jueves, 18 de enero de 2024

“No sabemos nada”: familiares mantienen búsqueda de 24 desaparecidos en Acapulco tras 86 días del paso de Otis

Familiares continúan la búsqueda de 24 personas desaparecidas, quienes podrían estar debajo de las embarcaciones que siguen hundidas en el mar, pero que las aseguradoras se niegan a retirar.

A 86 días del impacto del huracán Otis en Acapulco, familiares siguen en la búsqueda de 24 desaparecidos y no se sabe cuántos más podrían estar aún bajo los restos de más de 450 embarcaciones que siguen hundidas en el mar.

Son los mismos 86 días en los que Enrique ha buscado a su hermana Abigail incansablemente, con todos sus recursos físicos y emocionales. Afuera de la Base Naval, minutos antes de la reunión semanal a la que acude junto con las demás familias cada martes a la 1 de la tarde para ser informado por la Marina de México, cuenta que a veces ya hay una sensación de agotamiento, a veces desánimo, entre el grupo.

Esa es la razón por la cual –según ellas mismas revelan— cuatro mujeres, también familiares de personas cuya pista se perdió en el mar la noche del huracán, permanecen en unas sillas acomodadas bajo una carpa blanca, a la espera de que la reunión inicie, y prefieren ya no hablar públicamente.

Hermano de desaparecida por Otis narra cómo ha sido la búsqueda

En el día 86, Enrique Andrade accede a volver al punto regular de anclaje de la embarcación Litos, en la que trabajaba Abigail y donde desapareció la madrugada del 25 de octubre.

Mientras señala el lugar exacto donde habitualmente permanecía el Litos –ahora vacío al lado de un yate hundido del que solo se ve la mitad desde la superficie—, afirma con convicción:

“En Puerto Marqués nos encontramos. A quien estoy buscando es a mi hermana Abigail Andrade Rodríguez de la embarcación Litos. En la embarcación Litos se encontraban cuatro personas con mi hermana. Ese día, no nada más la embarcación Litos, sino muchas embarcaciones, se fueron a resguardar a la Base Naval”, relata.

Recuerda de nuevo que a las 12:20 la embarcación pidió auxilio en Punta Bruja, por lo que se ha sabido. En los primeros días, su búsqueda era simplemente caminar, porque no había cómo trasladarse a diferentes puntos. Con el tiempo, fue acercándose a más familiares con los que unió fuerzas.

Para el día 15 después del impacto del huracán, las familias fueron coincidiendo unas con otras, comenzaron a repartirse lugares, a acudir a hospitales, a los refugios y a los servicios forenses. Ahí también tuvieron que dejar sus muestras de ADN.

“Hasta el momento estamos ya en el día 86, y hasta el momento no sabemos nada. No ha aparecido en los hospitales, no ha aparecido en la Semefo; son 24 personas desaparecidas en el grupo que yo estoy, de diferentes embarcaciones, de las cuales a través de la Marina hacemos recorridos todos los días”, añade.

De la Base Naval, describe Enrique, salen entre tres y cuatro embarcaciones, en las cuales abordan uno o dos familiares. Todos los martes se hace la reunión de la 1 de la tarde, se concentran en el punto y se hace mención de todo lo hallado –pertenencias personales o partes de las embarcaciones—, y los lugares donde se han hecho las búsquedas y los recorridos.

“Cuando nos muestran todo por imagen –porque todo es por imagen, no nos muestran la prenda de lo que recuperan presencial—, después de un proceso, la Marina lo entrega a Fiscalía, y los mismos familiares acudimos a Fiscalía para recuperar esa prenda personal de cada una de las diferentes personas desaparecidas”, cuenta Enrique.

Desconocen quién indicó a las embarcaciones ir a la Base Naval la noche del huracán

Hay otras personas, particulares, que se han sumado a la búsqueda con actividades de buceo. Algunos han hecho mayores hallazgos que la propia dependencia. Hasta el momento, se desconoce quién dio la indicación de que las embarcaciones se trasladaran a la Base Naval.

Sin embargo, el capitán Ricardo, quien sobrevivió, ha relatado que tras darse cuenta de que ahí corrían peligro, decidieron moverse con la intención de regresar a Puerto Marqués, pero en Punta Bruja –casi llegando—, Otis golpeó con toda su fuerza. Los vientos rompieron los cristales de la embarcación y las olas de más de cuatro metros los obligaron a saltar. En ese momento le perdieron la pista a Litos, que iba unos metros adelante.

A 86 días, se han encontrado solo partes de la embarcación, cerca de la isla de La Roqueta, no del lado donde llegan las embarcaciones, sino en el que corresponde al mar abierto. Una de ellas es, incluso, la moto acuática que transportaba el barco. La balsa de la embarcación Litos, para 12 personas, no ha sido encontrada, pero sí algunas prendas del uniforme de la tripulación –que no lo portaba aquel día—.

Piden mover los restos de embarcaciones

En la reunión del martes 16 de enero, relata el hermano de Abigail, la Marina les comentó que ahora sí van a mover las embarcaciones que todavía están hundidas, o unas encima de otras, para descartar que se encuentren ahí personas atrapadas. En esos casos, según les han dicho, la dependencia ha hecho búsquedas con drones y buzos.

Enrique revela que el dueño de la embarcación ha seguido pagando las quincenas a los familiares directos de las personas desaparecidas. Incluso, en los primeros días, preguntó en qué podía colaborar para las acciones de búsqueda. A la Marina, Enrique aún le pide una búsqueda a más de cien millas, mar adentro.

“La Marina me ha contestado que hay embarcaciones que están haciendo recorridos en los litorales donde ya no compete para ellos. Incluso hay embarcaciones pesqueras que están mar adentro, y que ellos, como ya notificaron la desaparición de las personas, a través de eso estamos esperando también una respuesta”, añade.

Las búsquedas también han tenido un costo para Enrique: un palo enterrado en la planta del pie, e infecciones en la piel o en el estómago. “Esta lucha ha sido muy dura… Yo voy a seguir adelante… La misma Marina me comenta que no tienen un submarino pequeño, que no tienen equipo más sofisticado para rastrear a una profundidad más adentro”, afirma.

Capitán sobreviviente vive sin apoyos de dueños de embarcación para la que trabajaba

Si en el caso del Litos el dueño estuvo pendiente y sigue pagando los sueldos de sus empleados, el capitán Vicente Herrera Carrillo, y único sobreviviente del Rosemary –del que estaba a cargo hace 9 años— se ha enfrentado a la situación opuesta: hasta la fecha, los dueños no se han acercado ni le han llamado ni han hecho ningún ofrecimiento de apoyo. Tampoco recibe ya ningún pago, que era semanal.

Su esposa, su hijo y su nieto desaparecieron en la madrugada del 25 de octubre, a bordo de la embarcación. “Esa es mi mayor preocupación, que queremos encontrarlos, ya sea el barco, pero hasta la fecha no hemos encontrado absolutamente nada, ni pistas de ese barco”, relata.

El capitán Vicente recuerda cómo se aferró hasta el último momento a la embarcación, pero la presión terminó expulsándolo. Después no supo nada, hasta que pudo agarrarse a un tronco. Dice que si hubieran tenido aviso del tamaño del fenómeno, habrían abandonado el barco. “Ni protección civil, capitanía de puerto ni la Armada de México no nos dio ningún comunicado”, asegura.

Aunque hay avances y pormenores en las reuniones, dice, no hay hallazgos. Vicente busca a María Hilaria Delgado Valdovinos de 55 años, Luis Sebastián Herrera Delgado de 9, y Luis Alberto López Sarabia de 4. 

Un chaleco salvavidas del Rosemary y un tenis de su nieto mantienen su esperanza.

El “cementerio” de las embarcaciones

En el club de Yates, en la playa Caleta, en la Marina y en todo el litoral del Acapulco viejo, el escenario es el mismo a 86 días del paso de Otis: lanchas, yates y todo tipo de embarcaciones yacen a medio hundimiento, amontonadas unas sobre otras a lo largo de la costa, identificadas por boyas o con partes voladas a uno y otro lado.

Bajo los condominios y los hoteles adyacentes a la Marina es evidente a simple vista la pedacería, los contenedores que el viento aventó a tierra y un “cementerio” de embarcaciones que nadie sabe quién va a mover ni cuándo. Tampoco se sabe con exactitud si otros cuerpos yacen debajo.

Diego, integrante de la Brigada Otis –iniciativa de la sociedad civil para prestar ayuda a Acapulco— ha descendido a los puntos donde las embarcaciones permanecen hundidas, y asegura que hay personas fallecidas a quienes no se ha podido rescatar porque las aseguradoras se han negado a mover las embarcaciones.

“Han puesto de su parte (la Marina), no tanto como todos esperábamos que llegaran a hacerlo, pero tiene como un mes que hicieron el primer sobrevuelo con familiares a bordo y no se ha vuelto a hacer ningún otro, pero realmente el punto de inflexión han sido las aseguradoras”, apunta.

Muchos de los dueños de las embarcaciones no han hecho el trámite del seguro, por lo que las empresas aseguradoras prohibieron moverlas, tocarlas o acercarse a ellas; sin embargo, la mayoría de los cuerpos están debajo de los barcos.

“Yo estuve buceando desde el 28 a más o menos el 2 de noviembre, diario en esa zona, y te puedo decir de primera mano que es cierto, está repleto de cuerpos el club de yates, y el tema es que no se pudieron hacer labores de rescate debajo de esas embarcaciones porque las mismas aseguradoras no los pueden mover”, explica.

Además, hay muchas pertenencias ahí que pueden ayudar a identificarles, pero para ello sería necesario remover la mayoría de las embarcaciones, lo cual también presenta la complicación del escombro que hay en las zonas –vidrio, madera, astillas, láminas y contaminantes químicos—.

Las cifras de desaparecidos en Acapulco por Otis

Según el último informe de la Marina, se estima que en Acapulco se extraviaron 438 embarcaciones y en Puerto Marqués 20. Del total de 458, se han hallado 74 en Acapulco y 21 en Puerto Marqués. En quince barcos, según la dependencia, hubo personas desaparecidas; se han encontrado 11 y siguen buscando cuatro. Veinticuatro personas siguen desaparecidas, y 17 cuerpos han sido recuperados.

Para Diego aún hace falta que las actividades sean más transparentes, que los familiares tengan mayor acceso a las pertenencias halladas, así como equipo técnico y maquinaria especializada –sobre todo para la limpieza de los escombros— con los que ya no cuentan.

Enrique y el capitán Vicente solo piden que se agilice más la búsqueda, y que se llegue a una mayor profundidad.

FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: MARCELA NOCHEBUENA.

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