Araceli, Fernando y su hijo Mauricio fueron vistos por última vez el 17 de junio. Sus pertenencias quedaron en desorden en su domicilio en Azcapotzalco y no se ha sabido de ellos desde hace 15 días.
Araceli Hernández, una mujer de 67 años de edad, 1.60 de estatura, de complexión delgada, tez morena clara, ojos café oscuro y cabello corto quebrado y teñido de rubio –según describe su propia ficha de búsqueda– es originaria de Chiapas, estudió en la Universidad Pedagógica Nacional y trabaja en el sector educativo.
De acuerdo con versiones de familiares cercanos, desde pequeña se esforzó por salir adelante, se dedicaba esencialmente a sus tareas profesionales y “siempre tenía una palabra de aliento para darte”. La familia Sánchez Hernández era, además, apegada a la religión católica de manera muy activa, incluso mediante participaciones en charlas para motivar a otros.
Sobre todo desde que hacía algunos años vivían un dolor en particular, pues Araceli y Fernando perdieron a su hijo mayor en un accidente automovilístico. Aún así –apuntan sus familiares– no dejaron de profesar su fe y estar presentes para su hijo Mauricio. Él, en su perfil de Facebook, solía compartir fotos y recuerdos de su hermano mayor.
Por su parte, Fernando Sánchez, de 63 años de edad y 1.60 de estatura, de complexión robusta, tez morena y ojos café oscuro con cabello corto y canoso, se dedica a la compra y venta de productos del mar para empresas restauranteras, mientras que el hijo de ambos, Mauri –como le dice de cariño su familia–, trabaja también para el sector educativo.
Mauricio Sánchez Hernández, de 30 años de edad, complexión delgada y piel morena clara, ojos café oscuro y cabello lacio corto color castaño oscuro, tiene una cicatriz en el brazo izquierdo y un tatuaje en forma de sirena en el brazo derecho, de acuerdo con la información difundida por la Comisión de Búsqueda capitalina.
“Ellos procuraban que la familia estuviera unida, porque decían que siempre podías encontrar una mano en la cual apoyarte”, describe una de sus personas cercanas, que tiene entre sus recuerdos más presentes un día que les acompañó a comprar plantas para una casa que tienen en Tizayuca; “para que su casita tuviera alegría”, decía Araceli.
Después del fallecimiento del mayor de sus hijos, describen sus familiares, para ellos había sido importante mantenerse unidos para transitar juntos su dolor, aunque cada uno viviera el duelo de forma distinta. Eso los llevó a asistir a terapias de apoyo para familias que han tenido pérdidas similares, donde mantenían buenas relaciones con otros miembros.
Hoy, sus familiares cercanos piden que la fiscalía en verdad haga las investigaciones necesarias para saber qué pasó con ellos, pues sus automóviles, dinero y bienes personales fueron hallados en su casa, aunque en desorden. Al mismo tiempo, señalan la necesidad de revisar a detalle las cámaras del c5 para saber si salieron hacia algún lugar o alguien les forzó a abandonar su hogar.
“Lo que nosotros necesitamos es tener una respuesta pronta”
Un presunto fraude durante la compra de un departamento en el Estado de México es la línea de investigación más reciente que supuestamente sigue la Fiscalía capitalina en el caso de la familia Hernández Sánchez, según informó a sus familiares.
Tras una reunión con las autoridades el pasado 26 de junio, uno de ellos declaró ante medios de comunicación que aún tenían la zozobra y el sentimiento de incertidumbre después de 9 días.
“Lo que nosotros necesitamos es tener una respuesta pronta como familia; no solamente yo, toda mi familia necesitamos saber dónde están o por qué se los llevaron, o cuál fue el móvil de que ellos hayan desaparecido”, cuestionó.
Según las versiones que se difundieron el día de su desaparición, provenientes de una sobrina del matrimonio que viajaba de Chiapas a la Ciudad de México y a quien recogerían en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, la familia presuntamente se habría dirigido al lugar, pero nunca llegó.
Desapareciones en Azcapotzalco
De acuerdo con los análisis de contexto de la comisión de búsqueda capitalina, Azcapotzalco no es una de las alcaldías que concentra la mayor parte de reportes de desaparición en la capital, aunque en diferentes registros tiende a aparecer como un territorio con incidencia media en el rubro, aunque no extrema, como es el caso de Iztapalapa o Cuauhtémoc.
Entre 2007 y 2018, se mantuvo en el lugar 11 de 16 alcaldías, con 115 carpetas relacionadas con reportes de desaparición. Sin embargo, la instancia local la ubica con un tipo de prioridad alta en la capital respecto a la presencia de reportes de desaparición por su interrelación con diferentes variables delictivas y sociodemográficas.
Según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas, entre enero de 2018 y junio de 2024 se ha registrado un total de 180 personas desaparecidas en Azcapotzalco, con una alta proporción de casos (48) en los que no se documentó la colonia en la que ocurrieron.
De 2019, cuando se contabilizaron 27 desapariciones, estas pasaron a 35 en 2022 y 56 en 2023. De acuerdo con este registro, la alcaldía ocupa en la actualidad el octavo lugar en incidencia de este fenómeno entre las 16 de la capital.
FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: MARCELA NOCHEBUENA.
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