Los comuneros integraban una comisión de vigilancia que revisaba los trabajos del programa “Silvicultura Indígena Comunitaria”, impulsado de forma autónoma por 16 comunidades que integran la Unión de Pueblos Originarios, Comunales y Ejidales del Gran Bosque de Agua.
El sábado 24 de febrero una brigada de comuneras y comuneros entraron al bosque, cerca de las Lagunas de Zempoala, para iniciar con dicho programa de manejo forestal para recuperar parte de las más de 10 mil hectáreas de pino y encino perdidas con la tala ilegal durante los últimos 20 años.
La jornada del sábado consistió en podas de árboles, levantamiento de restos y basura, así como aperturas de zanjas preventivas. La comisión de vigilancia supervisaba las zanjas al momento de ser emboscados.
En la misma zona, el viernes 23 de febrero se llevó a cabo un operativo de parte de la Guardia Nacional que resultó en un enfrentamiento con armas de fuego con presuntos talamontes en un paraje ubicado a unos 500 metros del palacio municipal de Huitzilac.
La Unión de Pueblos Originarios, Comunales y Ejidales del Gran Bosque de Agua en 2023 realizó bloqueos carreteros para exigir un freno a la tala de 300 árboles diarios. En respuesta autoridades hicieron algunos operativos y aseguraron 20 aserraderos clandestinos. Acción que fue calificada de insuficiente por la unión de pueblos, ya que al retirarse el operativo, los talamontes instalaron nuevos aserraderos, señalaron.
Sin manejo forestal comunitario
El programa de Silvicultura Indígena y Comunitaria fue aprobado mediante asamblea del pueblo tlahuica pjiekakjoo el 6 de enero de 2024, con el objetivo de restaurar el Gran Bosque de Agua. El plan de manejo integral contempla la organización y recuperación del territorio, el cultivo de especies nativas (con una meta de 1 millón de árboles en tres años) y un plan de aprovechamiento de árboles maderables.
De acuerdo a la asesora técnica forestal de San Juan Atzingo, Lucero González, el 80% del Gran Bosque de Agua no tiene programa de manejo forestal. Para la especialista, la importancia y riesgo de implementar el presente programa radica en que las áreas de recarga de agua están en manos de sujetos que lucran con los bosques y han talado miles de hectáreas, “son las áreas más desatendidas y más violentadas”, definió.
La especialista señaló que las 16 comunidades que integran la unión de pueblos del Gran Bosque de Agua han iniciado el programa en espera de que las autoridades estatales y federales se sumen en un contexto de escasez de agua y presencia de tala ilegal.
FUENTE: LA COPERACHA.
AUTOR: REDACCIÓN.
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