Todos perdieron en esta alocada aventura partidista rumbo a las elecciones del 2024: el joven regiomontano, que se quedó sin candidatura; Movimiento Ciudadano, que perdió a su mejor gallo; PRI y PAN, que no pudieron colocar a su gobernador interino; y el pueblo de Nuevo León.
Tras dejar al pueblo de Nuevo León para perseguir ilusoriamente la Presidencia de México, Samuel García emprendió un viaje de 12 días, circular y desgastante, tras el cuál regresó a la gubernatura, el punto de partida, con una derrota que exhibió una ambición personal disfrazada de mesianismo político.
Todos perdieron en esta alocada aventura partidista rumbo a las elecciones del 2024: el joven regiomontano, que se quedó sin candidatura; Movimiento Ciudadano, que perdió a su mejor gallo; PRI y PAN, que no pudieron colocar a su gobernador interino; y el pueblo de Nuevo León que vio como los partidos ningunearon la institución del Poder Ejecutivo estatal que, en poco más de un mes, llegó a tener a cuatro personas que se ostentaron como gobernadores.
Luis Enrique Orozco, designado mandatario interino por el Congreso fue abandonado por los diputados tricolores y albiazules que lo impusieron, y tuvo que renunciar el 4 de diciembre, a la gubernatura, para regresársela a Samuel que, en realidad, nunca la soltó.
El breve sueño del regio de MC, de convertirse en el presidente más joven de la historia del país, tuvo vigencia del 20 de noviembre al 1 de diciembre. Estuvo a 30 minutos de ganar la partida, hasta que la Suprema Corte de Justicia de la Nación, a las 23:30, poco antes de la media noche para alcanzar el plazo anhelado del 2 de diciembre, le tumbó al emecista el interino que propuso, Javier Navarro Velasco, secretario general de Gobierno.
Por eso, en los primeros minutos del 2 de diciembre optó por tirar su plan por la borda y regresó a reclamar la gubernatura.
Encima le cayeron burlas y comentarios suspicaces de PRI y PAN, que lo acusaron de regresar porque, si se quedaba Orozco Suárez hubiera destapado “el cochinero” que tenía Samuel al interior del Gobierno, incluido un presupuesto inflado que, según acusó el PAN, pretendía usar como caja chica para la campaña presidencial.
Alejandro Moreno, dirigente nacional del PRI le cobró las que le debía por acusarlos reiteradamente de corruptos: en son de burla dijo que García Sepúlveda protagonizó la campaña más corta de la historia.
Lo que ahora se sabe es que la suerte de Samuel quedó marcada el 29 de noviembre por la noche, cuando decenas de simpatizantes de emecistas, muchos de ellos identificados entre la multitud, tomaron por asalto el pleno del Congreso del Estado para impedir, infructuosamente que fuera designado Orozco como interino. No hubo quien comprara la versión de Samuel, que alegó un supuesto “autoboicot” del PRIAN.
Las imágenes videograbadas, fotógráficas y de transmisiones en vivo a todo el país, hicieron ver a Nuevo león como un estado sin ley, lo que habría rejoneado el ánimo de las autoridades federales, que decidieron operar la maquinaria del poder. Como parte de esos arreglos de un estado a punto de la descomposición, la SCJN a través del ministro Javier Laynez ordenó a todas las autoridades que se abstuvieran de hacer cualquier designación diferente a la de Orozco, hasta que se resolvieran los recursos de controversia que había sobre su nombramiento.
Aunque entró a Palacio el sábado primer día de diciembre, supuestamente blindado por el pronunciamiento oficial, Orozco Suárez, no pudo sentarse en el escritorio de la oficina donde despacha el Gobernador, que desde antes ingresó a ella para reclamar el solio de “legítimo” Jefe del Ejecutivo, pues no le dejaría el puesto al “espurio”.
El interino que nunca fue
Fue doloroso ver tres días a Orozco Suárez deambular por el estado, buscando ser tomado en serio como gobernador.
Aunque el máximo órgano judicial del país le puso el traje de jefe del ejecutivo del estado interino, nunca pudo ejercer. La madrugada del 2 de diciembre, no pudo llegar a la oficina, adentro de Palacio, y tuvo que retirarse con disgusto.
Al día siguiente, fue desairado en el pase de lista de la policía estatal Fuerza Civil, al que convocó ese mismo sábado por la mañana. Pidió a los secretarios que le entregaran un reporte de la situación de la entidad y fue ignorado. Quiso entrar al Palacio pero todas las puertas estaban cerradas y no le habían entregado las llaves, pese a que era su lugar de trabajo.
Tuvo que hacer un recorrido por municipios rurales del estado, donde saludó a paisanos que le expresaron sus carencias. A su regreso, dijo que allá si le dieron digno trato de gobernador.
El domingo decidió cancelar actividades “para reflexionar su situación”. Lanzó tibias amenazas sobre las consecuencias de la suplantación de funciones, a Samuel, y del desacato, al secretario de Seguridad Pública, Gerardo Palacios.
Durante esa jornada se comprobó que Orozco es un buen técnico de la procuración de justicia, con una larga trayectoria como agente del ministerio público en la Fiscalía estatal, de la que ha sido vocero de manera constante. Cuando se expresa en público, habla como si dictara a un escribiente, acostumbrado a utilizar la jerga jurídica.
Pero, en estos días críticos, evidenció una nula formación de político.
En cambio Samuel, un muchacho que en ocho años accedió a una diputación local, para pasar luego por el senado y la gubernatura, y quien se quedó a 30 minutos de convertirse en abanderado presidencial, lo superó por completo durante esa jornada dominical.
En un evento de reconstrucción de un puente en Escobedo, como orador sobresaliente, el joven maravilla de los tesnis fosfo se mostró dicharachero entre los convocados que lo vitoreaban. Confiado, al punto de la petulancia, dijo, al regresar como “gobernador constitucional”, que había decidido sacrificar su ambición presidencial, para no dejarle el estado a esos “corruptos”, “corrientes”, “bajos” del PRIAN que hubieran saqueado la entidad si la descuidaba, por irse a la campaña por la grande.
Ya no habló del incumplimiento de su palabra, cuando dijo que se quedaría los seis años de gobierno, o cuando ridiculizó a su antecesor Jaime Rodríguez “El Bronco” por dejar tirado al estado para lanzarse a su proyecto presidencial en el 2018.
El dionsaurio priista, ya pintado también de azul, coleteó para defenderse de los ataques reiterados de Samuel, que lo acusaba de haberlo tumbado con recursos juridizantes, pues le sacaron de la jugada por el interinato a Navarro Velasco, que hubiera sido su ideal sucesor, pues ya había ocupado con eficiencia el puesto como encargado del despacho en los escasos días de precampaña.
El líder de la bancada albiazul, Carlos de la Fuente, conocido en la localidad como El Chale, dijo en un video de redes sociales que la reversa del frustrado candidato presidencial obedecía a motivos diferentes a los que había alardeado.
Comentó maliciosamente en su cuenta de X @chaledelafuente: “La verdad es que te dio frío @samuel_garcias, no quisiste que se expusiera la corrupción de tu Gobierno e intentaste reventar la sesión del Congreso con porros de tu partido @MovCiudadanoMX Hasta golpista resultaste. No despertamos un león, dormimos a un gatito”.
También: “Mejor dinos @samuel_garcias a qué le tuviste miedo, a que te sacaran los las de 30,000 millones de pesos en irregularidades que te encontró la Auditoría Superior del Estado”.
En otro video afirmó que el interés para dejar a Navarro era para que le fondeara desde el Gobierno su campaña presidencial, con recursos públicos.
Alito Moreno también lazó puyas en X: “Vamos a dejarlo claro, Samuel: nadie te descarriló. Tú te bajaste solo por inexperto ambicioso y por mentiroso. Lo único que hizo el Poder Judicial fue garantizar que no atropellaras la Constitución. Un pequeño tramposo, logrando el récord mundial de la precampaña más corta en la historia”.
Burlarse fue lo más que consiguieron azules y tricolores, porque no pudieron colocar a su alfil para quedarse con el control en la entidad del Poder Ejecutivo, el único que les falta, al tener ya tomados el Legislativo y el Judicial. Perdieron jugando al tomatodo.
Al mediodía de este lunes, después de una “profunda reflexión” Orozco Suárez fue al Congreso Local a regresar en la Oficialía de Partes el nombramiento de gobernador interino que no le sirvió de nada. Estuvo acompañado del presidente del Congreso, el panista Mauro Guerra, y del presidente del tribunal Superior de Justicia del Estado, Arturo Salinas, del mismo partido y que el mes pasado había rendido protesta, ahí mismo, como gobernador interino, aunque fue descalificado días después, por inelegible.
Dijo Orozco que se desistía del nombramiento porque enfrentó dificultades para ejercerlo, decisión que le fue aceptada de inmediato en el pleno que, también de manera consecutiva, avaló el regreso de Samuel como Gobernador del estado, con lo que quedaba sellado un episodio insólito en la historia de Nuevo león y el país.
Diputados que estuvieron cerca de las negociaciones en estos días de incertidumbre consideran que Orozco va a tener pronto una recompensa, del PRIAN por haber aceptado el cargo de interino, que nadie más ambicionada, y de Samuel, por haber declinado de manera rápida y sin aspavientos.
Se sabrá si recibe premio, cuando se destrabe el proceso empantanado con amparos de la designación del próximo Fiscal del estado, si es que el nombramiento cae en su persona.
Como epílogo del sainete, este mismo lunes, Samuel se vio obligado a responder a los comentarios venosos que cuestionaban los motivos de su regreso. Dijo en un evento, en Fundidora: “No hay nada que esconder, PRIAN, porque a diferencia de ustedes, aquí somos incorruptibles y si no los dejamos entrar al gobierno es para que no se robaran lo que hemos cuidado dos años (…). Siempre supimos que corríamos un riesgo y que el Congreso no iba designar a alguien de este equipo. Siempre se dijo muy claro que no íbamos a arriesgar a Nuevo León”.
En el transcurso del día, los noticieros locales hicieron recuento de los días aciagos en los que hubo dos gobernadores.
Y destacaban la imagen de aquella madrugada en los primeros minutos del 2 de diciembre, cuando el joven político tuvo que dejar ir su anhelado proyecto para ser Presidente de México, forzado por sus archienemigos de PRI y del PAN.
Los videos mostraban, una y otra vez, a Samuel Alejandro García Sepúlveda cuando, entre una nube de reporteros, tuvo que dejar apresuradamente el Palacio de Gobierno, del que salió por la puerta trasera.
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: LUCIANO CAMPOS GARZA.
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