Al menos mil 500 personas de la caravana migrante se reagruparon en Oaxaca; denuncian engaños del Gobierno para dispersarlos.
La caravana migrante que partió el pasado 24 de diciembre de Tapachula, Chiapas, continúa su travesía hacia la Ciudad de México; las familias y personas que se habían dispersado en Chiapas por operativos del Instituto Nacional de Migración (INM) se han reagrupado, y unos mil 500 se encuentran en Oaxaca.
Luis Rey García, director del Centro de Dignificación Humana A.C., quien acompaña a la caravana, afirma que los “engaños” del INM –que prometió apoyo para regularizar su estancia en México a familias que se entregaran con agentes de migración, pero solo les dieron permisos para estar un mes en Chiapas y dispersaron a los migrantes en distintos albergues– disminuyeron el número de personas que integran al grupo, aunque unos mil 500 continúan caminando juntos.
Sobre las personas que se habían reportado como desaparecidas después de haberse entregado a Migración, García explica que 12 de las 19 ya fueron localizadas, por lo que continúan en la búsqueda de otras siete, que “en el mejor de los casos solo quedaron incomunicados porque en los albergues a los que fueron trasladados les quitaron los teléfonos celulares que llevaban”.
“Si no estuviéramos en caravana nos deportan”
Danna Ulloa es una de las mujeres que se reintegró al llamado “éxodo de la pobreza”, luego de que en Chiapas aceptó entregarse con agentes del INM para agilizar los permisos de estancia para ella, sus dos hijos -de 14 y 10 años-, su hermano, su cuñada y sus sobrinos, quienes salieron de Honduras por amenazas de pandillas, y desde hace cuatro meses están en México, sin que les informen sobre avances en su documentación.
“Salí desde el 17 de septiembre de Honduras y llegué a Tapachula al día siguiente, desde entonces mi hermano metió mis papeles en la COMAR (Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados), pero nunca me dieron cita, le dan esperanza a la gente, pero es falsa, en realidad no existe y hay miles de personas como nosotros que decidieron viajar así, porque no tenemos respuesta”, señala Danna.
En Mapastepec, Chiapas, se entregó junto con su familia al INM, que los condujo junto con otras personas a un albergue en Huixtla: “Nos dijeron que nos iban a dar un permiso supuestamente por un año, que iban a mandar autobuses para llevarnos a la Ciudad de México o hacia Monterrey, pero no pasó nada de eso, nos dejaron botados en la calle”.
“Venimos mal, los pies de mis hijos tienen llagas y están hinchados, todos venimos mal de la garganta porque hemos dormido en la calle a la espera de que nos resuelvan algo, ojalá nos den una buena respuesta porque aunque hemos conocido gente buena que nos ayuda, también hemos sufrido maltrato, en algunos pueblos la gente nos echa agua y nos dice que no quieren migrantes“, reclama.
Danna, migrante que huye de extorsión en Honduras
Ella y su familia pudieron contactar con otros migrantes de la caravana gracias a grupos de Whatsapp, y ahora esperan llegar a la Ciudad de México y que les permitan quedarse en el país para trabajar y recomenzar sus vidas, ya que en Honduras integrantes de una pandilla amenazaron a Danna con que les tendrá que pagar 40 dólares a la semana, o forzarán a su hijo de 14 años a vender droga.
“Estuve tres meses pagando cada viernes, llegué a lavar ropa ajena para poder pagar la extorsión que me hacían porque yo no dejaba que mi hijo vendiera drogas, tuve que salirme de trabajar para poder estar pendiente de mi hijo en la escuela, porque ya él no quería estudiar por miedo, y cuando fui a denunciarlos a la policía me dijeron ‘mejor vete, porque ellos trabajan con gente poderosa’, y después una señora me mandó a decir que si yo abría la boca iba a aparecer muerta en cualquier lado”, recuerda.
“Tenemos la esperanza de que nos apoyen para llegar a la Ciudad de México, por lo menos, quisiera encontrar trabajo, pero no nos dan ni eso, si no estuviéramos en caravana nos deportarían”, expresa Ulloa.
Migrantes piden transitar “sin escondernos y sin ser presa fácil de delincuentes”
Este martes, desde Oaxaca, los migrantes de la caravana hicieron un llamado al presidente Andrés Manuel López Obrador, para que el gobierno facilite un corredor humanitario que les permita llegar a la Ciudad de México, ya que algunos de ellos obtuvieron citas en la aplicación CBP One, para ser procesados en la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, y temen que estas se pierdan porque no pueden avanzar del municipio San Pedro Tapanatepec.
“Hacemos un llamado urgente a las autoridades mexicanas, a la conciencia y a la libertad, pues estamos caminando en su país de manera pacífica y ordenada con la única finalidad de llegar a la frontera con Estados Unidos, no somos delincuentes, pero nos están tratando como tal”, expresaron en conferencia de prensa.
Al presidente, la Secretaría de Gobernación, el gobierno de Oaxaca y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, les pidieron “de la manera más humana posible y con la mano en el corazón, nos permitan transitar hacia el norte del país, hasta llegar a la frontera, sin tener que escondernos y sin ser presa fácil de delincuentes, incluso de las mismas dependencias de las que también hemos sido víctimas de engaños y calumnias”.
Según el director del Centro de Dignificación Humana, se requiere del corredor humanitario porque “la gente ya no puede caminar, hay muchas personas enfermas, deshidratadas, con dolores, ha sido mucha la caminata, más porque cada tanto los del INM los regresan y tienen que volver a recorrer en condiciones muy duras los tramos que ya habían pasado”.
Migrantes que buscan un proyecto de vida en México
Eduardo Santos, integrante de la caravana de nacionalidad hondureña, piensa que la intención de las autoridades mexicanas con las acciones para dispersar la caravana y los permisos de 31 días es desalentar a los migrantes para que regresen a su país, “pero la verdad que nosotros no podemos volver, ya violamos el permiso que nos obliga a permanecer en Chiapas, pero esperamos que nos den libre tránsito para llegar a la Ciudad de México”.
Al igual que Danna, Eduardo huyó de Honduras con su familia tras recibir amenazas de muerte y ser extorsionado, y su intención no es llegar a los Estados Unidos, sino permanecer en el país. Por ahora, ambos esperan en Oaxaca una respuesta positiva a la petición que hicieron al presidente; en caso de que no reciban apoyo para llegar a la capital, caminarán hasta la ciudad de Juchitán, Oaxaca, donde volverán a montar campamentos.
Hasta ahora, ninguna autoridad ha informado sobre un posible corredor humanitario o cualquier apoyo para que los migrantes consigan los documentos que necesitan para transitar y trabajar en México.
FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: ERÉNDIRA AQUINO.
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