viernes, 21 de junio de 2024

Otra vez de carnal…

De carnalito de Andrés Manuel López Obrador, Marcelo Ebrard Casaubón pasó a ser carnal de Claudia Sheinbaum Pardo.

El jueves 20 de junio, cuando la virtual Presidenta de México presentó a las primeras seis personas que serán parte de su gabinete cuando tome posesión el 1 de octubre, destacó, aunque ya se esperaba, la presencia de Ebrard.

Lo notorio es que no le dieron la posición número dos en el gabinete presidencial, que sería la Secretaría de Gobernación, sino que lo nombrará secretario de Economía. Es decir, no está enfilado, al menos no al inicio de la administración de la primera mujer Presidenta de México, a convertirse en su sucesor, sino en el carnal que la ayudará a calmar los mercados y dialogar con un sector tradicionalmente identificado como adversario por Morena: el empresarial.

El nombramiento responde quizá también a aquella concepción que tenían los hombres y las mujeres de negocios cuando observaron quiénes eran los aspirantes de Morena a la candidatura por la Presidencia de la República: de todos, con el que podrían negociar más fácilmente era Marcelo Ebrard.

Uno de los primeros impactos que tuvo el triunfo inobjetable de Morena en las elecciones del domingo 2 de junio, tanto para la conformación del Poder Legislativo como la titularidad del Poder Ejecutivo, fue precisamente el mercado internacional. El súper peso dejó de serlo y padeció una caída que aún no se detiene, al tiempo que la Bolsa Mexicana de Valores también registró históricas pérdidas.

En un ánimo de calmar los mercados internacionales, el Presidente Andrés Manuel López Obrador intervino hacia el futuro, anunciando antes que su sucesora que el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, continuaría en el cargo el próximo sexenio, lo cual -no le quedaba de otra- sería ratificado más tarde por la próxima Presidenta del país.

En una mancuerna para el rescate de las inversiones y la permanencia de capitales internacionales, la Secretaría de Hacienda de Claudia Sheinbaum impuesta por López Obrador, será acompañada de una Secretaría de Economía titulada por un carnal de AMLO: el propio Marcelo.

De hecho, un día antes de dar a conocer a los seis primeros miembros de lo que será su gabinete, Sheinbaum Pardo presentó un proyecto de economía ante miembros y afiliados del Consejo Coordinador Empresarial, que aclaró el jueves 20 de junio, fue elaborado en colaboración con Ebrard.

El también ex jefe de Gobierno de Ciudad de México ha aspirado en dos ocasiones a ser candidato a la Presidencia de la República, y dos veces ha sido marginado (no necesariamente derrotado). En 2012, aún en el PRD, cuando disputó tal nominación con López Obrador y terminó cediendo el lugar con la esperanza de que, después del triunfo y la presidencia del tabasqueño, sería el candidato. No fue así. López Obrador tuvo ese año su segunda derrota, ahora frente al priista Enrique Peña Nieto, y años más tarde saldría del PRD para fundar Morena y construir en ese partido su candidatura a la medida.

Marcelo tendría que esperar seis años más convertirse en candidato a la Presidencia de México luego del triunfo de López Obrador en 2018. Pero no, tampoco le tocó.

El Presidente prefirió legar su ideología a su pupila, que cederla al carnal. Y aunque Marcelo hizo toda clase de berrinches, arengas y diatribas al no ser designado candidato de Morena, finalmente fue convencido de aceptar lo que se negaba a hacer: no sería Presidente. Al menos no en 2024. Podría esperar seis años más para suceder a Sheinbaum.

Pero el jueves 20 de junio de 2024, Ebrard no fue nombrado encargado de la política interna del país, la posición no sólo más relevante en el gabinete, sino la más notoria y política, como es la titularidad de Gobernación. Marcelo va a Economía, un área de suyo despreciada por AMLO y, en términos ideológicos, no se espera un cambio en su sucesora.

Seguramente aprovechar la personalidad conciliatoria de Marcelo (quedó clarísima cuando a regañadientes aceptó su derrota interna a pesar de los berrinches públicos) para el manejo del andamiaje de la economía en el país, con esa clase muchas veces atacada desde el púlpito presidencial, es lo que destaca en el nombramiento, que a su vez exhibe la poca oportunidad y el descenso en la escala del poder que le conceden al ex canciller.

Por lo demás, en los anuncios del gabinete del que será el primer Gobierno Federal encabezado por una mujer, no hubo grandes develaciones. Las mujeres y los hombres elegidos hasta el momento dan prueba de que el siguiente será el sexenio del continuismo, y más que designaciones, parecen enroques presidenciales actuales.

Alicia Bárcenas Ibarra dejará la Secretaría de Relaciones Exteriores de AMLO, para asumir la de Medio Ambiente y Recursos Naturales de Sheinbaum. Juan Ramón de la Fuente, quien ocupó la representación de México ante la ONU en el actual sexenio, ascenderá a canciller en el siguiente, al tiempo que tres ex colaboradores de la doctora Sheinbaum en CDMX.

También son parte del enroque político del próximo sexenio: Ernestina Godoy, quien fue fiscal de la Ciudad de México, será la consejera jurídica de la Presidencia; Rosaura Ruiz, ex secretaria de Educación en la Capital mexicana, será la secretaria de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (nueva dependencia a partir del Conacyt); y el doctor Julio Berdegué, científico de la agricultura, irá a la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.

Así los enroques, sin novedades en el frente, salvo esa, la de Marcelo Ebrard, que sigue siendo el carnal en Morena… y nada más.

FUENTE: SEMANARIO ZETA.
AUTOR: ADELA NAARRO BELLO.

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