Tras Otis, Acapulco es el municipio de Guerrero con más casos de dengue, mientras el agua estancada y basura, espacios donde se reproduce el mosco que transmite la enfermedad, son evidentes en la ciudad; en los pueblos alejados la situación es peor.
Mientras Acapulco se convirtió desde mediados de diciembre en el municipio con más casos de dengue —que siguen a la alza— en Guerrero, las acumulaciones de agua estancada, albercas no tratadas y montones de basura siguen siendo evidentes en toda la ciudad.
Para las comunidades más alejadas del puerto, como Yetla, la realidad es aún peor. El sobrino de Rosa Elena enfermó en diciembre pasado, y tuvo que pasar la navidad internado en un hospital en Coyuca, a más o menos una hora del poblado, donde no hay más que un centro de salud.
“Ahorita la verdad aquí en el pueblo ha estado lo del dengue, hay un sobrino que lo tuvimos 15 días internado aquí en la entrada de Coyuca de Benítez”, cuenta Rosa Elena. Al ingresar a Yetla, una instalación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), que luce prácticamente nueva, todavía no está en funcionamiento.
Piden que autoridades fumiguen para prevenir casos de dengue tras Otis
Mary, su hermana, detalla que su hijo Toño, de 17 años, comenzó a tener síntomas cerca del 17 de diciembre: fiebre, dolor de cabeza, de cuerpo y de articulaciones, diarrea y vómito. “Le mandamos a hacer estudios –continúa— y la prueba del dengue, que salió positiva, y las plaquetas le bajaron”.
Lo llevaron al hospital porque comenzó a tener un dolor abdominal insoportable. Ahí lo recibieron para dejarlo internado durante ocho días. Lo dieron de alta una vez que subieron sus plaquetas. Es difícil saber exactamente cuándo o dónde lo picó el mosco aedes aegypti, como en todos los casos, pues los síntomas empiezan días después y el aspecto del piquete es como cualquier otro.
“También necesitamos que vinieran a fumigar el pueblo, porque son como 10 casos ya de dengue, y ya han reportado a los centros de salud, y la verdad no han venido a fumigar”, agrega Rosa Elena. Mary detalla que se dieron pláticas en la comunidad, y ya les comunicaron que se harán labores de limpieza de basura y agua acumulada, pero todavía no han llegado.
Paso de Otis en Guerrero deja enfermedades
El comisario de Yetla, Ronald Pineda –al igual que el personal de Cruz Roja que sigue acudiendo casi todos los días a llevar ayuda al lugar— señala que tras el paso del huracán Otis ha sido evidente la presencia de enfermedades de la garganta, gastrointestinales, heridas y lesiones, pero específicamente la ola de dengue.
“La actividad del dengue se ha propagado en las familias, porque este mosco transmisor anda por todos lados. Con facilidad deposita en las aguas los huevecillos y se multiplica. Nosotros tenemos un arroyo que tenemos acá al lado de la localidad, y eso también provoca. Hay tabiqueras también, donde hay una especie de laguitos que ahí también se reproduce mucho”, señala Pineda.
Aunque en una comunidad de apenas poco más de mil habitantes y sin atención hospitalaria, es difícil calcular cuántas personas han tenido dengue, él dice que desde el impacto de Otis la madrugada del 25 de octubre, habrán sumado por lo menos 40 casos. Tan solo en su propia familia cuatro personas han tenido la enfermedad.
Autoridades de Salud ofrecen intensificar medidas contra el dengue en Acapulco
La Secretaría de Salud federal ha llegado a estar en la comunidad, pero solo para atender casos focalizados, no para una fumigación general, “o como tradicionalmente se hacía incluso en años anteriores, casa por casa: pasaba el rociador, fumigaba, combatía al mosco del dengue y al huevecillo del dengue.
“No ha pasado aquí, esa actividad no la han desarrollado, tenemos una parte acá en el cerro donde no entran los carros y eso también limita. La solicitamos de manera manual, que vayan con su mochilita, rociador, con su bomba y hagan su trabajo más eficiente, y nos garantice que todo el pueblo quede a salvo del mosco transmisor de dengue”, indica.
Por su parte, la dependencia aseguró apenas el viernes 12 de enero que intensificaría las medidas de control del dengue en Acapulco, con el envío de nueve especialistas técnicos, 20 vehículos con máquinas nebulizadoras pesadas y equipos portátiles.
“En la intensificación de acciones de control integral del vector en la ciudad de Acapulco participa también personal del gobierno del estado que, junto con los recursos federales, suman 199 brigadistas de campo y 26 vehículos con máquinas nebulizadoras para las tareas de control larvario en 300 mil viviendas y de nebulización espacial en nueve mil 500 hectáreas”, informó entonces.
Pero las poco más de mil viviendas en la zona alta entre Acapulco y Coyuca de Benítez que también fueron impactadas por el huracán Otis, y donde hoy sigue sin haber agua potable, no son parte de esa estadística.
De las comunidades a la costera
En el puerto de Acapulco, aun con más recursos, la situación no es tan diferente. Ahí las fuerzas de seguridad, los apoyos, la atención hospitalaria y los insumos están más cerca, no como en Yetla, a donde ya solo llegan los paquetes de higiene personal que entrega la Cruz Roja.
Sin embargo, en los alrededores de la zona de hospitales, apenas a unas cuadras en una ladera desde donde se aprecia buena parte de la bahía, el olor fétido se percibe antes de que la mirada se encuentre con montones de basura sobre los que se aglutina todo tipo de moscos.
El personal de salud que labora en el hospital general del IMSS y del ISSSTE, separados por unos cuantos metros, admite que han resentido el crecimiento exponencial del dengue, y que día con día ingresan más casos, de acuerdo con la ocupación hospitalaria.
“Posterior a Otis, respecto a las condiciones en que quedó el hospital, se ha visto incrementado por los estancamientos de agua, y se ha tratado de descentralizar a los pacientes en unidades específicas, pero ha habido mucha demanda, han tenido que abrir más espacios para esos pacientes”, aseguró un enfermero que prefirió reservar su identidad.
Esto ha sucedido principalmente, dice, en los últimos dos meses, y ha afectado en mayor medida a niños y adolescentes, entre 15 y 25 años. Asegura que el personal médico ha estado tratando de dar información preventiva a los pacientes, pero aun así persisten los casos.
“Semanalmente, yo creo que estamos recibiendo la ocupación total de urgencias, que está destinada (a la atención de la enfermedad), que tiene alrededor de 10 camas, más abajo, en rehabilitación, tenemos 12 camas para dengue. Son camas que están censadas y que regularmente se ocupan y se desocupan”, añade.
Si bien desde el impacto de Otis se inició el incremento de casos, fue en la semana epidemiológica 50, con corte al 18 de diciembre, cuando la estadística de dengue en Acapulco se disparó.
En ese momento sumaban 3 mil 259 en todo el estado de Guerrero con 14 defunciones. Acapulco apareció entonces, por primera vez, como el municipio con más casos en números absolutos, con mil 341. Al resto del estado le correspondían mil 918, lo que quiere decir que para ese punto, concentraba ya el 41% de los casos de todo el estado.
De acuerdo con los datos del monitoreo epidemiológico de la Secretaría de Salud, para la semana epidemiológica dos de 2024, con corte al 15 de enero, a los 4 mil 181 con los que cerró la entidad en 2023, se han sumado 168, de los cuales 139 corresponden a Acapulco, es decir, el 82.7 por ciento.
Según la dependencia, el Programa de enfermedades transmitidas por vectores tiene programada al día la fumigación en unas 38 colonias, sin que haya proporcionado la ubicación exacta. Los poco más de mil habitantes que viven a 28 kilómetros del centro de Acapulco siguen sin ser programados en esa lista.
FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: MARCELA NOCHEBUENA.
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