El acuífero del sistema de cavernas conocido como “Garra del Jaguar” en Quintana Roo fue contaminado por ríos de cemento derivados de los rellenos, hincado de pilotes y obras del tramo 5 del Tren Maya, evidenció el buzo y activista José Urbina.
“Les estoy mostrando el derrame de cemento; es un impacto negativo muy grande para un sistema kárstico como este. Podemos ver el piso natural de la cueva del lado derecho y del lado izquierdo el cemento que se derramó”, exhibió en un video difundido en X.
El especialista precisó que el trazo del Tren Maya en el tramo 5, el más polémico de toda la obra por las imágenes de la deforestación de la selva de Quintana de Roo y la perforación de las cavernas con pilares de acero, “prácticamente parte en dos el sistema de cuevas Garra de Jaguar”.
“Además de fragmentar los corredores biológicos de especies importantes como el jaguar, ya comienza la contaminación del acuífero”, señaló Urbina, en cuyo video se observan las placas de cemento seco dentro de las cavernas.
Apenas el 24 de enero pasado, espeleólogos también exhibieron las perforaciones con enormes pilares de concreto y acero en el sistema de cavernas, cenotes y ríos subterráneos de la Península de Yucatán que se hicieron para las obras del Tren Maya, y advirtieron que “el daño es irreparable” y que los materiales terminarán por corroerse y contaminar el agua.
Días después de la difusión de las imágenes sobre las columnas en las cavernas, se compartió en el portal New Scientist el hallazgo de manatíes en el sistema de cuevas inundadas de la Península de Yucatán, sobre el que el buzo Klaus Thymann advirtió que una nueva línea de construcción del Tren Maya “puede bloquear el flujo de agua en el sistema, privándolo de oxígeno y potencialmente atrapando a los manatíes”.
Las advertencias por los daños y afectaciones al medio ambiente provocados por el megaproyecto federal iniciaron desde antes de que comenzaran las obras, que arrancaron sin contar con los permisos ambientales requeridos y sin la aprobación de las comunidades locales afectadas.
Desde su anunciación, las comunidades mayas de la Península de Yucatán, así como organizaciones, colectivos y académicos, denunciaron que el Tren Maya representaría el despojo territorial de los pueblos, la destrucción del ecosistema, la alteración de la vida comunitaria y la precarización de los pobladores por la llegada del turismo masivo y la construcción de complejos turísticos e inmobiliarios, que provocan migración, abandono del campo, violencia, inseguridad y pobreza.
AUTOR: REDACCIÓN.
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