al coordinador Ignacio Mier, “pero él sólo se burla”. Y reconoce que sigue asistiendo a la Comisión de Vigilancia porque es convocada, lo que ocurre porque el presidente de esa comisión es del PRI.
“Yo respeto a todos los políticos” afirma la legisladora. “Respeto también sus aspiraciones”.
Y toca el tema de la sucesión presidencial:
Hace un año la diputada junto con otros legisladores de origen magisterial y algunos indígenas quisieron conocer de voz directa de Marcelo Ebrard, Adán Augusto López y Claudia Sheinbaum, cuál era su proyecto en caso de lograr la candidatura. Sólo lograron acercarse a Sheinbaum.
“Yo le pregunté a Claudia, ¿cuál es tu proyecto? Y ella fue muy sincera: ‘mi proyecto se llama AMLO; no hay más’. Por lo menos para mi estado ¿Qué vas a hacer? ‘Lo que diga AMLO”, fue la respuesta de la ahora virtual candidata.
“Entendí que venía el dedazo, y que por eso teníamos que construir una agenda alterna”.
La maestra relata que fue a partir de ahí que comenzó a pronunciarse contra las iniciativas presentadas por Morena, como por ejemplo una que se bajó desde el orden del día y era promovida por Zoé Robledo, el director del IMSS, en la cual se pretendía legislar para que las personas sean donadoras de órganos desde el nacimiento, “algo siniestro, el pobre nace para el rico; era legalizar el tráfico de órganos”.
La legisladora se opone a que la gente queme los libros de texto. Afirma que “se tienen que regresar, se tienen que corregir los errores porque hubo un gasto de tres mil 400 millones de pesos”. Es por eso que pide una auditoría a todo el proceso de elaboración de los libros de texto gratuitos.
Es obvio, afirma, que los errores se corrigen con una fe de erratas. “El problema es la doctrina, inducir una ideología está mal”. Sostiene que no hubo una debida consulta para su elaboración. “Están usando a la educación pública con fines políticos.
“En la Comisión de Legislación dije: tenemos que revisar los libros de texto y me contestó la presidenta de la comisión: ‘no, no, tenemos que ayudar al presidente’”. Es por eso, dice la legisladora, que decidió subir a tribuna.
Hoy Adela Ramos narra que vive el linchamiento, la hostilidad y que el ambiente se le ha tornado hostil.
“Tú puedes matar, puedes robar, pero si eres amiga del presidente y él dice que eres buena, pues eres buena. Pero tú puedes ser una persona muy honesta, trabajadora y todo, pero si él dice que tú estás mal, eres malo sólo porque no le aplaudes. Por eso lo malo es el servilismo. Morena es 200% servilismo”.
Fragmento. La versión completa puede leerse en la edición de noviembre de Proceso (proceso.pressreader.com).
AUTOR: GABRIELA COUTIÑO
No hay comentarios:
Publicar un comentario