El cuerpo fue hallado en los alrededores del Ejido Michoacán de Ocampo, en el valle de Mexicali, de donde fue levantado la noche del lunes 25 de marzo.
El informe preliminar refiere que los restos de la víctima presentaban un avanzado estado de descomposición, pero no fue hasta el análisis realizado por el Servicio Médico Forense (SEMEFO) que se pudo establecer que su deceso se originó al menos una semana antes de su hallazgo.
César Raúl González Vaca, titular del SEMEFO, comentó que la víctima presentaba lesiones de amputación de una de sus manos, también sufrió una castración, una herida de degüello y un golpe contuso en la cabeza.
Agregó que todas las heridas en conjunto fueron las causantes de la muerte, debido a que se realizaron cuando la víctima se encontraba con vida.
Gran parte de sus señas particulares no pudieron definirse debido al avanzado estado de descomposición, pero se estableció que había un tatuaje en uno de sus codos con la letra “F” que podría ayudar a la identificación.
También las piezas dentales que contaban con los conocidos “brackets” y una vestimenta roja, que podría ayudar a esclarecer la identidad de la víctima.
Peritos de la Fiscalía General del Estado (FGE) se encuentran trabajando para extraer información genérica, mientras que agentes investigadores analizan los datos de jóvenes de entre 25 y 35 años, que hallan sido reportados como desaparecidos en el lapso de una semana.
AUTOR: EDUARDO VILLA.
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