Hasta esta tarde, la mayoría de los cadáveres de los agentes seguían el Servicio Médico Forense (Semefo) de Acapulco, ubicado en El Quemado, un punto ubicado en las inmediaciones de la zona suburbana del puerto.
Los policías municipales de Coyuca de Benítez asesinados en la comunidad de El Papayo, en la Costa Grande de Guerrero, durante una emboscada, no contaban con seguro de vida, porque, de acuerdo con servidores públicos municipales, rechazaron el que les ofrecieron vía nómina.
Hasta esta tarde, la mayoría de los cadáveres de los agentes seguían el Servicio Médico Forense (Semefo) de Acapulco, ubicado en El Quemado, un punto ubicado en las inmediaciones de la zona suburbana del puerto.
Las víctimas de los hechos ocurridos al mediodía de ayer fueron 13, incluidos el secretario de Seguridad Pública Municipal, Alfredo Alonso López, y el director de la Policía Preventiva, Honorio Salinas Garay.
El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo por la mañana en su conferencia que el caso de los policías "prácticamente" fue una "emboscada".
A la vez, este hecho representa una serie de ataques contra los titulares de Seguridad Pública de la administración del actual alcalde morenista, Ossiel Pacheco Salas. Alonso López es el tercer secretario atacado en este periodo.
El 18 de junio del 2022 asesinaron al entonces secretario de Seguridad Pública, Román Soto Gatica, quien unos días antes había renunciado al cargo. Para el 1 de diciembre del mismo año atacaron a balazos al nuevo secretario, David Borja Padilla, quien salió herido; al siguiente mes renunció.
Los elementos municipales, informaron los servidores públicos municipales de Coyuca de Benítez, renunciaron al seguro vía nómina bancaria, sin exponer por qué lo harían cuando su función era de alto riesgo.
Al contactar al alcalde vía telefónica sólo comentó que no se hallaba en el municipio, porque hacía unas diligencias en la Secretaría de Salud en Chilpancingo por el caso, sin dar más detalles.
Las medidas de seguridad
Esta mañana en la cabecera municipal de Coyuca de Benítez se observó que policías estatales y guardias nacionales circulaban por las calles, en una muestra de que están a cargo de la seguridad del municipio. Algunos de ellos informaron que llegaron desde anoche.
Esto ocurre a la par que los elementos municipales están replegados; algunos permanecen en el edificio del Ayuntamiento.
En el Ayuntamiento informaron que eran alrededor de 170 elementos municipales en funciones. A este número se le resta los 11 operativos asesinados, porque los otros dos eran funcionarios.
En su conferencia de esta mañana, el presidente de la República dijo que enviaron al municipio 300 miembros de la Guardia Nacional para hacerse cargo de la seguridad, pero en la cabecera sólo se observaron dos unidades al mediodía.
Todos los dispositivos parecían insuficientes porque el temor era mayor. En El Papayo, el pueblo en donde ocurrieron los hechos, las calles estaban vacías y las actividades detenidas.
El lugar de los hechos
En la pequeña calle de un costado de la carretera federal Acapulco-Zihuatanejo, cerca de la escuela primaria 18 de marzo, en el pueblo donde ocurrieron los hechos, la sangre de varias de las víctimas aún está fresca en la tierra. El color y el olor cerca de la una y media tarde lo reafirmaban. En este punto asesinaron a unos siete elementos, sumados el secretario y al director.
Todo alrededor también indica que fue la escena del crimen. Las paredes de la vieja casona de la esquina de la calle donde ocurrieron los hechos estaban agujereadas, al igual que la fachada de la primaria 18 de marzo, donde hoy no hubo clases.
En las calles se observó transitar a muy poca gente. Sólo los militares tenían dos puestos de vigilancia sobre la carretera, uno a la entrada de la comunidad, dirección Acapulco-Zihuatanejo, y otro justo en el arco de bienvenida del pueblo.
La espera
Hasta seis de la tarde los familiares de los elementos asesinados seguían en espera de que les entregaran los cadáveres afuera del Semefo de El Quemado. La mayoría de ellos llevaban horas en este proceso, porque iniciaron a liberarlos más de 24 horas después de los hechos.
Los familiares comenzaron con los trámites apenas unos minutos después de los hechos. Entre ellos, los familiares de Rodolfo Avilés, uno de los policías asesinados, quien era originario de la comunidad del Platanillo, ubicada a una hora y media de la cabecera municipal de Coyuca de Benítez.
Leonor, madre del policía fallecido, expuso que desconoce las condiciones laborales de su hijo, y es lo que esperan confirmar porque hasta ese momento la inexistencia del seguro era un rumor para ellos.
Dijo que hasta ahora la alcaldía sólo había absorbido los gastos funerarios, pero que les dieron unos ataúdes económicos, pequeños para los cuerpos de algunos de los policías asesinados. En el caso de su hijo puso una diferencia de cinco mil pesos para una ataúd más resistente.
Rodolfo dejó huérfanos a cuatro hijos: de tres, seis, 10 y 14 años que dependían económicamente de él. Llevaba en la corporación, según su madre, apenas unos tres años.
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: MARGENA DE LA O.
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